El cobro de los derechos sobre las cintas v¨ªrgenes enfrenta a las dos sociedades de autores de cine Los exhibidores niegan haber amenazado con no pagar a las entidades SGAE y DAMA
Los cineastas espa?oles se reparten al a?o 1.297 millones de pesetas en derechos de la llamada copia privada. Por ley, cada fabricante paga a los autores 50 pesetas por hora de cinta virgen vendida. La entidad de gesti¨®n DAMA (Derechos de Autor de Medios Audiovisuales) acusa a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) de recaudar el 100% de estos derechos y de negarse a negociar lo que corresponde a cada agrupaci¨®n. La SGAE dice que factura el 100% porque le siguen perteneciendo "por contrato" muchos autores de DAMA, y a?ade que, como carecen de repertorio para generar porcentajes, no hay nada que reclamar. De momento, un solo fabricante de cintas, Philips, ha repartido sus pagos al 50%.
Seg¨²n la SGAE, el pago de Philips en concepto de derechos de autor a los socios de DAMA (27 millones de pesetas correspondientes al ¨²ltimo trimestre de 1999) es ilegal. DAMA envi¨® a cada fabricante una carta en la que les advert¨ªa de la "apropiaci¨®n indebida" por parte de la SGAE al querer cobrar la totalidad de los derechos. Tras la carta, las empresas fabricantes (entre ellas Sony, Grundig, Bosch, TDK, etc¨¦tera) han oscilado entre seguir pagando a su habitual recaudador, la SGAE; llevar el dinero a un dep¨®sito notarial, no pagar y esperar; o como Philips, repartir el dinero. "DAMA carece de t¨ªtulos y repertorio para reclamar el 50% de lo que se factura por copia privada", afirma Agust¨ªn Gonz¨¢lez, director de los servicios jur¨ªdicos de la SGAE. Tom¨¢s Ros¨®n, consejero delegado de DAMA, explica que su entiedad ha decido reclamar el 50% de la facturaci¨®n por copia privada, ya que "por ley, si no hay acuerdo en una comunidad de bienes, las partes son iguales".
"Para que un autor pueda cobrar", a?ade el director de los servicios jur¨ªdicos de la SGAE, "se tiene que producir la posibilidad de que el consumidor grabe de la televisi¨®n, o de otro v¨ªdeo, su obra. DAMA reclama el 50% de los derechos generados por la copia privada del ¨²ltimo trimestre de 1999. Teniendo en cuenta que carecen de repertorio, ya que las obras de sus socios ni han sido emitidas por televisi¨®n ni est¨¢n fijadas en soporte de v¨ªdeo no s¨¦ de qu¨¦ derecho estamos hablando. La ley s¨®lo reconoce a los autores que han sido objeto de uno de estos casos de explotaci¨®n, as¨ª que no s¨®lo nos da la raz¨®n el derecho, sino tambi¨¦n el sentido com¨²n".
Repertorio
DAMA, con 150 socios -de los que 40 jam¨¢s han pertenecido a la SGAE-, gestiona los derechos de autor de cineastas como Montxo Armend¨¢riz, Agust¨ªn D¨ªaz Yanes, Gracia Querejeta, Jaime Ch¨¢varri, Mariano Barroso o Fernando Le¨®n. Adem¨¢s, entre sus socios est¨¢n autores de series de televisi¨®n como Siete vidas, El comisario, El Super, Al salir de clase, M¨¦dico de familia o Calle nueva. "Nuestro repertorio existe, y se emite. El que no conocemos es el de la SGAE, que habla de miles de socios, pero no se sienta a contrastar t¨ªtulos con nosotros", afirma Tom¨¢s Ros¨®n.
Los directivos de la SGAE no se han sentado a discutir con los de DAMA (entidad de gesti¨®n autorizada por el Ministerio de Cultura el 5 de abril de 1999) porque "no se puede discutir con quien no tiene un derecho representativo", insisten. "DAMA", agregan, "quiere romper el mercado para forzar una negociaci¨®n".
Para la SGAE, los ¨²nicos que se benefician con la confusi¨®n generada en torno a los derechos de las obras audivisuales son los empresarios. "Se han aprovechado para generar confusi¨®n e intentar pescar en r¨ªo revuelto".
En la Federaci¨®n de Empresarios de Cine niegan que se haya producido ninguna amenaza de no pagar ("eso ser¨ªa ilegal y, por tanto, completamente imposible") y se?alan que s¨®lo han destapado el asunto del intento de doble facturaci¨®n de la pel¨ªcula Cascabel, de Daniel Cebri¨¢n (un director que s¨®lo ha pertenecido a DAMA), para que ambas entidades de gesti¨®n se aclaren, ya que lo que s¨ª pueden hacer ellos a partir de ahora, y tras una sentencia del Tribunal Supremo que modifica un aspecto del Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, es exigir a las entidades de gesti¨®n que especifiquen a qui¨¦n representan para as¨ª ellos saber a qui¨¦n pagar.
"Nunca hemos tenido mala relaci¨®n con los exhibidores", dicen tanto en DAMA como en la SGAE. "El problema es otro". El caso de Cascabel es, para la SGAE, el ¨²nico que existe, "un caso aislado y del que se est¨¢n aprovechando", dicen.
"Para nosotros", contin¨²an, "miembros de DAMA como Montxo Armend¨¢riz, Fernando Le¨®n o Gracia Querejeta, siguen preceptivamente administrados por la SGAE a todos los efectos, mientras no se extinga su relaci¨®n". Esa "relaci¨®n" (que, seg¨²n la Sociedad General de Autores, termina entre el 2001 y el 2002, cuando concluyan sus contratos) ha sido demandada por los autores afectados, que quieren romper definitivamente sus lazos con la recaudadora de derechos, cuyo consejo de direcci¨®n preside Eduardo Bautista.
Para DAMA -cuyo nacimiento hace casi un a?o supuso la ruptura del monopolio en la gesti¨®n de derechos de autor que manten¨ªa la SGAE desde hace un siglo-, la ¨²nica salida del callej¨®n en el que ahora se ven metidas ambas sociedades es sentarse a negociar. La SGAE se mantiene firme y, de momento, no se sienta.
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