El genoma humano triunfa en la Bolsa El inminente logro del trazado total del mapa gen¨¦tico dispara la carrera por su control comercial
La informaci¨®n disponible sobre el genoma humano ha servido para encontrar miles de genes relacionados con enfermedades, apenas un aperitivo de lo que est¨¢ por venir: el genoma es, para los investigadores, la piedra rosetta con casi todo lo que hay que saber sobre el cuerpo humano.Con todo, no es todav¨ªa en los laboratorios donde con m¨¢s fuerza se est¨¢ materializando la revoluci¨®n gen¨¦tica. Es en las bolsas. El pasado enero se anunci¨® el descifrado -a¨²n impreciso- de hasta el 90% del genoma humano. Como consecuencia, las acciones de la compa?¨ªa autora del trabajo, la estadounidense Celera Genomics, subieron casi un 50% en s¨®lo dos d¨ªas; tambi¨¦n las de las dem¨¢s empresas del sector. Y es que la carrera por descifrar las ¨²ltimas letras del genoma se ha convertido en vertiginoso esfuerzo final que enfrenta a dos bandos: el de la ciencia p¨²blica, que es la que lanza su genoma completo esta primavera, y el del sector privado, que afirma tener listo el descifrado m¨¢s exacto para junio.
El fervor gen¨¦tico en las bolsas es la parte visible de esta batalla, en que el dinero juega un papel crucial... y algunos sospechan que hasta sucio, en tanto que afecta a la calidad de la informaci¨®n cient¨ªfica en jaque. El argumento, casi digno de c¨®mic, empieza as¨ª: las fuerzas de la ciencia p¨²blica se dan toda la prisa que pueden en descifrar genes y publicarlos, para que investigadores de todo el mundo puedan acceder gratis a los datos en s¨®lo 24 horas; las huestes privadas, por su parte, ponen el mismo empe?o en buscar genes, pero luego dosifican su publicaci¨®n, por ejemplo, haci¨¦ndolos llegar primero a compa?¨ªas farmac¨¦uticas que pagan por ellos. Las primeras est¨¢n integradas por 16 centros de China, Francia, Alemania, Jap¨®n, el Reino Unido y Estados Unidos, coordinados por el Instituto Nacional de Salud estadounidense (NIH). En el sector privado reina la compa?¨ªa Celera Genomics.
En la carrera cuenta no s¨®lo llegar antes, sino llegar mejor. El grado de precisi¨®n de la informaci¨®n suministrada es importante por todo el trabajo que hay que hacer despu¨¦s de que se descifra el genoma. Sucede que no todas las 3.000 millones de letras que tiene el ADN humano son informaci¨®n valiosa, sino s¨®lo las que sirven para componer los cerca de 100.000 genes humanos -que vendr¨ªan a ser las palabras con significado del libro de la vida-. As¨ª, una vez descifradas todas las letras, queda el engorroso desaf¨ªo de identificar las que realmente significan algo. "T¨² tienes un trozo enorme de una secuencia. Pero ?cu¨¢l es realmente la que corresponde a un gen? Esto es muy dif¨ªcil de detectar con m¨¦todos computacionales actuales", explica el investigador Alfonso Valencia, del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa.
Justamente por la complejidad de ese an¨¢lisis, la ciencia p¨²blica, comprometida a publicar los datos en 24 horas, no tiene tiempo de hacerlo en profundidad. Ah¨ª est¨¢ parte del negocio actual del genoma: empresas que se abalanzan sobre los datos en bruto para, con sus propios programas inform¨¢ticos, identificar los nuevos genes. Y cuanto m¨¢s precisos sean los datos de partida, mejor.
Su inter¨¦s reside en "patentar los genes escondidos en la mara?a del genoma. ?ste es el sentido comercial de la carrera. Hay compa?¨ªas que han solicitado en Estados Unidos miles de patentes sobre secuencias", explica Valencia. No obstante, la situaci¨®n legal de esas patentes es precaria ahora incluso en Estados Unidos, tradicionalmente m¨¢s permisivo que Europa en cuanto a este tipo de registros. No se puede patentar un gen humano en s¨ª, sino el proceso para lo que el gen va a ser empleado -por ejemplo, como diana para un f¨¢rmaco o para un tratamiento-, pero est¨¢ en discusi¨®n el grado de exactitud que debe especificarse tal aplicaci¨®n. "Las empresas pueden solicitar una patente s¨®lo porque tal gen pertenece a una familia de genes relacionados con el c¨¢ncer, por ejemplo", dice Valencia.
Pero las incertidumbres apenas hacen mella en Celera Genomics, que basa su ventaja en la mayor precisi¨®n de sus datos. Precisi¨®n que obtendr¨¢, parad¨®jicamente, recurriendo a los datos p¨²blicos ya disponibles. A la inversa esto no funciona, porque Celera no est¨¢ obligada a compartir sus datos gratis con el consorcio p¨²blico. Como consecuencia, se estima que hasta el a?o 2003 el consorcio p¨²blico no conseguir¨¢ mejorar la exactitud del genoma que sacar¨¢ Celera en junio. Adem¨¢s, "hay indicios de que en los genomas p¨²blicos a disposici¨®n gratuita de la comunidad cient¨ªfica -no espec¨ªficamente en el caso del genoma humano- llegan a introducirse errores deliberadamente", se?ala un investigador.
As¨ª pues, aunque el presidente de Celera, Craig Venter, prometi¨® bajo juramento ante el Congreso estadounidense en 1988 que sus datos del genoma humano ser¨ªan de dominio p¨²blico, Paul Gilman, directivo de la empresa, matiza ahora tales afirmaciones en la revista Nature: s¨ª, los investigadores de todo el mundo podr¨¢n acceder a los datos de Celera, pero no podr¨¢n redistribuirlos. Y Celera no vertir¨¢ sus datos en GenBank, la base de libre acceso que aglutina toda la investigaci¨®n sobre genomas.
Esta postura responde a "la intenci¨®n expl¨ªcita de Celera de obtener un monopolio en este campo", lamenta un genetista en Nature, que teme que, en sus a?os de ventaja, la potente empresa eche del mercado a las dem¨¢s compa?¨ªas capaces de analizar el genoma. Celera tendr¨¢ la mejor informaci¨®n de partida para analizar los datos, y desarrollar¨¢ tambi¨¦n las herramientas para hacerlo. Para Valencia, es dif¨ªcil emitir un juicio: "?Qu¨¦ es lo moral o no en estas cosas? Cuando una compa?¨ªa encuentra petr¨®leo no se discuten sus derechos...".
Lo que no se cuestiona son los efectos revolucionarios del descifrado del genoma. "No conozco a nadie que trabaje con familias de genes humanos que no haya encontrado genes nuevos en lo publicado hasta ahora del genoma", dice Valencia. V¨ªctor de Lorenzo, del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa, coincide: "Es una cosa incre¨ªble. La gente habla del fin de la biolog¨ªa experimental. Toda la biolog¨ªa est¨¢ ah¨ª y ahora s¨®lo hay que descifrarla. Hay que desarrollar herramientas para eso, pero no necesariamente son experimentos".
La mosca, primero
En la carrera gen¨®mica tambi¨¦n se producen alianzas entre bandos, como la que ha permitido hallar el genoma completo -a falta de algunas regiones- de la mosca m¨¢s com¨²n en los laboratorios, la Drosophila melanogaster. En la reuni¨®n de la Asociaci¨®n Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), en Washington, el pasado febrero, Venter adelant¨® que las pr¨®ximas semanas se publicar¨¢ el avance del genoma de esta mosca, logro realizado en colaboraci¨®n con grupos p¨²blicos encabezados por el Proyecto del Genoma de Drosophila de Berkeley. La mosca tiene 13.601 genes, y conocerlos ayudar¨¢ mucho a identificar otros de las mismas familias que tambi¨¦n existen en humanos.Espa?a no tiene una participaci¨®n especialmente importante en el proyecto genoma humano, pero ha sido un grupo espa?ol el que ha aportado el programa inform¨¢tico que ha permitido "visualizar" el genoma completo de la Dorsophila. "La visualizaci¨®n es importante para saber qu¨¦ hay en las secuencias y poder analizarlas. Y el nuestro es el ¨²nico programa que permite visualizar cantidades grandes de informaci¨®n, como el genoma de la Drosophila", explica Roderic Guig¨®, del Instituto Municipal de Investigaciones M¨¦dicas (IMIM), en Barcelona. Su programa se distribuye gratuitamente a trav¨¦s de Internet desde enero. Cuando los grupos implicados en el genoma de la mosca supieron de ¨¦l les contactaron, y Josep F. Abril, estudiante de Guig¨®, fue a trabajar a Estados Unidos.
Guig¨® considera que el genoma de la mosca no se hubiera completado tan r¨¢pido de no haber sido por la colaboraci¨®n p¨²blica y privada: "El m¨¦todo de Celera consiste en fragmentar todo el genoma, secuenciar muchas veces los pedazos y luego intentar ensamblarlos. Pero no hubieran podido hacerlo si no hubieran usado el mapa del genoma que ten¨ªan los grupos p¨²blicos, obtenido con su m¨¦todo tradicional, m¨¢s lento".
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