?Por qu¨¦ no un consenso en educaci¨®n?

Leo en los peri¨®dicos las ofertas de consenso que presenta el PP a los socialistas: sobre 10 o 12 temas importantes y muy diversos. Ninguno se refiere a educaci¨®n. La verdad, sobre educaci¨®n, en estas elecciones y en las anteriores, pasan todos de puntillas.Y, sin embargo, si hay un tema necesitado de consenso, es ¨¦ste. Urge, los grandes partidos har¨ªan bien en llegar a un acuerdo. Creo que se podr¨ªa conseguir, dejando de lado la vieja pol¨¦mica de izquierdas y derechas. Uno no entiende, aunque entiende, tanta virulencia en ¨¦ste y otros temas.

Los programas educativos de los partidos que aparecen en EL PA?S del 27 de febrero no son estrictamente incompatibles: aunque s¨®lo el PP habla de cursos y materias, entre ¨¦stas las asendereadas humanidades.

Todo el mundo coincide: el nivel de los alumnos que llegan a la ESO, al bachillerato (al escu¨¢lido bachillerato de dos a?os) y a la Universidad desciende en picado. ?Han tenido que ofrecer ex¨¢menes m¨¢s f¨¢ciles a los alumnos que salen del nuevo bachillerato! Todo un ¨¦xito.

La sociedad espa?ola digiri¨® malamente la elevaci¨®n de la ense?anza obligatoria a los 14 a?os; no ha digerido la elevaci¨®n a los 16. No hace falta esperar 15 a?os para sentenciar el "experimento" de la ESO, como propuso alguien importante en Catalu?a: est¨¢ sentenciado.

Los profesores sufren impotentes ante grupos de alumnos al¨¦rgicos a la ense?anza -ellos mismos dicen que van forzados, que son objetores- que no dejan que la clase funcione. Imposible cerrarles el paso mediante ning¨²n procedimiento: todos adelante, la ley los protege.

Habr¨ªa que hacer algo. Los buenos alumnos y los buenos profesores son los que pagan. ?stos huyen de la ense?anza en cuanto pueden, aqu¨¦llos se desmoralizan.

Imaginen a un buen profesor salido de la Universidad con vocaci¨®n para alguna de las grandes materias tradicionales del bachillerato. Se encuentra con m¨ªnimos horarios y m¨ªnimos cursos, comprimido por materias de la nueva hornada, m¨¢s m¨²ltiples opcionales, ?hasta la "Iniciaci¨®n a la vida adulta"! La tecnolog¨ªa ha expulsado al lat¨ªn. Resulta que los niveles son m¨ªnimos, que todo es instrumental y l¨²dico, que el pensamiento humano y el cientif¨ªco han quedado arriconados.

Y, luego, la materia que se explica es lo de menos. El profesor tiene que trabajar tironeado por infinitas juntas y evaluaciones, pescar horas en el r¨ªo revuelto de las opcionales (a base de chocar con los compa?eros), lidiar con padres, orientadores, psic¨®logos, inspectores, autoridades infinitas. A lo peor le amortizan su plaza o le hacen impartir materias que ignora o lo trasladan por las buenas.

Un poco de sosiego y de estabilidad ser¨ªan necesarios. Volver a un curr¨ªculo con menos materias, pero con m¨¢s cursos en un bachillerato de cuatro a?os. Unir la formaci¨®n profesional con el bachillerato ha sido da?ino para todos. Y una ESO unificada hasta los 16 a?os, en las actuales circunstancias de descontrol, es insostenible. Y un bachillerato de dos a?os es rid¨ªculo: la guerra de todos contra todos. ?Y encima, la org¨ªa de opcionales! Deber¨ªan, sin m¨¢s, suprimirse y hacer que no fuera necesario para nadie ese salvavidas.

Idealistamente, los socialistas se embarcaron en un programa que la realidad ha derrotado (pero ha creado demasiados intereses). Y el PP, viendo que a la m¨ªnima cosa que toca se organiza el pitote del siglo, se retrae. Ha puesto un ministro con un programa rigurosamente cumplido: no hacer nada. Pero yo creo que con un acuerdo racional algo se podr¨ªa hacer. Tambi¨¦n las autonom¨ªas deber¨ªan interesarse en ello, no flotar entre el ir tirando y el acrecentar la demagogia. Alguna ha hecho algo.

Porque hay una cosa clara: el igualitarismo educativo de bajo nivel es tan da?ino como el econ¨®mico de bajo nivel. Y es, como aqu¨¦l, una bomba de tiempo.

Tampoco es optimista una parte del panorama de la Universidad. ?A qu¨¦ insistir en el caserismo o endogamia, en las infinitas materias opcionales (alumnos vagando por los pasillos todo el d¨ªa), en el desbancamiento de las materias human¨ªsticas, en las oposiciones sin pr¨¢cticas?

Yo creo que hay que aprender de los fracasos, que no son buenas las reacciones puramente viscerales o de frustraci¨®n contra sistemas probados. Igual que todos han aprendido en econom¨ªa (ya nadie nacionaliza bancos) y en tantas cosas m¨¢s. Se llega en muchas de ellas a un consenso equilibrado entre idealismo y experiencia, se presta atenci¨®n a los hechos. ?Por qu¨¦ no podr¨ªa obrarse as¨ª en educaci¨®n tambi¨¦n?

Pies]

Francisco Rodr¨ªguez Adrados es miembro de la Real Academia Espa?ola