Lagos se compromete a demostrar que el Ej¨¦rcito de Chile obedecer¨¢ al poder civil

La respuesta m¨¢s contundente al despliegue militar para dar la bienvenida a Chile al exdictador Augusto Pinochet la ha dado el presidente electo, Ricardo Lagos, quien, a menos de una semana de su toma de posesi¨®n, ha dicho que su Gobierno har¨¢ "un tremendo esfuerzo" para demostrar al mundo que Chile es un pa¨ªs democr¨¢tico, "donde manda la autoridad elegida por el pueblo y donde las Fuerzas Armadas son disciplinadas, obedientes y no deliberantes". La firmeza de Lagos, que se ha declarado "triste por Chile", contrasta con el silencio que ha mantenido el presidente saliente, Eduardo Frei.

El mutismo de Frei desde que lleg¨® Pinochet a Chile poco tiene que ver con el presidente que dirigi¨® un mensaje a los chilenos nada m¨¢s conocer la decisi¨®n del ministro brit¨¢nico del Interior, Jack Straw, de liberar a Pinochet. "Cumpl¨ª mi compromiso", dijo el mandatario en un tono triunfante. En la calle, muchos chilenos le han respondido con la consigna: "Frei, traidor, trajiste al dictador".El regreso de Pinochet con todos los honores ha pillado a contrapi¨¦ al Gobierno saliente, incapaz de imponer su autoridad a unas Fuerzas Armadas con tendencia a la insubordinaci¨®n cuando se trata de arropar a su capit¨¢n general. Y amenaza con empa?ar la toma de posesi¨®n del nuevo presidente, el pr¨®ximo d¨ªa 11. Por absurdo que parezca, el protagonismo de quien dirigir¨¢ los destinos del pa¨ªs los pr¨®ximos seis a?os rivalizar¨¢ esta semana con un anciano general, condenado por el mundo y humillado durante los 503 d¨ªas en los que permaneci¨® detenido en Londres. As¨ª, hasta llegar a los actos de traspaso de poderes.

De momento, se ha abierto un interrogante que hace una semana a ning¨²n chileno se le hubiera ocurrido. ?Estar¨¢ Pinochet en la ceremonia del Congreso, en Valpara¨ªso, el pr¨®ximo s¨¢bado? "Rayar¨ªa la obscenidad si se produjera un hecho de esta naturaleza", ha dicho el ministro de Exteriores, Juan Gabriel Vald¨¦s. La familia, tanto su hija Jacqueline como sus hijos Marco Antonio y Agusto, han dicho de una u otra manera que su padre no asistir¨¢. Pero en el entorno familiar del dictador no hay unanimidad. Su hija Luc¨ªa dijo que le recomendar¨ªa asistir como un gesto de reconciliaci¨®n.

Desde las filas de la derecha pinochetista los mensajes lanzados al respecto han sido equ¨ªvocos. Las recomendaciones para que se quede confluyen con las declaraciones que insisten en que es una decisi¨®n estrictamente personal. Otros prefieren ironizar a dar su opini¨®n. Como el presidente de Renovaci¨®n Nacional (RN), Alberto Cardemil, que ha declarado: "La Concertaci¨®n se asusta de los propios fantasmas que invoca. Son aprendices de brujo". El primog¨¦nito de Pinochet, Augusto, declar¨® ayer que su padre "tiene una buena opini¨®n" de Lagos, a quien considera "capaz y valiente".

El presidente de la C¨¢mara alta, el democristiano Andr¨¦s Zald¨ªvar, dice que, como senador, Pinochet tiene todo el derecho de acudir al Palamento y que ¨¦l tiene que proteger sus derechos. "Me guste o no", precis¨®. El presidente del Partido Por la Democracia (PPD), Sergio Bitar, tambi¨¦n reconoce al dictador el derecho formal de concurrir al Senado, pero le niega "el derecho de enga?ar al mundo, a su pa¨ªs, haci¨¦ndose pasar por enfermo para eludir la justicia y generar un desprestigio internacional, como lo ha hecho". Parlamentarios del Partido Socialista (PS) y del PPD han advertido que se retirar¨¢n del sal¨®n del pleno del Congreso si Pinochet asiste a la ceremonia. Dicha acci¨®n no deber¨ªa interpretarse, seg¨²n el diputado Sergio Aguil¨®, "como un gesto de deslealtad hacia Lagos, sino como una reacci¨®n a una afrenta a todos los chilenos y a los parlamentarios".

Hasta el ¨²ltimo minuto

En su residencia del barrio santiaguino de La Dehesa, el dictador no har¨¢ nada para despejar la duda hasta el ¨²ltimo minuto, afirman quienes conocen su comportamiento. Qu¨¦ mejor venganza a la humillaci¨®n sufrida en Londres.

El general Manuel Ugarte, director del Cuerpo de Carabineros, ha sido el primer militar en responder a las cr¨ªticas al aparatoso recibimiento dispensado a Pinochet. Lo hizo en el tono habitual de los uniformados: no hay impedimentos legales para asistir a ceremonias como la del viernes, dijo. "No se necesita ninguna autorizaci¨®n especial para ello". ?sa fue su respuesta a quienes, como el grupo parlamentario socialista, han dirigido un oficio al ministro de Defensa para que d¨¦ cuenta de qui¨¦n autoriz¨® la presencia de los cuatro comandantes en jefe rindiendo honores a Pinochet en el aeropuerto.

[Precisamente, el ministro chileno de Defensa, Edmundo P¨¦rez Yoma, dijo ayer que la recepci¨®n a Pinochet ha puesto en riesgo la mesa de di¨¢logo sobre derechos humanos impulsada por el Gobierno. La mesa empez¨® a funcionar en agosto pasado y re¨²ne por primera vez a militares y abogados de derechos humanos, informa Efe.]