Ricos y famosos en la 'ciudadela roja'
Es el signo de los tiempos, dominados por la ley del m¨¢ximo beneficio. Una parte de la vieja sede del Partido Comunista Italiano (PCI), adquirida por el l¨ªder hist¨®rico Palmiro Togliatti, en 1945, en el coraz¨®n de Roma, a unos pasos de la piazza Venezia, ha sido vendida, troceada en apartamentos de lujo, por un valor total de unos 1.400 millones de pesetas. Los beneficios son considerables si se tiene en cuenta que el PCI pag¨® apenas 26 millones de pesetas por el enorme complejo de casi 5.000 metros cuadrados, que alberga hoy al partido de los Dem¨®cratas de Izquierda, heredero de las m¨ªticas siglas. Personajes de la pol¨ªtica y las finanzas italianas ocupar¨¢n ahora (o revender¨¢n) estos metros cuadrados ligados a la historia del partido obrero m¨¢s poderoso de Occidente en los a?os dif¨ªciles de la guerra fr¨ªa. La lista de aspirantes estaba llena de nombres famosos, desde Tomasso Padoa-Schioppa, consejero del Banco Central Europeo, hasta el ex consejero delegado de Telecom Italia, Franco Bernab¨¦, aunque ninguno de los dos ha llegado a tiempo de adquirir uno de los 21 apartamentos. En realidad, el ala que se ha puesto a la venta forma parte de uno de los tres edificios de la que en tiempos fuera llamada la ciudadela roja, situado en una bocacalle (Via dei Polacchi), que arranca de la Via delle Botteghe Oscure, donde se alza el edificio central del partido de los Dem¨®cratas de Izquierda, hoy principal fuerza de la coalici¨®n de centro-izquierda que gobierna Italia.En los a?os dorados del PCI el edificio alberg¨® no s¨®lo despachos y salas de conferencias del partido, sino tipograf¨ªa, enfermer¨ªa y hasta una oficina de Correos. Toda una organizaci¨®n social paralela a la capitalista. Eran otros tiempos, y de aquel PCI queda bien poco en el actual DS. El partido, que abandon¨® el marxismo a principios de los noventa de la mano del ex secretario general y, en cierto modo, delf¨ªn de Enrico Berlinguer, Achille Occhetto, se transform¨® hace un par de a?os en una formaci¨®n socialdem¨®crata pura, devota del libre mercado. Hace casi dos a?os, por ejemplo, el PDS consinti¨® que capitalistas amigos, -pero capitalistas al fin y al cabo-, se quedaran con el diario L'Unit¨¢, una cabecera m¨ªtica, fundada por Antonio Gramsci, e ¨ªntimamente ligada a la historia del PCI.
El camino hacia el mercado inmobiliario de este parte de la sede comunista comenz¨® hace cinco a?os cuando el PDS cedi¨® la titularidad de las oficinas que dan a la Via dei Polacchi a la Unipol, la compa?¨ªa aseguradora del movimiento de cooperativas. Era un espacio de escaso relieve que hospedaba alguna comisi¨®n interna del partido, la oficina y la sala de prensa, que la Unipol decidi¨® reformar inmediatamente y convertir en apartamentos de lujo. En total 18 pisos de 70 y 90 metros cuadrados, con cocinas de madera, aire acondicionado, amplios ventanales y doble techo, m¨¢s un enorme d¨²plex, y dos cotizad¨ªsimos ¨¢ticos desde los que se domina el panorama ¨²nico de las c¨²pulas de Roma. Hay quien ha pagado el metro cuadrado a 850.000 pesetas. El valor total de la operaci¨®n inmobiliaria ha sido de unos 1.400 millones de pesetas. La agencia Corsini&Toppi que se ha ocupado de la venta declaraba ayer los detalles al diario Il Corriere della Sera. "En apenas 20 d¨ªas hab¨ªamos vendido el 80% de los apartamentos. Es una demostraci¨®n de que Roma se est¨¢ aproximando a otras grandes capitales europeas, en las que existe ya un mercado inmobiliario privilegiado, dirigido a los directivos de grandes empresas multinacionales", explican en la agencia. En Londres, por ejemplo, un apartamento de 35 metros cuadrados puede llegar a costar 80 millones de pesetas y en algunas zonas del centro de Roma se est¨¢ empezando a producir el mismo fen¨®meno. Uno de los primeros en advertirlo ha sido el Gobierno italiano que se dispone a trasladar ministerios y organismos oficiales del centro de Roma a la periferia. El objetivo es doble: liberar el centro del peso opresor de estos departamentos que provocan una invasi¨®n diaria de unos 3 millones de personas (frente a una poblaci¨®n de unos 140.000 vecinos) y ganar buenos dividendos.
Conscientes del simbolismo de la operaci¨®n, los Dem¨®cratas de Izquierda se defienden. "El edificio no nos pertenece desde hace a?os", declaraba ayer al Corriere el antiguo tesorero DS, Francesco Ricci, "No entiendo que inter¨¦s puede tener el hecho de que unos antiguos despachos del PDS hayan sido reestructurados y vendidos como viviendas. Entre otras cosas porque la propia sede va a ser dividida en dos partes dentro de nada y la mitad del edificio se va a poner a la venta". El fin de la ciudadela roja est¨¢ muy pr¨®ximo.
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