Adi¨®s al capit¨¢n general
Matth?us juega hoy su ¨²ltimo partido con el Bayern antes de irse a EEUU
Un f¨ªsico privilegiado y la terquedad de los alemanes de jugar con un defensa libre, han permitido a Lothar Matth?us llegar en activo a la provecta edad de 39 a?os. Los cumplir¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 21, en Nueva York, donde cerrar¨¢ su carrera profesional. El Metro Stars le ha fichado como reclamo publicitario en la Liga estadounidense. Ser¨¢ una manera tranquila de cerrar una trayectoria que comenz¨® con el Borussia Moenchengladach en 1979 y que le ha llevado por el Bayern de M¨²nich en dos ocasiones (1984-88 y 1992-2000) y por el Inter de Mil¨¢n (1988-92). Esta noche, frente al Madrid, Matth?us se despide del Bayern, donde es capit¨¢n general.S¨®lo le ha faltado por conquistar la Copa de Europa. La tuvo a mano el pasado a?o, pero dos minutos milagrosos del Manchester le arrebataron la posibilidad de cerrar el c¨ªrculo perfecto. Campe¨®n del mundo con Alemania, cinco veces campe¨®n de la Bundesliga, campe¨®n de la Liga italiana, mejor jugador europeo en 1990... Por galardones que no quede. Recientemente cumpli¨® su 144 partido con la selecci¨®n alemana. Nadie en la historia del f¨²tbol europeo ha jugado m¨¢s partidos internacionales. Medido en n¨²meros, Matth?us abruma a cualquiera. Como jugador tampoco ha sido poca cosa, aunque en su figura se observan algunos de los aspectos declinantes del f¨²tbol alem¨¢n.
Un pa¨ªs que ha producido a Beckenbauer, Overath o Schuster, se ha visto obligado a admirar a Matth?us, notabil¨ªsimo futbolista que de ninguna manera alcanza la categor¨ªa de aqu¨¦llos. A su lado, ser¨ªa un excepcional secundario, el complemento perfecto por despliegue f¨ªsico, intensidad competitiva, gol y criterio. Porque calidad no le ha faltado a Matth?us, centrocampista de juego sencillo y poderoso, m¨¢s dotado para progresar en los espacios abiertos que para las sutilezas de los verdaderos genios del f¨²tbol. ?l mismo lo ha reconocido: "Yo ve¨ªa en los grandes espacios lo que Maradona ve¨ªa en un metro a su alrededor". Habla bien de Matth?us su reconocimiento de Maradona como el mejor jugador que jam¨¢s ha visto.
Tan buen futbolista como bocazas, Matth?us se ha ganado un buen pu?ado de enemigos durante los ¨²ltimos a?os. C¨¦lebre es su enemistad con Jurgen Klinsmann, hombre de ideas progresistas, culto y poco amigo de las broncas. Matth?us se ha metido en unas cuantas. A un aficionado holand¨¦s le dijo: "L¨¢stima que se olvidaran de t¨ª en la ¨¦poca de Adolfo (Hitler)". Quienes no aceptaban su autoridad, no ten¨ªan m¨¢s remedio que enfrentarse con ¨¦l. F¨ªsicamente. Su pelea a pu?etazos con su compa?ero Lizarazu es un cl¨¢sico de la televisi¨®n. Cada poco tiempo, vuelve a emitirse. Y su largo contencioso con el seleccionador Berti Vogts signific¨® una ausencia de cuatro a?os (1994-1998) en el equipo de Alemania. Cuando regres¨®, justific¨® su decisi¨®n con claridad: "Si no pudiera hablar o trabajar con todos aquellos con los que he tenido problemas, me quedar¨ªa solo en el terreno de juego".
Entusiasmo no le ha faltado. Profesionalidad tampoco. Ni condiciones f¨ªsicas. Su madre siempre temi¨® que el peque?o Lothar (1,74 metros, 72 kilos) no pudiera con los rigores del f¨²tbol alem¨¢n. No sab¨ªa que ese cuerpo albergaba un atleta con las pulsaciones de Indur¨¢in (40 por minuto), las fibras blancas de los buenos velocistas y la capacidad pulmonar de los mejores fondistas. Un prodigio f¨ªsico con una naturaleza futbol¨ªstica. El resultado: 20 a?os de brillante carrera.
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