Mario Vargas Llosa: "Mi libro quiere ser la novela de todas las dictaduras"

Mario Vargas Llosa tuvo la primera idea de escribir una novela sobre Rafael Le¨®nidas Trujillo, alias El General¨ªsimo, El Benefactor y El Padre de la Patria, cuando en 1975 permaneci¨® ocho meses en la Rep¨²blica Dominicana con motivo del rodaje de una pel¨ªcula. "All¨ª escuch¨¦ muchas historias sobre las aberraciones cometidas en tiempos de Trujillo", explic¨® ayer Vargas Llosa en Barcelona. "Sin embargo, no fue hasta hace poco m¨¢s de tres a?os cuando decid¨ª ponerme manos a la obra. Me document¨¦ a fondo y el resultado es La Fiesta del Chivo, un libro que quiere trascender la figura de Trujillo para convertirse en una novela sobre todas las dictaduras".

Explica Mario Vargas Llosa que Trujillo, dictador asesinado en una conjura en 1961, cometi¨® aberraciones sin fin y lleg¨® a obligar a uno de sus s¨²bditos a comerse a su propio hijo. "Y le present¨® la cabeza como prueba", a?ade horrorizado. "Todo ello me ha convencido una vez m¨¢s de que es cierto el t¨®pico de que la realidad supera a la ficci¨®n", concluye el escritor. "De todos modos, me he documentado de un modo exhaustivo para partir con conocimiento de causa, pero no he querido ser fiel a la historia. Para eso ya est¨¢n los ensayos. He escrito una novela y he respetado los hechos b¨¢sicos de los 31 a?os de dictadura de Trujillo, pero me he inventado unos personajes y he procurado que la ficci¨®n domine en el libro", afirma. La Fiesta del Chivo (Alfaguara), t¨ªtulo que hace alusi¨®n a uno de los alias que el pueblo dominicano otorg¨® al dictador, es una novela en la que convergen tres historias: la de una mujer, Urania Cabral, que regresa a la Rep¨²blica Dominicana a principios de los a?os noventa tras m¨¢s de treinta a?os de ausencia; la de los conspiradores que atentaron contra Trujillo en 1961, y la de los excesos del dictador. "Me invent¨¦ el personaje de Urania porque no quer¨ªa que la novela se contara s¨®lo desde el interior de la dictadura", se?ala el escritor. "Tambi¨¦n quer¨ªa contarla desde el presente y quer¨ªa una protagonista mujer porque me impresion¨® la relaci¨®n de Trujillo con las mujeres. Hay un hecho curioso: ninguna amante habl¨® mal de ¨¦l. Por otra parte, muchos ciudadanos le llevaban a sus hijas y no era para conseguir favores, sino porque lo ten¨ªan por un semidi¨®s". Dice Vargas Llosa que nunca le ha pasado por la cabeza escribir una novela sobre Franco. "Por desgracia", ironiza, "el mundo est¨¢ lleno de dictadores y queda material de sobras para muchos escritores". "De todos modos, si las novelas est¨¢n logradas", a?ade, "transcienden el ¨¢mbito local para adquirir una expresi¨®n universal. Al escribir sobre Trujillo tambi¨¦n he escrito sobre Castro, sobre Fujimori, sobre todos los dictadores. Todos los temas pueden ser universales o localistas. Yo aprend¨ª de mi admirado Faulkner que es la forma lo que permite que una novela local pase a ser universal. ?sta ha sido mi lucha de los ¨²ltimos tres a?os: encontrar la forma adecuada para La Fiesta del Chivo".

Cuando habla de su novela, hay algo que Vargas Llosa quiere que quede muy claro: no ha querido centrarla en los horrores de Trujillo, sino en la condici¨®n humana del personaje. En opini¨®n del escritor, lo ocurrido en la Rep¨²blica Dominicana en tiempos del dictador no fue excepcional. "Los excesos de Trujillo se explican porque fue un hombre que acumul¨® el poder y la brutalidad, pero me interesa insistir en mi novela en la humanidad de Trujillo, ya que esto es a mi juicio lo m¨¢s terrible".

Vargas Llosa, que se define como "un intelectual que se interesa por problemas pol¨ªticos y c¨ªvicos", declara: "No es verdad que las dictaduras sean de derechas. La m¨¢s larga de Am¨¦rica Latina es la de Fidel Castro en Cuba, que ya lleva 42 a?os. El fen¨®meno de las dictaduras no puede interpretarse en t¨¦rminos de derecha e izquierda. Siempre son horrendas y reprobables. La dictadura, por desgracia, es un fen¨®meno con una largu¨ªsima tradici¨®n. Lo que es una anomal¨ªa en la historia no es la dictadura, sino la democracia". "Lo que m¨¢s me impresion¨® de la muerte de Trujillo", dice volviendo al centro de su novela, "fue que, tras su muerte, la conjura en contra de ¨¦l fracas¨® porque los conspiradores quedaron paralizados por lo que hab¨ªan hecho, de una manera casi religiosa, como si hubieran roto un tab¨². El poder de Trujillo lleg¨® en este sentido hasta lo m¨¢s ¨ªntimo de las personas". "El fen¨®meno que produjo a Trujillo est¨¢ vivo y coleando", termina. "Lo ocurrido en Chile con Pinochet demuestra que una dictadura no acaba cuando llega la transici¨®n democr¨¢tica. La dictadura deja unas toxinas que se han visto en Chile con el recibimiento tributado por las Fuerzas Armadas al dictador Pinochet. En Chile ha habido en los ¨²ltimos a?os un progreso democr¨¢tico, pero las toxinas de la dictadura siguen presentes en algunos sectores".