?ngel Schlesser recupera la sobriedad de las l¨ªneas de los a?os sesenta Jes¨²s del Pozo reafirma su tendencia de abstracci¨®n material
Los desfiles que han cerrado las jornadas de los disidentes de Cibeles confirmaron que estos dise?adores son fuertes, saben lo que buscan y son capaces de ofrecer una calidad fuera de toda duda. ?ngel Schlesser mostr¨® oficio, buen gusto y hasta un excesivo recato con una colecci¨®n en la que impera la nobleza material y un cierto refinamiento que canta a lo burgu¨¦s. Por su parte, Jes¨²s del Pozo reafirm¨® su voluntad de estilo.
En una imponente sala del Museo de Ciencias Naturales llena de atrezo arqueol¨®gico, ?ngel Schlesser hizo una presentaci¨®n sobria hasta la parquedad, con equilibrio entre las l¨ªneas generales de su propuesta y una selecci¨®n de materias muy nobles y serenas. Los a?os sesenta han sido su fuerte esta vez, y ha mostrado una confecci¨®n esmerada y detallista con materiales que suelen jugar malas pasadas a los modistas, como la lana peinada o de rizo puntado, los tweeds y la marmota.La evocaci¨®n del pasado, sin embargo, no ha opacado su modernidad. Las faldas rectas a la rodilla con el cl¨¢sico tach¨®n delantero, el micropunto de delicados remates, los cintillos de piel aplicados sobre el mohair como si de un apoyo t¨¦cnico se tratara. El azul acero, el beis, del morado al lila, del guinda al ciclamen; unas gamas estrechas para proponer la l¨ªnea recta junto a la piel: chaquetas cortas de conejo o cinturillas de piel abrillantada en contraste con la textura de la lana gruesa marr¨®n franciscano. Y, por fin, la serie negra, donde hubo pantalones rectos, el uso de chorreras chiffon para neutralizar la transparencia sobre el pecho o el ruedo y frente de las faldas hasta escotes palabra de honor con elegantes lazos ca¨ªdos como ¨²nico apunte decorativo. Todo aciertos dentro de una elegancia evolucionada, menos unas incomprensibles rosas de gasa en cintura y tirantes de los trajes ligeros, que en s¨ª mismo eran deliciosos.
A la ca¨ªda de la tarde, en el Colegio de M¨¦dicos, Jes¨²s del Pozo deslumbr¨® con una colecci¨®n ciertamente alejada del concepto de mercado y con un l¨ªrico empe?o de reafirmaci¨®n estil¨ªstica donde la piel, las sedas tratadas y los entramados artesanales se pusieron al servicio de un recital geometrista y complejo, donde el mayor inter¨¦s del creador consisti¨®, en casi todas las prendas, en mostrar su capacidad de abstracci¨®n a trav¨¦s del lucimiento de esas materias y con un pretexto hacia los pueblos primitivos y la atm¨®sfera salvaje.
Hay que reconocer que los llamados dise?adores de moda disidentes (?ngel Schlesser, Jes¨²s del Pozo, Modesto Lomba, Antonio Pernas y Roberto Verino) se han convertido en una ejemplar bandera que defiende la individualidad y el estilo como distintivos ante el mercado. Las primeras reacciones cuando surgi¨® la Asociaci¨®n de Creadores de Moda de Espa?a fueron de recelo. No ha pasado demasiado tiempo para que las contaminadas aguas vuelvan a una cierta neutralidad. Para septiembre no debemos esperar demasiado, sino sencillamente la reflexi¨®n de que, por una cosa u otra, la verdadera adultez no le acaba de llegar a la moda espa?ola. Los disidentes, con su empe?o y tozudez, nos lo han recordado a todos, y la reacci¨®n de las administraciones p¨²blicas y los industriales no son esta vez m¨¢s que un gesto de cordura que debi¨® de asistirles siempre. La moda no es arte, pero es una delicad¨ªsima industria que merece ser tratada con guantes de seda natural.
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