Reviviendo el pasado

Un cartel realmente extra?o ¨¦ste, que mezclaba canci¨®n galega con sinfonismo el¨¦ctrico de perfume anacr¨®nico. El grupo Mutenrohi plante¨® como telonero una propuesta sencilla, basada en canciones con letras populares y el concurso de unos correctos instrumentistas que desarrollan su labor en los m¨¢rgenes del folk. Resultado llevadero, pero poco espectacular.El sonido no les ayud¨®, como tampoco sucedi¨® con el protagonista de la noche, el veterano productor y compositor Alan Parsons. Es de esperar que una estrella de la mesa de sonido -responsable en su ¨¦poca dorada del sonido de The Beatles y Pink Floyd, entre otros- hiciera brotar chispas de los altavoces, maravillar con los planos, alucinar con los efectos. En lugar de esto, la actuaci¨®n del responsable de elep¨¦s como I robot o Pyramid tuvo poco volumen, no demasiado brillo sonoro y, eso s¨ª, una ejecuci¨®n a la altura de las circunstancias, teniendo en cuenta el nivel de calidad de los m¨²sicos. Parsons repas¨® las canciones de su ¨²ltimo y comercialmente correcto The Time Machine, pero sin las notables colaboraciones que le acompa?aron en el estudio: Tony Hadley, de Spandau Ballet. El mayor entusiasmo lo despert¨® cuando dio entrada a canciones que marcaron su periodo de gloria: What's goes up, I wouldn't wanna be like you, Sirius y Eye in the sky. No hay nada como revivir el pasado para salir del paso.

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