Todo va a peor

Mucha gente disfruta hoy de dos vidas paralelas: la anal¨®gica y la digital. En la primera estamos compuestos de ¨¢tomos y en la segunda de bits. Los bits no son tan vers¨¢tiles como los ¨¢tomos, a cuya organizaci¨®n debemos la existencia de v¨ªsceras tan especializadas como el p¨¢ncreas. En la existencia digital no hay p¨¢ncreas ni h¨ªgado. Tampoco hay hepatitis, aunque no por falta de virus, y todo ocurre en dos dimensiones. Se trata de una realidad lisa por la que deber¨ªamos pagar en consecuencia una tarifa plana. Y en ello estamos. Otra cosa que no todo el mundo sabe es que los bits no nos hacen mejores que los ¨¢tomos: es muy dif¨ªcil ser un tonto anal¨®gico y un listo virtual. O viceversa.Cuando desaparezcamos como individuos anal¨®gicos, seguiremos dando vueltas en el universo digital, si hemos tenido la precauci¨®n de abrirnos un p¨¢gina. Todav¨ªa resulta un poco caro, pero con el tiempo todo el mundo tendr¨¢ derecho a esta forma de reencarnaci¨®n cuyos gastos correr¨¢n a cargo de la Seguridad Social, en el caso de que no la hayan cerrado. O sea, que Internet tiene algo de universo sucesivo. Lo m¨¢s probable es que lo que conocemos hoy como realidad real, o anal¨®gica, sea el Internet de otro mundo ya desaparecido. En cada universo sucesivo vamos perdiendo complejidad y ardor de est¨®mago. La evoluci¨®n carece de otro objetivo que no sea el de sobrevivir para continuar dando la lata.

Si ustedes se hubieran asomado ayer a la existencia virtual de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, habr¨ªan visto que el saludo del d¨ªa ven¨ªa firmado desde el m¨¢s all¨¢ por Fraga Iribarne. Unas horas antes, curiosamente, Aznar hab¨ªa acusado a los socialistas de no renovar sus caras (el universo digital tampoco nos hace m¨¢s coherentes). El saludo de su mentor constaba de 30 o 40 l¨ªneas en las que no dec¨ªa nada, como cuando se manifiesta de manera anal¨®gica por otra parte. Pero impresionaba esta capacidad de Fraga para sobrevivir a trav¨¦s de los bits despu¨¦s de haber sido abandonado por los ¨¢tomos. Viendo la soltura con la que mueve sus pixels, pues adem¨¢s de tics autoritarios est¨¢ lleno de pixels, comprende uno que Fraga siempre tuvo una vocaci¨®n de vida plana. De hecho, pretendi¨® en su d¨ªa laminar a media Espa?a y era incapaz de dar dos pasos en la existencia tridimensional sin arrancar un tel¨¦fono de la pared. En eso, algo hemos ganado.

La campa?a de Aznar en la red ha sido especialmente plana tambi¨¦n, no sabemos si por vocaci¨®n propia o por problemas de electroencefalograma. Da la impresi¨®n de estar en Internet por una imposici¨®n comercial: como para vender m¨¢s. Despu¨¦s de recorrer la p¨¢gina de manera exhaustiva, le queda a uno la impresi¨®n de haber dado vueltas alrededor de una mesa camilla. Yo, de Aznar, habr¨ªa a?adido un brasero virtual, pues las emanaciones digitales por lo visto no matan. O sea, que en la existencia digital tambi¨¦n es m¨¢s dif¨ªcil suicidarse. Todo va a peor.