Carnaval electoral
C?DIZ. Si el emparejamiento de un d¨ªa soleado con la jornada electoral es s¨ªntoma alarmante del incremento de la abstenci¨®n, la coincidencia de las elecciones generales y andaluzas con el Domingo de Pi?ata del Carnaval de C¨¢diz supuso una pintoresca mezcla de m¨¢scaras y votos. Numerosos miembros de las mesas sucumbieron a la tentaci¨®n de la celebraci¨®n nocturna y acudieron maquillados y sin dormir a los colegios. Pero quien sac¨® m¨¢s jugo a esta conjunci¨®n fue el presidente de un colegio instalado en un centro escolar de la capital que se present¨® a su hora pero con el disfraz, la lengua trabada y el equilibrio en precario. MALAGA. Jes¨²s Gil, al patr¨®n del GIL, que deb¨ªa votar en una guarder¨ªa municipal, prefiri¨® hacerlo por correo. El esc¨¢ndalo de la oposici¨®n se convirti¨® en sonrisa cuando se conoci¨® que voto de Gil fue anulado por no ir acompa?ado de la documentaci¨®n preceptiva.
El Domingo de Pi?ata no se celebra con tanto fervor en M¨¢laga que en C¨¢diz. Sin embargo 46 mesas electorales se constituyeron con retraso debido a la incomparecencia de los presidentes y de los vocales. La Polic¨ªa retuvo la documentaci¨®n de los votantes m¨¢s madrugadores de un colegio que se constituy¨® a deshora para que no se marcharan sin votar. La escasa motivaci¨®n electoral contrast¨® con el empe?o de los vecinos de la pedan¨ªa de La Higuera que adem¨¢s de votar en las generales y en las auton¨®micas pretendieron celebrar un refer¨¦ndum para decidir de qu¨¦ Ayuntamiento les conviene depender.
SEVILLA. Un paquete abandonado en las cercan¨ªas del colegio Ram¨®n Carande de Sevilla indujo a suspender la votaci¨®n hasta que la Polic¨ªa confirm¨® que el tic-tac que se escuchaba en su interior proced¨ªa de un despertador com¨²n.
El novelista Alfonso Grosso, que da nombre a un colegio p¨²blico de Sevilla, habr¨ªa celebrado el empe?o que puso un chaval de nueve a?os para cumplir con el derecho de voto que le reconoci¨® la oficina del censo. El muchacho recibi¨® hace un a?o una carta en la que la se le invitaba a participar en las elecciones. Francisco Quijano, como se llama el chaval, no se resign¨® a ser v¨ªctima de un error y ayer fue al colegio y simul¨® la entrega de su voto.
JA?N. Alfonso Huertas, un minusv¨¢lido que conoce sus derechos ciudadanos, tampoco se avino a quedarse sin votar a causa de la imposibilidad de acceder al colegio instalado en el instituto de Formaci¨®n Profesional San Juan Bosco.
Huertas, tras comprobar la estrechez de la puerta, exigi¨® que la Polic¨ªa sacara la urna a la calle. El presidente del colegio se neg¨® a que la monta?a se acercara a Mahoma pero autoriz¨® que Mahoma fuera la monta?a, aunque aupado por dos voluntarios y dos agentes de la Polic¨ªa. Antes de ser subido al colegio, Alfonso Huertas prepar¨® sus sobres con los votos en la calle ya que las cabinas tampoco dispon¨ªan de espacio suficiente para la silla de ruedas.
HUELVA. Votar a un partido distinto del PP es pecado mortal. Esta es la teor¨ªa moral que que expuso a sus feligreses Jos¨¦ Raposo Hern¨¢ndez, p¨¢rroco de Paymogo, una peque?a localidad de la comarca del And¨¦valo. Aunque el voto es secreto, si Raposo ingresa en la Gloria probar¨¢ que se inclin¨® por la derecha pol¨ªtica.
GRANADA. La inmoralidad administrativa es a¨²n m¨¢s tozuda que la cat¨®lica. Un matrimonio que reside desde hace 15 a?os en Salobre?a no pudo votar porque figura en el censo domiciliado en la ciudad francesa de Touluse. Saturnino Rodr¨ªguez, un exiliado pol¨ªtico en el franquismo, ha sido incluso candidato en Salobre?a por IU.
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