Nueva York recoge en una gran muestra la poes¨ªa callejera del fot¨®grafo Walker Evans
La retrospectiva del Metropolitan abarca la carrera del artista desde 1928 hasta 1974
ANDR?S F. RUBIO Considerado el pionero del documentalismo fotogr¨¢fico en Estados Unidos, Walker Evans (1903-1975) capt¨® con su c¨¢mara desde 1928, con lenguaje conciso y po¨¦tica concentraci¨®n, la cultura urbana y campesina de Norteam¨¦rica. Maestro en plasmar las tensiones y vaivenes de la gran ciudad, ya fuera en Nueva York, N¨¢poles o La Habana, el Metropolitan Museum de Nueva York presenta, hasta el 14 de mayo, la mayor exposici¨®n retrospectiva que se le haya dedicado. Para ello, los organizadores han tenido libre acceso a todos los negativos del fot¨®grafo.
Una de las im¨¢genes refleja un d¨ªa de lluvia en la calle principal de Saratoga Springs, Nueva York, en 1931. Los ¨¢rboles no tienen hojas y los coches se alinean aparcados en bater¨ªa junto a las aceras. La calzada h¨²meda parece el cauce de un r¨ªo bajo el efecto de la luz. Al contrario que Alfred Stieglitz, cuyo estilo suntuoso Evans admir¨®, el virtuosismo de esta fotograf¨ªa nace de su car¨¢cter directo y documental. A?os despu¨¦s, en 1936, Walker Evans se sumerge en el mundo rural de Alabama y realiza una c¨¦lebre serie sobre la familia de granjeros arrendatarios Borroughs, a quienes retrata a la puerta de su caba?a y cuyos enseres fotograf¨ªa expresando con verdad y melancol¨ªa el esplendor y la extrema dureza de la vida de los aparceros.En el exhaustivo cat¨¢logo publicado con motivo de la muestra por el Metropolitan Museum y la Universidad de Princeton, Maria Morris Hambourg hace un retrato de Walker Evans en el que destaca la econom¨ªa y rigor de su mirada fotogr¨¢fica. Y explica que no es una coincidencia que los artistas a los que Evans m¨¢s admiraba hubieran dedicado sus vidas a decir la verdad subversiva frente a las incomprensiones y la censura: Gautier, Baudelaire, Flaubert, Eliot, y especialmente Joyce. "Evans sab¨ªa que su arte no ten¨ªa precedentes en la fotograf¨ªa, dado que era al mismo tiempo arte popular e inapropiado para el consumo f¨¢cil. Sus fotograf¨ªas muestran la cara oculta de la luna -nobleza ra¨ªda, ruinas arquitect¨®nicas, esl¨®ganes vac¨ªos, tragedias nunca lloradas-".
Su firme resistencia a la cultura establecida, a?ade Morris, se contrapesaba por la presi¨®n que aplicaba a su obra. "En ese equilibrio de medidas hizo de su arte la b¨²squeda m¨¢s pura, la religi¨®n de un esc¨¦ptico con una plena medida de gracia".
El legado de Evans, cuidadosamente preservado por el fot¨®grafo, fue adquirido por el Metropolitan Museum en 1994, y la exposici¨®n es el resultado de la criba, organizaci¨®n y catalogaci¨®n de los negativos. La muestra se convierte as¨ª en inmejorable para revisar los 50 a?os de la carrera del fot¨®grafo, desde sus im¨¢genes de Nueva York a finales de los a?os 20, con el puente de Brooklyn, los luminosos de Broadway y las ventanas de Wall Street como parte primordial del inagotable simbolismo de la ciudad, hasta las polaroids del final de su carrera, un periodo poco conocido en el que Walker Evans repara en las marcas del tr¨¢fico sobre la calzada o vuelve a retratar desoladas arquitecturas por las carreteras de Am¨¦rica.
Babelia
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