La Iglesia chilena llama a la reconciliaci¨®n y al respeto del trabajo de la justicia

La Iglesia chilena dirigi¨® un claro mensaje a favor de la reconciliaci¨®n de todos los chilenos a trav¨¦s de la homil¨ªa que pronunci¨® ayer el obispo de Santiago, Francisco Javier Err¨¢zuriz, en el ted¨¦um ecum¨¦nico celebrado con motivo de los actos de investidura del presidente Ricardo Lagos. El obispo de Santiago abog¨® por el ¨¦xito de la Mesa de Di¨¢logo, que re¨²ne a representantes de las v¨ªctimas y de los victimarios de la dictadura militar y diversos sectores de la sociedad chilena. La convivencia necesita respetar el trabajo de la justicia, dijo la m¨¢xima autoridad eclesi¨¢stica.

El mensaje de Err¨¢zuriz tiene un especial significado en un momento en que la Mesa de Di¨¢logo est¨¢ al borde de fracaso. La actitud de las Fuerzas Armadas en el recibimiento del general Augusto Pinochet provoc¨® un profundo malestar entre los abogados de derechos humanos, que se han negado a firmar hasta ahora un documento con las conclusiones de lo tratado hasta la fecha por esta instituci¨®n. El nuevo Gobierno, con su presidente a la cabeza, se ha comprometido a trabajar por la continuidad de la Mesa de Di¨¢logo, que tiene como objetivo principal encontrar una soluci¨®n al problema de los detenidos-desaparecidos.Ricardo Lagos inicia hoy su andadura como presidente de Chile "identificado con la verdad, con la transparencia y con la justicia, no con los eufemismos ni con las componendas", despu¨¦s de un intenso fin de semana en el que todo el pa¨ªs ha sido una gran fiesta. Con la llegada de un presidente socialista al palacio de La Moneda, Chile acaricia la posibilidad de cerrar la transici¨®n iniciada hace 10 a?os, cuando el general Pinochet entreg¨® el Gobierno, pero mantuvo altas cuotas de poder. Por primera vez, el general no estuvo en la tercera transmisi¨®n del mando presidencial en la democracia.

Llega la hora de la verdad. Lagos afronta el desaf¨ªo de cumplir lo que dijo el s¨¢bado a sus conciudadanos desde el balc¨®n del palacio de La Moneda, donde record¨® el bombardeo de los aviones de los generales golpistas y la muerte del presidente Salvador Allende, para quien pidi¨® respeto. "No nos enga?emos. Podemos discutir todav¨ªa sobre c¨®mo vamos a reparar nuestras heridas, pero ?sabemos cu¨¢les son esas heridas y cu¨¢nto nos duelen! Todos sabemos que ¨¦sa es una deuda pendiente, as¨ª lo escuchamos y as¨ª tenemos, entre todos, con decisi¨®n que abordar las tareas pendientes de la transici¨®n".

Se presenta el nuevo mandatario como el presidente de todos los chilenos, ricos y pobres; de centro, izquierda o derecha; de civiles y militares; de quienes le votaron y de quienes no. Pero estos ¨²ltimos le observan con mucha cautela. El mundo de la derecha pinochetista, empresarial y militar aplaude toda alusi¨®n al futuro, pero exterioriza su irritaci¨®n ante cualquier referencia al pasado indigno de la dictadura. Lagos ha dicho con claridad que no viene a administrar las nostalgias del pasado ni a mirar atr¨¢s, pero ello no significa olvidar ese mismo pasado ni su voluntad de alcanzar un reencuentro "en la verdad, la justicia y el respeto de los derechos humanos".

Para muchos chilenos, la investidura ha revivido la memoria. El senador socialista Jaime Gazmuri explicaba la emoci¨®n que sinti¨® en diversos momentos: Lagos con la banda presidencial, la entrada en el palacio de La Moneda, el discurso desde el balc¨®n... "Son 30 a?os. El presidente Lagos trae a la memoria los viejos sue?os de libertad y justicia. Siento que se cierra un largo ciclo", coment¨®. ?Los temas pendientes de la transici¨®n? Lagos dijo a este diario que s¨®lo se podr¨¢ dar por concluida cuando Chile posea una Constituci¨®n que tenga el apoyo de todos. Pero para aprobar la reforma necesaria que libere la Carta Magna de las ataduras antidemocr¨¢ticas del r¨¦gimen militar, el presidente necesita el apoyo de las fuerzas pol¨ªticas de la derecha.

La relaci¨®n entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas aparece como otra de las grandes inc¨®gnitas de la nueva legislatura. Tienen que ser obedientes, y no deliberantes, repite el presidente. Pero los generales no pierden oportunidad para expresar su respaldo al ex dictador. La primera prueba de fuego de las relaciones c¨ªvico-militares tiene que ver con el futuro judicial de Pinochet, que puede ser desaforado en las pr¨®ximas semanas. El Gobierno asegura que los jueces gozan de absoluta independencia en Chile. Pero ¨¦sta no es una opini¨®n un¨¢nime ni entre las fuerzas pol¨ªticas de la Concertaci¨®n. El ministro secretario general de la Presidencia, ?lvaro Garc¨ªa, del Partido por la Democracia (PPD), da un rotundo s¨ª a la pregunta de si Pinochet puede ser juzgado en su pa¨ªs. Jorge Schaulsohn, ex presidente de la C¨¢mara de Diputados y del mismo partido, afirmaba con igual rotundidad que Pinochet no ser¨¢ juzgado, porque "las Fuerzas Armadas no lo van a permitir".

Hern¨¢n Felipe Err¨¢zuriz y Miguel Schweitzer, los abogados que llevaron el peso de la defensa del dictador para impedir su extradici¨®n a Espa?a, aseguraron al diario El Mercurio que form¨® parte de la transici¨®n pactada que Pinochet no fuera sometido a juicio.

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