San Blas se rinde a Aznar. "Esos nuevos que han venido no son alba?iles o barrenderos"
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Hace 15 a?os no era f¨¢cil evitar que en un paseo por la zona chabolista de San Blas una pandilla de adolescentes armados con navajas te asaltara; ahora es mucho m¨¢s dif¨ªcil evitar que una inmobiliaria te venda un piso. Este distrito obrero del este de la ciudad, hundido en el paro, en la delincuencia y en la droga como pocos hace tiempo, feudo natural de los partidos de la izquierda y del rock duro, est¨¢ cambiando. M¨¢s de 9.000 personas, j¨®venes, solventes, con buenos trabajos y buenos coches, han desembarcado en los ¨²ltimos cuatro a?os respondiendo a la llamada de las nuevas promociones de pisos caros en pol¨ªgonos apartados. Ya ocupan casas que cuestan de 20 a 40 millones, con ¨¢ticos asilvestrados y piscina interior, y de paso han transformado el mapa electoral: San Blas ha dejado de ser rojo y por primera vez el PP ha logrado m¨¢s apoyo que el PSOE en esta esquina de la ciudad. En 1996, el PSOE obtuvo 32.599 votos, y el PP 31.672; el domingo, 30.721 se inclinaron por Almunia y 33.742 prefirieron a Aznar. ?Tanto han influido los reci¨¦n llegados? Basta acercarse a los colegios electorales del San Blas de toda la vida, en la calle de Amposta, en Pobladura del Valle, en Simancas, para comprobar que el PSOE gan¨® all¨ª el domingo por m¨¢s de 10 puntos. Como siempre. Es en esos nuevos barrios, como Las Rosas o Quinta de los Molinos, con hipermercado propio levantado sobre las ruinas de un poblado chabolista, donde el PP ha cambiado el paso del distrito: en uno de los nuevos colegios barri¨® el domingo con un 58% de los votos. A un paso de la comisar¨ªa de San Blas, en el viejo San Blas, un grupo de jubilados comentaba ayer el resultado de las elecciones. Cerca, un yonqui de 30 a?os pasa con una bolsa de la compra del Pryca arrastrando los pies. A los abuelos no les extra?a que el PP haya dado un vuelco en el distrito: "Ha venido gente nueva que no trabaja de barrendero o alba?il y, adem¨¢s, nuestros hijos se han ido". Todos estos jubilados confesaron haber votado al PSOE por una raz¨®n sobre todas: "Nos cuesta votar al PP, ?sabe usted?" Todos llegaron a San Blas hace 40 a?os, cuando no hab¨ªa calles, y para ubicarse se bautizaban los solares con t¨¦rminos como "pol¨ªgono G" o "parcela H". La Obra Sindical les coloc¨® en casas de 40 metros cuadrados llenos de hijos que crecieron gracias a jornales de tip¨®grafo, de fontanero o de encofrador. "Yo viv¨ª con siete hijos, y en la habitaci¨®n de los ni?os, con cinco literas, hab¨ªa que entrar con careta por el olor a pies", contaba ayer uno de estos jubilados, que sigue en la misma casa, m¨¢s vac¨ªa pero igual de diminuta. Seg¨²n los datos de la concejal¨ªa de San Blas (120.000 vecinos), barrios como Amposta, Simancas o Hell¨ªn han perdido, conjuntamente, m¨¢s de 2.000 habitantes en los ¨²ltimos a?os. Unos se han muerto, los otros se han ido.
Pioneros en los sesenta
Es cierto lo que dice el jubilado: los reci¨¦n llegados a barrios como Las Rosas o la Quinta de los Molinos no se parecen en nada a los pioneros de los sesenta. ?stos hu¨ªan del hambre de la Espa?a rural y acabaron en un barrio de aluvi¨®n construido a trancas y barrancas: a¨²n en el gran San Blas se ven parcelas desocupadas que jam¨¢s sirvieron para nada. Los segundos arriban a modernas barriadas de bloques de pisos con forma de plaza de toros en las que las tiendas de pizzas a domicilio y los bancos llegaron antes que los vecinos. La zona es una locura de gr¨²as, ladrillos y cartelones que pregonan las ventajas de las "viviendas de alta calidad".
El edil socialista Miguel Conejero insiste en que la abstenci¨®n, adem¨¢s del desembarco de nueva gente, ha perjudicado a la izquierda. El concejal de San Blas, Luis Fern¨¢ndez Bonet (PP), a?ade que hay que tener en cuenta "que los ciudadanos han visto que hay gobernantes que hacen lo que prometen".
No se cree esto ¨²ltimo un vecino del San Blas de toda la vida, de 57 a?os, parado y sin mucha esperanza de dejar de serlo, "sin saber ad¨®nde ir ya". Ayer volv¨ªa de comprar el pan, y dec¨ªa: "Es verdad, ahora hay aqu¨ª gente con nivel, pero, para m¨ª, esto sigue estando igual... de mal".
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