Ninots de tir
Al principio fue la hoguera y el ninot. El fuego liberaba la energ¨ªa atrapada en la madera cuando se debilitaba el dios Sol, y los hombres quer¨ªan alimentarlo con el mismo man¨¢ que el astro rey les hab¨ªa dado a las plantas en la funci¨®n clorof¨ªlica. M¨¢s presencia y m¨¢s calor alejaban el oscuro fr¨ªo invernal; pod¨ªa devolver vida a la vida. Al verdear los sembrados, se crey¨® que una gavilla de cereal, la primera de la anterior cosecha, transformada en ceniza por el divino fuego, ayudar¨ªa al crecimiento de las mieses. La gavilla se hizo paja y habit¨® en el relleno de unas figuras humanas capaces de asumir el esp¨ªritu de las gram¨ªneas y fue ninot con posibilidades, mediante su sacrificio, de cargar con los males de la colectividad para expulsarlo, expiarlos. La antigua Roma los llam¨® pilae o maniae en las fiestas Compitalia (4-5 de enero), en honor de los dom¨¦sticos dioses Lares y Penates; cada familia colgaba sobre la puerta de entrada una estatua de la diosa Mania y suspend¨ªa de la misma tantos mu?ecos de madera o lana como personas libres hab¨ªa en la casa; los malos esp¨ªritus al ver estos ninots, no molestaban a los habitantes del hogar en cuesti¨®n. En las fiestas Mamurlia (14 de marzo) un ¨²nico monigote representaba al a?o lunar saliente y trataba de asegurar el triunfo de la vida.El 18 de marzo, hasta finales del siglo XIX, de los balcones de la ciudad de Valencia se colgaban con el tir -nombre de la cuerda que se usaba para bajar y subir muebles de los pisos- mu?ecos, rellenos de paja, denominados ninots de tir; ante las viviendas de L'Horta se enganchaban de los ¨¢rboles y se quemaban al anochecer, colocados encima de cada una de las hogueras, que inmolaban lo impuro simbolizado por el cuerpo de un personaje inocente y, al mismo tiempo, culpable, como el ninot.
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