Arte por la rehabilitaci¨®n

Arte contra destrucci¨®n. Libertad de expresi¨®n contra la imposici¨®n de ideas. Reclamo de lo popular como contraste con los proyectos irrespetuosos con la tradici¨®n. La Asociaci¨®n de Vecinos y Comerciantes La Boatella, una entidad radicada en Velluters, tal vez la parte m¨¢s degradada del casco viejo de Valencia, se ha movilizado de diversas maneras para protestar por lo que consideran falta de respeto por unas gentes, un barrio y, en definitiva, una forma de vida: La construcci¨®n de un edificio de uso cultural cuya tipolog¨ªa colisiona de manera radical con un trama urbana hist¨®rica. Resulta extra?o, pero el colectivo no acepta de buen grado la creaci¨®n en el coraz¨®n de su barrio del Complejo Educativo y Cient¨ªfico de Velluters, zona que sufre el barrio chino de la ciudad. El edificio, cuya construcci¨®n comenz¨® a principios de mes, albergar¨¢ el Institut de Biologia Celular, el Conservatorio Profesional de M¨²sica y la Escuela de Arte y Dise?o. Es decir, se convertir¨¢ en uno de los focos de educaci¨®n y cultura de Valencia y, en consecuencia, atraer¨¢ hasta el c¨¦ntrico barrio a centenares de j¨®venes cada d¨ªa.

En principio, una iniciativa irreprochable. ?Por qu¨¦, entonces, una modesta agrupaci¨®n ciudadana moviliza todos sus recursos para intentar frenar la maquinaria de la todopoderosa Administraci¨®n, en este caso representada por la Consejer¨ªa de Educaci¨®n y Cultura? Por varias razones. "El dise?o del edificio no respeta la estructura del barrio, va contra la vida social que a¨²n existe en nuestra zona y no respeta la actual ley de patrimonio o el plan de protecci¨®n aprobado para el barrio". El presidente de La Boatella, Denis Tsaousoglou, lo tiene claro: "Hay que rehabilitar y revitalizar, no destruir para construir elementos disonantes con el entorno".

?Qu¨¦ ha hecho la asociaci¨®n para protestar e intentar frenar el proyecto? En primer lugar, denunciar la construcci¨®n del edificio ante la Justicia, concretamente a la Fiscal¨ªa del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. El ministerio p¨²blico ha abierto una investigaci¨®n de car¨¢cter penal para comprobar si, tal como denuncian los vecinos, la construcci¨®n del complejo, entre otras iniciativas, colisionar¨ªa con el plan especial de protecci¨®n y reforma del barrio. Adem¨¢s, y con la intenci¨®n de mostrar parte de la riqueza oculta del barrio, dos artistas, William James y Mo?se Soullard, han montado una exposici¨®n gr¨¢fica justo enfrente del complejo en cuesti¨®n. Barrio invisible, se denomina. En ella aparecen varios vecinos del barrio para intentar reivindicar la parte humana de una ciudad, aquella en la que las personas, y no los edificios, son los protagonistas.

"Fotografiamos a un vecino del barrio que, a su vez, nos se?alaba a otro conocido de la zona y as¨ª, sucesivamente, hasta formar un mural que reivindique a la gente frente a las construcciones sin alma, irrespetuosas con los cuatro o cinco puntos de encuentro que a¨²n existen en el barrio". James, ingl¨¦s, nueve a?os en Valencia, lo tiene claro: "Iniciativas como la del complejo no son las que necesita Velluters". La consejer¨ªa, por contra, defiende desde la presentaci¨®n del proyecto -que ocupa 10.468 metros cuadrados y costar¨¢ algo m¨¢s de 2.000 millones de pesetas- que ¨¦ste sirve para "regenerar" el barrio.