Un partido que ni pintado

De camino hacia los cuartos de final, el Bar?a va resolviendo aquellos asuntos que le permitan llegar lo mejor posicionado posible. Frente al Hertha de Berl¨ªn, se impon¨ªa la victoria como prioridad, para asegurarse el primer puesto y ganarse el factor campo en la pr¨®xima ronda, y, de paso, era menester que Abelardo y Figo pillaran una tarjeta amarilla para cumplir sanci¨®n el pr¨®ximo martes en Praga, en el ¨²ltimo partido de la serie, antes de las eliminatorias directas. Ni una hora tardaron los azulgrana en despachar uno y otro tr¨¢mite, circunstancia que no s¨®lo expresa la facilidad de la empresa de anoche sino que avala el feliz momento que vive el equipo, enganchado al gol, enchufado a buenos marcadores, deseoso de las grandes afrentas, como la que le aguarda el s¨¢bado ante el Deportivo. Fue un partido que ni pintado.El Hertha le dio un punto de inter¨¦s al partido con un gol de muy buen ver. Covic dibuj¨® un centro agradecido desde el puesto de volante derecho que Alves cabece¨® a la red como si fuera un ariete, marcando los tres tiempos, y ajustando la pelota al palo. Un tanto ya conocido en el estadio, pues a¨²n hoy se recuerdan los testarazos de Jardel en el encuentro ante el Oporto, y que cuestiona el posicionamiento de la zaga azulgrana frente al juego a¨¦reo del contrario. El gol estimul¨® al Barcelona, muy relajado y disperso. Puesto que el choque discurr¨ªa cuesta abajo, sin tensi¨®n competitiva, le cost¨® al Bar?a encontrar el punto de velocidad que le garantizara un juego fluido, colectivo, combinativo, de equipo. Tanto por su car¨¢cter como por las ausencias, el partido fomentaba sobre todo el culto al individualismo, terreno abonado para los delanteros azulgrana, repletos de munici¨®n.

Kluivert, Figo, Ronald de Boer y Rivaldo tiraron la l¨ªnea de ataque muy cerca del balc¨®n del ¨¢rea, y empezaron a apuntar a Kiraly, un meta muy heterodoxo. No tard¨® el Barcelona en alcanzar el empate. Xavi se benefici¨® de un rebote de Van Burik a la salida de un c¨®rner y ratific¨® la solvencia del equipo azulgrana en las jugadas a bal¨®n parado. Atajado el partido, el grupo de Van Gaal recuper¨® la distensi¨®n y se organiz¨® alrededor de Kluivert. A falta de extremos, el ariete ofreci¨® un surtido de gestos t¨¦cnicos que llenaron el partido. Los pases interiores, las paredes y las fintas colorearon la noche.

El partido tuvo un cierto tono circense, sobre todo por la elasticidad de Kluivert y el serpentear de Figo. Rivaldo qued¨® m¨¢s marginado del encuentro. ?ltimamente ha retrocedido unos pasos en la cancha, se ha metido m¨¢s hacia adentro y se entrena en el papel de Gerson, tal que fuera un interior izquierdo, como siempre ha dejado dicho, pese a contrariar al entrenador. Hubo un cierto apelotonamiento en la l¨ªnea de tres cuartos en detrimento de las bandas, que quedaron especialmente despejadas, y el Bar?a se perdi¨® en los remates. Empe?ados en el pim-pam-pum m¨¢s que en la elaboraci¨®n del juego, los azulgrana jugaron demasiado c¨®modos, como si fueran un equipo pesado, especialmente lento.

La pelota viaj¨® siempre de pie a pie, sin trabajar los espacios, con una punta de gas, sin inter¨¦s por encontrarle el hilo al encuentro, jugando cada uno su partido. La falta de punter¨ªa de Kluivert, especialmente torpe en el remate, y de Rivaldo abund¨® en la pesadez de la contienda, resuelta muy pronto, en el inicio del segundo tiempo, con un gol de Gabri en una meritoria acci¨®n particular y que complet¨® la feliz jornada para los canteranos barcelonistas (Xavi, Gabri y Puyol). Resuelta la cosa, el equipo se dej¨® ir y Van Gaal complet¨® la rueda de cambios que ya hab¨ªa iniciado con la sustituci¨®n de Figo en el descanso.

No le cost¨® al Barcelona atrapar el final con una punta de gas, con el m¨ªnimo desgaste, y un tercer gol, obra de Kluivert, coronado como el rey de una noche tan apacible que se cumplieron cuantos asuntos quedaban por resolver.