En memoria de un "artista total"
Se habl¨® de Par¨ªs. De periodismo. De toros. De vino. De amistad. La noche del pasado martes, en el sal¨®n de actos del Colegio Mayor San Pablo, de Madrid, se record¨® al periodista Feliciano Fidalgo. Convocaban la Asociaci¨®n de Antiguos Colegiales y el diario EL PA?S. Principio y final de su trayecto vital: el espacio testigo de sus primeros pasos universitarios y period¨ªsticos y el diario al que dedic¨® 23 a?os de su vida. Primero, como corresponsal en Par¨ªs; a partir de 1985, como reportero incansable por toda Espa?a; durante una d¨¦cada, entrevistando todos los domingos a los protagonistas de la actualidad desde su secci¨®n Luz de gas. En el ¨²ltimo tramo de su vida, ense?ando a Comer, beber y vivir. EL PA?S fue la verdadera religi¨®n de este agn¨®stico; la pareja de un soltero vocacional. Una fidelidad que s¨®lo interrumpi¨® la muerte, hace cuatro meses.Entre los convocados, una mezcla de perfiles perfecta para retratar a un personaje al que muchos leyeron en este diario, pero pocos conocieron en la intimidad. Juan Luis Cebri¨¢n (consejero delegado de El PA?S), Sol Gallego-D¨ªaz (directora adjunta del diario y moderadora del acto) y los periodistas Juan Cruz, Concha Garc¨ªa Campoy, Daniel Gavela, Tico Medina, Juan Pedro Qui?onero, Vicente Verd¨², Luis ?ngel de la Viuda y Ana Zunzarren. Para cerrar el c¨ªrculo, un dibujante y humorista, Alfonso Ortu?o, y un viticultor, Carlos Falc¨®.
Entre el p¨²blico, gente que en justicia pod¨ªa haber ocupado tambi¨¦n el estrado. Su hermano y sus dos hermanas; gente de la prensa, del vino, de la buena vida. Ning¨²n pol¨ªtico. Entre el respetable, algunos aportaron su grano de arena en el homenaje a Feliciano Fidalgo, como el escritor Antonio D. Olano o Alejandro Fern¨¢ndez, el inventor y patr¨®n de los caldos de Pesquera. Uno de sus b¨¢lsamos. Fern¨¢ndez prometi¨® que la a?ada del 99 ser¨¢ un homenaje a Feliciano.
Iba a ser una mesa redonda. Qued¨® en retrato. Hab¨ªa poco que discutir. En el escenario donde Feliciano hab¨ªa representado, a mediados de los 50 como actor en ciernes, el mon¨®logo Las manos de Eur¨ªdice, algunos de los que le quisieron le convocaron a base de recuerdos agridulces. Feliciano acudi¨®. No se dej¨® ver. Siempre fue un t¨ªmido.
En la semblanza del amigo el cuadro fue monocrom¨¢tico: hombre de generosidad sin l¨ªmites. Sin envidias ni dobleces. Desprendido en lo personal y lo profesional. Capaz de invitar a champagne en el mejor club de Par¨ªs a los grandes, se apellidaran Deneuve, Belmondo o Rossellini, lo mismo que a un becario en una tasca madrile?a. De prestar fuentes, servir de int¨¦rprete, de gu¨ªa a cualquier compa?ero. Inquieto, exuberante, extremista. Al final de su intervenci¨®n, Daniel Gavela dio gracias al cielo por haberle conocido.
Al margen del cari?o, el juicio profesional. Tico Medina le defini¨® como "un contador de historias" y destac¨® su maestr¨ªa como entrevistador. Juan Cruz, su "vocaci¨®n envidiable de periodista" y su calidad como "columnista y entrevistador tierno y agresivo a la vez".
El amigo, el profesional y, en definici¨®n de Gavela, "el artista total; conocedor como pocos del lenguaje de las cartas, de las flores, del vino". Seductor; torero frustrado; aspirante a futbolista; ingeniero que nunca empez¨® la carrera; minero por herencia; cr¨ªtico teatral; berciano militante; alf¨¦rez degradado; extendedor en Espa?a de las virtudes de los vinos nacionales. Amigo de Topol, Arzak, Yves Montand, Julio Iglesias, Depardieu o Giscard. Un hombre libre. Al que Concha Garc¨ªa Campoy, con la que comparti¨® micr¨®fonos en la SER, recuerda "agudo, heterodoxo; sin prejuicios. Sin partidismos. Ejerciendo en sus intervenciones radiof¨®nicas una libertad que pocos nos permit¨ªamos".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.