Pragm¨¢ticos y momias
PACO MARISCAL
Por lo general no son p¨ªcaros como Antonio Ruiz Mero?o, el picante y divertido mun¨ªcipe principal de Dolores, que gobierna con el apoyo de grupos minoritarios y que accedi¨® un d¨ªa a la alcald¨ªa mediante moci¨®n de censura y promesas de subvenciones de por medio. Antonio Ruiz pag¨® con la tarjeta Visa del Ayuntamiento las facturas de una casa de lenocinio, que la modernidad denomina club de alterne. En el PP, en el que milita Ruiz Mero?o, hay sobrada gente honesta y casta que no visita lupanares, casas de citas, ni maisons meubl¨¦es. Y, por lo dem¨¢s, entre sus dirigentes abundan pol¨ªticos desva¨ªdos y pragm¨¢ticos que suman votos y ganan elecciones.
Ni Jos¨¦ Luis Gimeno en Castell¨®n, ni Eduardo Zaplana en la tierra m¨ªtica valenciana y del amor, ni el mism¨ªsimo Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en las anchas y secas tierras hispanas, disponen, por ejemplo, de la capacidad oratoria de Castelar o del discurso coloquial de Fidel Castro o de Felipe Gonz¨¢lez. La oratoria castelariana y el tono coloquial, caribe?o o sevillano, imprimen car¨¢cter y carisma, es decir, atraen. La ret¨®rica gris del "cero patatero", como ocurrencia, ni atrae ni moviliza. Aunque ellos saben bien que ret¨®rica y carisma les son innecesarios, pues est¨¢n m¨¢s atentos a todo aquello que podr¨ªa ahuyentar a sus votantes reales o potenciales que a lo que podr¨ªa atraerlos. Y ganan las elecciones, y en el Pa¨ªs Valenciano incluso reciben ya el trasvase de votos de la otra orilla, de la izquierda o centro-izquierda.
Son la derecha del desarrollismo del cemento y no la derecha del desarrollo ordenado y sostenido. Proyectan aeropuertos innecesarios y desecan humedales. Se proclaman centristas, no porque en sus filas haya elementos moderados en exceso, sino porque est¨¢n centrados m¨¢s en la tarea que en la discusi¨®n. La discusi¨®n prevalece en nuestros medios de comunicaci¨®n, en las tertulias de los comentaristas pol¨ªticos, en los debates excitantes en torno a alternativas diferenciadas, en las palabras mordaces. Ellos lo saben y lo evitan. Procuran no provocar conflictos, aunque los conflictos sean una realidad; ponen el acento en lo competentes que son puntualmente, y no en lo incompetentes que son tambi¨¦n puntualmente; enfatizan los logros conseguidos en determinadas cuestiones concretas, y callan las soluciones concretas que no llegaron. Esta derecha sabe lo que hace y c¨®mo se manifiesta, como sab¨ªa el alcalde de Dolores qu¨¦ pagaba o no pagaba en las facturas del lupanar. Esta derecha desarrollista sabe lo que hace y gana las elecciones sin alborotos, sin debates y con pragmatismo. ?sa es la realidad, aunque no nos guste la pol¨ªtica del cemento ni sea de recibo que un alcalde pague facturas en una casa p¨²blica, y no precisamente municipal.
Aunque tambi¨¦n gana las elecciones, y no otra cosa revela el c¨¢lculo aritm¨¦tico aplicado a los votos, porque en la otra orilla el alboroto y la pelea pol¨ªtica interesada, por la propina o por el escapulario, prevalece desde hace tiempo sobre la sensatez; porque en la otra orilla se estancaron en anatemas y t¨®picos y frases hechas; porque el elector no vio viable a las momias, aunque sean las momias de un pasado reciente; porque el discurso alternativo a la derecha no fue el discurso de los j¨®venes, porque los j¨®venes sienten como una patada en mala parte la falacia y la hipocres¨ªa.
Cabeza fr¨ªa, coraz¨®n caliente y respirar la calle es cuanto necesita el an¨¢lisis de los votos. Y que la izquierda act¨²e en consecuencia.
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