"Me voy a hacer pasar por rata a ver si as¨ª echo a andar"

De nada valen los llamamientos a la cautela en una joven de catorce a?os que por una desafortunada ca¨ªda usa silla de ruedas desde hace cuatro meses. Ana ha seguido todas las noticias divulgadas en las ¨²ltimas semanas sobre los avances obtenidos por un equipo espa?ol dirigido por Almudena Ram¨®n con ratas parapl¨¦jicas y por un equipo europeo, dirigido por Pierre Rabischong, que ha logrado poner en pie y que den algunos pasos tres lesionados medulares con electroestimulaci¨®n. Ana dorm¨ªa ayer pl¨¢cidamente la siesta cuando fue abordada por los periodistas en su habitaci¨®n del Hospital Nacional de Parapl¨¦jicos de Toledo y, a pesar de la inoportuna interrupci¨®n, sonri¨® abiertamente. "Todas esas noticias me hacen much¨ªsima ilusi¨®n. De hecho, voy a ponerme unas orejas y me voy a hacer pasar por rata a ver si puedo andar. No s¨¦ si me va a delatar la altura". Y, despu¨¦s, s¨®lo un poco m¨¢s en serio, a?ade: "De aqu¨ª a como much¨ªsimo diez a?os, en este hospital s¨®lo van a quedar las sillas".A la psic¨®loga de este hospital del Insalud, Mar¨ªa ?ngeles Pozuelo, le da miedo que las noticias despierten falsas esperanzas y que los enfermos, una vez asumida su lesi¨®n, dejen de trabajar en su recuperaci¨®n f¨ªsica y mental. Ana no est¨¢ de acuerdo: "No me voy a quedar sentada en una silla de ruedas durante diez a?os esperando a que se solucionen las cosas. Seguir¨¦ trabajando".

Jos¨¦ Luis Aguilar tambi¨¦n ha seguido muy de cerca las noticias. De hecho, este administrativo de 46 a?os de la F¨¢brica Nacional de Moneda y Timbre, que un accidente de moto le cambi¨® la vida el mes de agosto pasado, asegura haberse convertido en estos pocos meses en casi un especialista en lesiones medulares. Su esperanza ha renacido con las ¨²ltimas noticias. "Hay que vivir con los pies en el suelo (si es que vale en mi caso hablar as¨ª) y seguir trabajando, adapt¨¢ndote a lo que tienes. Pero lo cierto es que la medicina est¨¢ evolucionando mucho y en cuatro o cinco a?os todo habr¨¢ cambiado".

En realidad, para Jos¨¦ Luis cerrar los ojos a las innovaciones, no quererse crear expectativas es algo negativo que sufren, seg¨²n ¨¦l, los que est¨¢n sumidos en la depresi¨®n y la negaci¨®n de su dolencia. "Aqu¨ª hay de todo. Los hay que no quieren enterarse de nada. Ojos que no ven, coraz¨®n que no siente".

Teresa, por ejemplo, es de las que no quiere seguir las noticias. Tiene 17 a?os y un coche la ha atropellado. A¨²n ni siquiera ha podido sentarse en una silla de ruedas. Ha quedado tetrapl¨¦jica y tienen que adaptarle una a su medida. Pero no est¨¢ operada y dice que la columna la tiene bien. As¨ª que conf¨ªa en que no va a necesitar inventos venideros para recuperar su movilidad. "Yo voy a volver a caminar".

Y tan confiadamente como lo dice Teresa lo confiesa Mohamed Rahnoun, otro tetrapl¨¦jico v¨ªctima de una absurda ca¨ªda que vive en el hospital de Toledo desde hace cinco a?os. Usa un marcapasos diafragm¨¢tico, un aparato que funciona de forma similar a lo que el lunes present¨® en Bruselas el proyecto Lev¨¢ntate y anda. Unos electrodos en el pecho estimulan los m¨²sculos para poder respirar. Con la cabeza dirige con maestr¨ªa su silla de ruedas, que luce una peque?a colecci¨®n de llaveros. Rahnoun, de 36 a?os, de origen argelino y forofo del Alav¨¦s, ley¨® con atenci¨®n el experimento de Almudena Ram¨®n con ratas parapl¨¦jicas y no parpadea cuando asegura: "Yo voy a volver a andar. S¨®lo es cuesti¨®n de esperar". As¨ª lo cree tambi¨¦n Julio S¨¢nchez, de 53 a?os, al que un tumor en la m¨¦dula le dej¨® tan inm¨®vil que s¨®lo los ojos respond¨ªan a sus ¨®rdenes. Ahora est¨¢ recuperando poco a poco ciertos movimientos y sigue las noticias esperanzado, porque conf¨ªa en que se va a beneficiar de alguno de ellos. De momento, ya no necesita aquel enorme aparato que le ayudaba a respirar.

Tras este acient¨ªfico muestreo parece demostrado que entre los lesionados medulares despierta m¨¢s expectativas la l¨ªnea cient¨ªfica que insiste en la reparaci¨®n de la m¨¦dula (Ram¨®n lo ha hecho en ratas con trasplante de c¨¦lulas olfativas) que la recomposici¨®n rob¨®tica que ofrecen proyectos como el de Rabischong. Incluso un programador inform¨¢tico como Carlos Fern¨¢ndez, de 30 a?os, prefiere ese m¨¦todo frente al europeo que utiliza los avances inform¨¢tivos. Carlos sufri¨® un accidente de autom¨®vil el pasado 8 de enero. Cree que nadie va a hacer un milagro con ¨¦l, que debe trabajar duro en la rehabilitaci¨®n y que quiz¨¢ dentro de diez a?os "haya algo".

De eso est¨¢ plenamente seguro Miguel. La fuerza de la edad le acompa?a. Con s¨®lo 17 a?os asegura que fijo que pilla los avances m¨¢s espectaculares. De momento, sabe que es candidato a entrar en un ensayo como el europeo: "Yo tengo bien el cuadrado lumbar, que es el m¨²sculo que tira de la pierna".

Miguel bromea con Dami, una chica almeriense a la que piropea atrevidamente. Rafa, de 21 a?os, termina uni¨¦ndose al grupo. Es m¨¢s serio y esc¨¦ptico. Sufri¨® un accidente de moto y sigue con inter¨¦s las noticias publicadas. Sabe que de los ensayos en ratas hasta llegar al ser humano hay demasiado trecho.

Pero, adem¨¢s, Rafa se niega a centrar su existencia en un impedimento f¨ªsico. "Estar lesionado tambi¨¦n tiene algunas ventajas: por ejemplo, ya no discutes por tonter¨ªas. Ahora soy mucho m¨¢s maduro y s¨¦ que se puede ser feliz en una silla de ruedas".