Diario
Aquella ma?ana, despu¨¦s de que mi marido y mi hijo salieran de casa, fui a abrir las ventanas, para ventilar un poco las habitaciones, y pis¨¦ un adverbio que con las prisas se le hab¨ªa ca¨ªdo al cr¨ªo de la cartera. Son¨® como cuando aplastas un insecto, y al cogerlo observ¨¦ que perd¨ªa una materia viscosa por uno de los extremos. Recuper¨¦ con una cuchara lo que pude de esa materia, trasvas¨¢ndola a una taza que me pareci¨® vac¨ªa, aunque luego advert¨ª que estaba ocupada ya por el contenido de un huevo que hab¨ªa llegado roto del supermercado. Ignoraba lo que tardaba en descomponerse un adverbio abierto, as¨ª como sus efectos sobre el huevo, por lo que cada poco me asomaba a la nevera con miedo a que la mezcla oliera mal. Lejos de eso, la clara recuper¨® la frescura perdida al contacto con el aire y la yema se puso m¨¢s turgente.En la cena le pregunt¨¦ a mi hijo si hab¨ªa echado en falta un adverbio y dijo que no mientras intercambiaba una mirada de complicidad con su padre. Desde que cog¨ª esa depresi¨®n tan grande el a?o pasado creen que me estoy volviendo loca y responden a todo que s¨ª o a todo que no, depende. El ni?o dice m¨¢s veces que no y el padre m¨¢s veces que s¨ª, pero los dos se expresan de manera mec¨¢nica, mientras prestan su atenci¨®n a otra cosa. Es su manera de decir que no les interesa ni poco ni mucho lo que digo. Entonces me volv¨ª a mi marido y le pregunt¨¦ que a qu¨¦ colegio mand¨¢bamos a nuestro hijo que no se daban cuenta de que llegaba a clase con un adverbio menos que el d¨ªa anterior. "?Pero c¨®mo va a haber perdido el ni?o un adverbio, mujer? ?No ves que es imposible?", fue todo lo que se le ocurri¨® decir con ese gesto de paciencia que utiliza desde hace tiempo para perdonarme la vida.
Me levant¨¦ furiosa y saqu¨¦ la taza de la nevera para ense?¨¢rselo, pero el adverbio se hab¨ªa diluido en la clara sin dejar huella. Solt¨¦ una imprecaci¨®n y me olvid¨¦ del asunto hasta que al descongelar la nevera, un mes m¨¢s tarde, volv¨ª a encontrar la taza. Sorprendentemente, el huevo parec¨ªa reci¨¦n puesto, por lo que deduje que el adverbio ten¨ªa propiedades conservantes.
Escrib¨ª a un programa de cocina que hay en la radio, pero a¨²n no lo han sacado.
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