El Gobierno balear lleva al PP ante el fiscal por espiar el correo electr¨®nico de un cargo socialista
El Gobierno auton¨®mico de Jaume Matas (PP), que presidi¨® el Ejecutivo de Baleares entre febrero de 1998 y julio de 1999, obten¨ªa copia de todos los correos electr¨®nicos que recib¨ªa Francesc Quetglas, entonces presidente de la Comisi¨®n de Urbanismo del Consell de Mallorca, organismo heredero de la antigua Diputaci¨®n. Este caso lo denunci¨® ayer ante la fiscal¨ªa el nuevo Gobierno balear, integrado por una coalici¨®n de izquierdas y nacionalistas y encabezado por el PSOE. Los socialistas piensan que este pinchazo pone de relieve la existencia de una operaci¨®n de espionaje pol¨ªtico programada por el Partido Popular para obtener documentos y estrategias en un tema como la gesti¨®n del suelo, clave en las islas Baleares.
Los socialistas, que se?alan que este caso puede no ser ¨²nico, creen que alguien del Ejecutivo del PP tuvo que ordenar expresamente en el servidor de la red un reenv¨ªo autom¨¢tico del correo electr¨®nico que recib¨ªa Francesc Quetglas a un ordenador del entorno de Matas. El pinchazo no se desactiv¨® cuando en el verano de 1999 el Partido Popular sali¨® del Gobierno balear.El tr¨¢fico de correos electr¨®nicos dirigidos al cargo socialista era pol¨ªticamente importante, ya que Quetglas dise?¨® los planes de prohibici¨®n de nuevas construcciones en Mallorca. El destinatario oculto de los mensajes pinchados era uno de los tres secretarios personales de Jaume Matas. Por aquel entonces, el Gobierno regional, con 2.000 direcciones electr¨®nicas, y el Consell de Mallorca compart¨ªan el mismo servidor, Bitel, una empresa que controlaba el PP y que impuls¨® con Telef¨®nica.
El trasvase de informaci¨®n pol¨ªtica confidencial sucedi¨® entre febrero 1988 y julio de 1999, ¨¦poca en la que el Consell de Mallorca, de tendencia progresista, prepar¨® las grandes medidas proteccionistas del territorio, en competencia directa con los planes que quer¨ªa ejecutar el Gobierno auton¨®mico conservador de Matas.
Quetglas explic¨® ayer que manten¨ªa una fluida comunicaci¨®n electr¨®nica con su equipo sobre los proyectos de paralizaci¨®n de urbanizaciones y sobre medidas de bloqueo de planes. Por Internet, Quetglas recib¨ªa, adem¨¢s, asesor¨ªa de estrategia de Xavier Roig, que fue director de la pasada campa?a electoral de Pasqual Maragall y que form¨® parte del equipo de Joaqu¨ªn Almunia en las elecciones del 12 de marzo.
"Sospechaba de posibles filtraciones de nuestros planes, pero ahora veo que fue un espionaje pol¨ªtico programado, en toda regla. Parece que el PP nos pirateaba y copiaba para adelant¨¢rsenos", manifest¨® Quetglas, quien indic¨® que, dados los enormes intereses especulativos que suelen desencadenarse al conocerse antes de tiempo las normas urban¨ªsticas, se hab¨ªan esmerado en la confidencialidad de los trabajos para evitar fugas de informaci¨®n.
La ley del suelo
Quetglas a?adi¨® que ahora se explica por qu¨¦ el Gobierno de Matas "aceler¨® su ley de suelo r¨²stico y, por sorpresa, la aprob¨® cuando a¨²n no la ten¨ªa hecha. Pod¨ªan haber cazado nuestros avances. El PP anticip¨® sus planes de ordenaci¨®n territorial para desactivar los nuestros y en el Parlamento nos cort¨® las manos y anul¨® nuestra acci¨®n de protecci¨®n del territorio".
El Ejecutivo auton¨®mico, que en la actualidad est¨¢ presidido por el socialista Francesc Antich, explic¨® ayer que hab¨ªa descubierto casualmente el puente de correo electr¨®nico y present¨® denuncia judicial por creer que hab¨ªa un delito de violaci¨®n del secreto de la correspondencia.
Matas ha rechazado todas las acusaciones. En su criterio, el caso es una "tonter¨ªa" y lo atribuye "al estado de desesperaci¨®n que atrapa al presidente Antich".
El PSOE ha emplazado a Matas a que dimita si el fiscal admite la denuncia y ha enmarcado el pinchazo inform¨¢tico dentro de las "pr¨¢cticas mafiosas" del PP balear. IU, socio de los socialistas, cree que Matas est¨¢ "invalidado" tras este esc¨¢ndalo, que compara con el Watergate (espionaje de Richard Nixon sobre su rival del Partido Dem¨®crata, Robert McGovern.
Quien destap¨® la trama es Valent¨ª Valenciano, experto en inform¨¢tica y director de Relaciones con el Parlamento. El tinglado qued¨® en evidencia al mandar Valenciano un mensaje al actual responsable de Urbanismo del Consell de Mallorca y recibir un nota de retorno indic¨¢ndole que no se hab¨ªa consumado la trasmisi¨®n de correo a Sebasti¨¢n Vallori, secretario de Matas en el gabinete de Presidencia. Valenciano descubri¨® en el servidor Bitel que exist¨ªa una orden expresa de reenv¨ªo autom¨¢tico del correo electr¨®nico de Quetglas.
Un buz¨®n clandestino
Este caso pionero de supuesta corrupci¨®n virtual, el asalto ilegal a las fuentes de correo electr¨®nico del adversario, se ha destapado por casualidad, por un posible olvido del PP al vaciar el cerebro artificial del sistema inform¨¢tico cuando dej¨® el Gobierno balear. El hallazgo del buz¨®n clandestino sucedi¨® pese a la masiva operaci¨®n de mudanza general de archivos, vaciado de discos duros y triturado de documentos que orden¨® Jaume Matas al ceder la presidencia al socialista Francesc Antich.Si los jueces pueden comprobar la existencia de una trama, como cree la izquierda, el espionaje ten¨ªa una direcci¨®n precisa e intencionada. En la Comisi¨®n de Urbanismo late desde hace muchos a?os el coraz¨®n de los debates y los grandes negocios, no en vano la pol¨ªtica real en Baleares radica en la decisi¨®n de por d¨®nde pasan las l¨ªneas de planificaci¨®n que fijan el uso de la tierra: d¨®nde se puede construir y transformar un paisaje en millones de pesetas y qu¨¦ parte se declara patrimonio ecol¨®gico.
El estudio de las hemerotecas entre 1998 y 1999, el recordar qui¨¦n explicaba proyectos y qu¨¦ instituci¨®n luego los convert¨ªa en noticia, pol¨¦mica o generosa campa?a publicitaria, ayudar¨¢ a documentar si pudo haber espionaje entre instituciones y partidos. La actualidad de aquellas fechas vino determinada por la carrera entre el PP, en el poder en Baleares, y la izquierda en alianza con nacionalistas, gobernando en el Consell de Mallorca. Unos y otros quisieron protagonizar los planes de protecci¨®n y demostrar a la poblaci¨®n qui¨¦n de los dos era m¨¢s conservacionista.
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