Viva la intriga

Sigue interesando el teatro de intriga. Habr¨¢ razones sociol¨®gicas: m¨¢s bien se ven las teatrales. Creo que es la necesidad permanente del espectador de que se le cuente una historia con principio, enredo y final, que el teatro abandon¨® por otros ejercicios m¨¢s intelectuales, pero que dej¨® en manos del cine y de la televisi¨®n.No me atrevo a decir que el principio del castigo del culpable al final, despu¨¦s de las inquietudes centrales y el peque?o miedo a que caiga el inocente -que en esta obra se queda en la v¨ªspera del cadalso-, suponga una realizaci¨®n de deseos que se tienen en la vida misma: y que en este teatro, por fin, siempre se cumplen.

Este Crimen... viene, como todo lo que va ocupando las carteleras, de lo remoto. Medio siglo de su estreno en Espa?a, y la versi¨®n de L¨®pez Rubio a?ade una de las etiquetas de prestigio a otras: el autor especialista Knott, Londres, la versi¨®n cinematogr¨¢fica de Hitchcok, Dial M for murder -el titulo espa?ol es soso y falso y la pel¨ªcula ten¨ªa, sobre todo, el alarde del escenario ¨²nico. Ah, y actores tambien sosos pero con leyenda: Grace Kelly, Ray Milland (1954).

Aqu¨ª atraen el nombre y la belleza de Remedios Cervantes, la experiencia de Jaime Blanch y la naturalidad de Manuel Navarro. Valent¨ªn Red¨ªn ha acentuado la antig¨¹edad y el car¨¢cter cinematogr¨¢fico haciendo una obra en blanco y negro (la pel¨ªcula fue ya en color) con buen resultado est¨¦tico. El p¨²blico del s¨¢bado por la tarde se dej¨® llevar por la trama y aplaudi¨® a todos con respeto.