Chapuceros
La crispaci¨®n estaba en la calle y en La Plana. Aunque ellos son finos como las aguas de un balneario de lujo, e ins¨ªpidos como agua hervida en zurrapas de caf¨¦, y se engolan y procuran llevar las aguas a su molino, el molino de las inauguraciones electoralistas donde se habla de fechas se?aladas e hist¨®ricas cuando se va a poner en uso el nuevo t¨²nel y la nueva estaci¨®n ferroviaria en Castell¨®n. Las Siete Puertas de Tebas, las pir¨¢mides de Egipto, la Muralla china, El Escorial, los Jardines colgantes de Babilonia, el Coliseo de la Roma Imperial en la capital de La Plana. Lo dijo Arias Salgado, el ministro en funciones de ese centro ideol¨®gico gris y pragm¨¢tico que quiere nadar entre dos aguas. "... la obra del siglo en Castell¨®n, gracias a un alcalde del PP y a un gobierno del PP presidido por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar".Y luego hay que colocar las tildes sobre los bemoles de tanta afectaci¨®n hist¨®rica y tanto ¨¦nfasis secular del que hicieron gala. Porque cabe plantearse, por ejemplo, si el centro pragm¨¢tico de las soluciones puntuales y ad hoc es eficiente, o ley¨® las Preguntas de un obrero ante un libro, de Bertolt Brecht. El poeta comunista -y alg¨²n ex comunista confeso hay en las filas del Gobierno en funciones de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar- se formulaba una serie de preguntas a cerca de qui¨¦n arrastr¨® las piedras y la argamasa con que se levantaron los monumentos en China, Grecia, Mesopotamia o El Escorial, no formul¨® pregunta alguna en torno a la obra del siglo de Castell¨®n. Pero sabemos que aqu¨ª el cemento, los hierros y la cubierta de aguas acristalada fueron arrastrados por 23.500 millones de pesetas de los contribuyentes, por una exigencia ciudadana de muchas d¨¦cadas, por la falta de unas infraestructuras que debieron estar ya en funcionamiento hace 40 o 50 a?os, en tiempos de otros Arias Salgado en otros ministerios de Informaci¨®n.
Y despu¨¦s la otra tilde, la que coloc¨® la climatolog¨ªa, apenas transcurridos 30 d¨ªas de su inauguraci¨®n, en la sin par estaci¨®n e hist¨®rico t¨²nel ferroviario castellonense. El Santo de Israel abri¨® sus manos por esta comarca, empezaron a rutar las nubes, unas lluvias moderadas paliaron la pertinaz sequ¨ªa en La Plana, y descubrieron que la fara¨®nica obra del siglo era en much¨ªsimos aspectos una obra sin arte ni esmero, es decir, una chapuza carpetovet¨®nica con agua encharcada, vidrios mal sellados, fisuras, goteras y regueros, ¨®xido en las estructuras de acero, humedales en el sistema el¨¦ctrico que impiden el achique de agua, millones de p¨¦rdidas, incordio a los usuarios, tr¨¢fico interrumpido en el corredor mediterr¨¢neo, accesos impresentables a escuelas o parroquias ubicadas en el entorno, en fin, verg¨¹enza torera de los inauguradores hist¨®ricos, rid¨ªculo impresionante, y pena, penita, pena, entre los laboriosos castellonenses, votantes o no del centro pragm¨¢tico con soluciones ad hoc del PP, que no hicieron m¨¦rito alguno para tanta chapuza y agua de borrajas.
Hay que conseguir con inmediatez que escolares y ancianitas dejen de respirar el alto nivel atmosf¨¦rico de anh¨ªdrido carb¨®nico que se respira en los accesos a la obra del siglo. Que se repare el rid¨ªculo, se ajusten los cristales y se canalice el agua, por tal de evitar fechas hist¨®ricas e historias carpetovet¨®nicas que corren paralelas a las aventuras y desventuras de Pepe Gotera y Otilio. Que llegue la eficiencia con arte y esmero, pues los chapuceros inaugurales, y algunos responsables ineficaces del control en la obra, han demostrado tener conocimientos b¨¢sico del oficio, y tambi¨¦n una cara de cemento.
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