El extra?o efecto de un 3-0
Desde el duelo en el Bernab¨¦u, el Madrid malvive y el Bar?a lo gana todo
Nunca un partido tuvo efectos tan contradictorios. Hoy se cumple un mes desde que el Madrid zarande¨® al Bar?a en el Bernab¨¦u y lo derrot¨® por 3-0, y aquel resultado ha acabado por convertirse en la peor victoria de los blancos y la mejor derrota del Bar?a. Porque desde entonces las trayectorias de ambos han dado un giro inesperado. El Madrid se descuelga en la Liga y sufre horrores en la Liga de Campeones mientras el Bar?a, sencillamente, arrasa en los dos torneos.Extra?o efecto el que ha producido un partido que al ganador lo dej¨® seco y al perdedor le ha dado alas. El Madrid, desde aquel d¨ªa, ha disputado ocho partidos, cuatro de Liga y cuatro del torneo europeo, de los que ha ganado dos (al colista, Sevilla, y al Rosenborg), ha empatado cuatro y ha perdido los dos restantes, en los que sali¨® goleado ante el Bayern M¨²nich. En ese mismo periodo y en las mismas competiciones, el Bar?a ha hecho pleno: ocho partidos, ocho victorias.
En el seno del Madrid, con la excepci¨®n de su entrenador, se oyen palabras que todo lo explican. Lesiones, sanciones, viajes, cansancio... Incluso el abandono de Anelka sirve como excusa. Lo cierto es que el conjunto blanco, en aquel partido ante el Bar?a, puso en liza un equipo que, con la excepci¨®n de Savio, bien pod¨ªa considerarse el titular. Desde ese d¨ªa s¨®lo dos jugadores del equipo blanco han ca¨ªdo lesionados: Hierro y Morientes. Por sanci¨®n s¨®lo han dejado de disputar alg¨²n encuentro Guti y el propio Hierro. En cuanto a viajes, el Madrid se ha desplazado en el ¨²ltimo mes a Oviedo, M¨²nich y Trondheim, muy poco en comparaci¨®n con tiempos pasados. Y como lo de Anelka es inclasificable, s¨®lo queda apelar al cansancio acumulado como coartada. O eso o que el incontestable triunfo ante el Bar?a no dej¨® de ser un par¨¦ntesis en una temporada llena de sacudidas para el conjunto blanco en la que, sin embargo, sigue vivo en todos los frentes.
La resurrecci¨®n del Bar?a
Algo muy distinto le sucede ahora al Bar?a: tambi¨¦n aspira a todo, pero sospecha que es un firme candidato a ganar t¨ªtulos. Pero este vestuario reh¨²ye tradicionalmente la euforia y prefiere ir paso a paso, partido a partido. Tras tocar fondo en el Bernab¨¦u, los azulgrana se sumieron en la autocr¨ªtica y optaron por reaccionar. La plantilla se reuni¨® y pact¨® con el entrenador, Louis Van Gaal. No es algo nuevo: este tipo de consensos se suceden cada a?o. El pacto propici¨® el regreso de cuatro futbolistas al once titular: Hesp desplaz¨® a Arnau, tan desafortunado en Madrid, en la porter¨ªa; Frank de Boer regres¨® al puesto para el que hab¨ªa sido fichado -para conducir el bal¨®n desde atr¨¢s-; Guardiola recuper¨® la plaza de medio centro, y Ronald de Boer dio por primera vez lo mejor de s¨ª mismo desde que est¨¢ en el Bar?a ocupando la plaza del lesionado Luis Enrique. Van Gaal dio tambi¨¦n a Figo y Rivaldo m¨¢s libertad.
El cambio se produjo ya ese domingo en el vestuario, pero la afici¨®n ech¨® el resto tres d¨ªas despu¨¦s ante el Oporto: hubo serias dudas de c¨®mo reaccionar¨ªa la grada tras el varapalo en Madrid en la reanudaci¨®n continental. Pero el Camp Nou olvid¨® y apoy¨® al equipo en la competici¨®n que m¨¢s desea ganar, especialmente despu¨¦s de conseguir dos Ligas consecutivas y tras el desastre europeo de los dos primeros a?os de Van Gaal. Desde entonces, todo ha marchado sobre ruedas. Ocho partidos, ocho victorias. Y reforzadas por algo: en cuatro de ellas (Oporto, Hertha, Sparta y M¨¢laga), el Bar?a empez¨® perdiendo. Pero como dijeron ayer Xavi y Figo, el equipo se siente ahora, a diferencia de lo que suced¨ªa antes, cuando encajar un gol era casi sin¨®nimo de derrota, capaz de superar cualquier contratiempo.
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