"Prescindir de la tristeza o el dolor nos lleva a un mundo desolador"
"Sorprende hasta qu¨¦ punto los asuntos afectivos interesan a los hombres cuando rascas un poco"
El duelo es seg¨²n el diccionario "dolor, l¨¢stima, aflicci¨®n o sentimiento". Para Jos¨¦ Antonio Marina (Toledo, 1939) es m¨¢s bien un proceso donde se dan sentimientos diversos, a veces contradictorios. Marina, catedr¨¢tico de Filosof¨ªa y Premio Nacional de Ensayo en 1992, inaugur¨® el viernes en Bilbao unas jornadas sobre el duelo organizadas por la Asociaci¨®n Espa?ola contra el C¨¢ncer.Pregunta. ?Qu¨¦ diferencia al duelo de otros sentimientos?
R. En teor¨ªa es el dolor por una p¨¦rdida, la definici¨®n gen¨¦rica de la tristeza. Es m¨¢s bien un proceso afectivo muy complejo en el que la tristeza es el sentimiento b¨¢sico pero en el que se pueden dar otros: culpabilidad, furia contra uno mismo o contra la persona desaparecida, alivio, culpabilidad por sentir alivio, se puede sentir miedo ante la nueva situaci¨®n, miedo a olvidar a la persona, con lo cual se va a intentar mantener el estado de tristeza. O se puede mantener ese estado porque libera de responsabilidades, 'a m¨ª no se me puede pedir nada porque estoy muy triste'. Es un mecanismo de autodefensa.
P. ?Qu¨¦ aconseja a quien acaba de perder a alguien querido?
R. [Silencio]. Que no intente evitar la tristeza sino los sentimientos que la acompa?an: la culapbilidad, el miedo, la ansiedad, que no falsee a la persona que ha muerto, que reconozca sus cosas buenas y sus cosas malas, que no piense que el reconocer otros valores es deshonrar la memoria de quien ha muerto y que trate de recolocar el recuerdo de manera amable. La tristeza en ¨²ltimo t¨¦rmino es sana, siempre que no se use como una justificaci¨®n. El estar triste no debe ser una excusa para desentenderse.
P ?Le han mirado mal por ser hombre e interesarse por cuestiones afectivas?
R. No, porque empec¨¦ a tratarlo desde un punto de vista m¨¢s t¨¦cnico. Pero s¨ª que he tenido respuestas muy satisfactorias de hasta qu¨¦ punto estos temas despiertan inter¨¦s cuando rascas un poquit¨ªn.
P. ?C¨®mo hay que hablar a los ni?os de la muerte?
R. El tema se suele plantear cuando muere algun animalito. Hay que intentar explic¨¢rselo con naturalidad y dentro de los valores de la familia. Los ni?os no van a buscar muchas explicaciones, van a querer algo que les permita manejarlo y pasar a otra cosa. Tiene que ser una versi¨®n que les traquilice, que no les cree ansiedades in¨²tiles. Y en esto, como en la sexualidad o en los valores, no tienen por qu¨¦ saber todo, pero lo que sepan que sea asumible m¨¢s tarde.
P. Antes o despu¨¦s, a todo el mundo se le muere alguien. ?C¨®mo es posible que se hable tan poco de algo tan inevitable?
R. Hasta los a?os sesenta tratar de la muerte o el duelo parec¨ªa morboso y de mal gusto. Adem¨¢s, a la psicolog¨ªa m¨¢s seria las emociones no le interesaban. Las cosas han cambiado. Problemas afectivos que antes se resolv¨ªan en las ¨¢reas familiar o religiosa, al desestructurarse las familias grandes y haber perdido vigencia muchas creencias, la gente acud¨ªa a los psic¨®logos que tuvieron que aprender a enfrentarse con problemas que trataban los sacerdotes y otras personas, y a relexionar sobre ello. S¨¦neca escribi¨® en el sigloI tres libros que son casi tres tratados sobre c¨®mo ayudar en el duelo.
P. Pero, ?est¨¢ de acuerdo en que s¨®lo se piensa en el dolor que supone una muerte cuando se ve cerca? ?Es insano?
R. S¨¦neca dir¨ªa que s¨ª, porque eso significar¨ªa que la gente no sabe c¨®mo reaccionar porque no se lo ha planteado antes ni asume que entra en lo natural. Todos organizamos sin darnos cuenta un estilo afectivo sobre c¨®mo vamos a responder a las cosas. Si nuestra cultura ha eludido cuestiones como la muerte o el dolor, luego nos sentiremos estafados. Hoy en d¨ªa nos parece que el estado normal es tener s¨®lo sentimientos positivos. Y eso s¨®lo se logra de tres maneras: si todo nos va estupendamente, si negamos todo sentimiento negativo como si fuese un disparate o si usamos cosm¨¦tica farmacol¨®gica para mantener el buen ¨¢nimo.
P. ?Son buenas soluciones?
R. No, porque los sentimientos nos dicen si vamos por buen o por mal camino. Y si prescindimos de todos los negativos: el dolor, la tristeza, la indignaci¨®n... eso nos lleva a un mundo desolador. Si alguien no se indigna ni entristece por nada, resulta que nada le parece importante.
P. Y un d¨ªa llega el bofet¨®n.
R. Viene, y como cre¨ªamos que eso no pod¨ªa suceder, no sabemos qu¨¦ hacer con ello.
P. ?Sus reflexiones le han ayudado a llevar mejor las muertes de su entorno?
R. [Silencio]. El trabajo me ha ayudado mucho pero sobre todo ha sido la compa?¨ªa sabia de otras personas, personas l¨²cidas que tienen esa sabidur¨ªa especial para ayudar en estos casos. La capacidad de dar ¨¢nimo que tienen ciertas personas es una bendici¨®n porque es muy dif¨ªcil.
P. ?C¨®mo se puede aprender a ser una de esas personas?
R. Es complicado, pero para eso est¨¢n ese tipo de jornadas. Tambi¨¦n hay quienes tienen una especie de habilidad para darse cuenta de lo que est¨¢n sufriendo otros. Es una habilidad que se va adquiriendo con la pr¨¢ctica. En nuestra cultura las mujeres saben percibir el dolor ajeno mucho mejor que los hombres. El que un hombre se interese mucho por la vida afectiva parece un s¨ªntoma de debilidad, son muy notables las cautelas que tenemos hacia los sentimientos.
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