El Bar?a se casa con la pol¨¦mica

Un gol anulado y un penalti se?alado cerca del final han provocado una catarata de acusaciones, todas con el Barcelona y los ¨¢rbitros como destinatarios, lo que ya ocurri¨® hace una semana, cuando el Deportivo reclam¨® un penalti claro sobre Djalminha en el Camp Nou. Esta vez fue en el M¨¢laga-Barcelona, un partido en el que las decisiones de Daud¨¦n fueron cuestionadas desde el norte (A Coru?a), el centro (Madrid) y el sur (M¨¢laga) de la pen¨ªnsula. En la primera parte Daud¨¦n anul¨® un gol a Rufete por presunto fuera de juego (imagen 1), cuando lo cierto es que la posici¨®n de aqu¨¦l era, aunque por cent¨ªmetros, correcta. Poco despu¨¦s se produjo una jugada similar con resultados diferentes. En esta ocasi¨®n, Catanha estaba por delante del defensa (imagen 2). Sin embargo, ni el auxiliar ni Daud¨¦n se percataron de ello y el gol vali¨®. Pero la jugada que desat¨® las iras del p¨²blico de La Rosaleda, del M¨¢laga, de Sanz, de Lendoiro y de todo aquel que se siente agraviado o perseguido, ocurri¨® en el minuto 85, cuando Larrainzar choc¨® contra Gabri (imagen 3) y le derrib¨®, en una acci¨®n en la que a?adir a la palabra penalti el adjetivo "riguroso" ni queda demasiado acad¨¦mico, pues un penalti lo es o no lo es, ni niega la existencia de ¨¦ste.