Las secuelas del arado y el riego por inundaci¨®n

"Arar la tierra es malo, es muy negativo porque no hay ning¨²n proceso en la naturaleza similar al arado, que altera de forma repetida el suelo y sin que los microorganismos se puedan adaptar". As¨ª de contundente se mostr¨® ayer Rattan Lal, profesor de la Universidad de Ohio y ponente de la conferencia inaugural del congreso sobre conservaci¨®n de suelos. Para Lal, las pr¨¢cticas agr¨ªcolas han supuesto una p¨¦rdida constante y considerable del grosor del suelo mediante la disminuci¨®n de su contenido en carbonos. "El arado aumenta la erosi¨®n, la mineralizaci¨®n y las emisiones de CO2 a la atm¨®sfera", explic¨®, y defendi¨® un cambio radical en los m¨¦todos agr¨ªcolas, como ya se est¨¢ haciendo en Estados Unidos. Apoy¨® el control de las malas hierbas, s¨ª, pero con otros sistemas y asegur¨® que las tierras sin roturar aumentan su producci¨®n. De hecho, afirm¨® que conservando el suelo y con nuevas pr¨¢cticas se podr¨ªa multiplicar por diez la producci¨®n de cereales de los cultivos del tercer mundo, ahora muy baja (0,5 hect¨¢reas para abastecer a una persona). Doble beneficio: "Podemos controlar la calidad del suelo al recuperar el CO2 y mitigar el efecto invernadero", explic¨® Lal.

Asimismo, el experto arremeti¨® contra otras pr¨¢cticas agr¨ªcolas muy extendidas en la Comunidad Valenciana, como la desecaci¨®n de zonas h¨²medas, la extracci¨®n de lodos de los marjales y el riego por inundaci¨®n, el m¨¢s practicado en muchas comarcas. Estos procesos conllevan una disminuci¨®n de suelo f¨¦rtil mediante la p¨¦rdida de carbonos, bien a la atm¨®sfera o al subsuelo.