Crece el Club de Bronce
De los itinerarios por recorrer que Madrid brinda uno hay tan desconocido como singular. Su singularidad reside en la informaci¨®n que sobre Madrid ofrece. La oferta es enjundiosa. Una red de placas de bronce estampadas sobre las fachadas de edificios monumentales da noticia sustantiva de los recintos con tan bronc¨ªneo sello distinguidos. Forman hoy esta red hasta ochenta monumentos de la solera del templo de San Francisco el Grande, la Casa de las Siete Chimeneas y la Torre de los Lujanes, am¨¦n de otros m¨¢s vinculados a la vida civil madrile?a como el Teatro Espa?ol o la Torre de Madrid. Todos exhiben orgullosamente las insignias met¨¢licas junto a sus portales.Las planchas son cuadradas, de 27 por 27 cent¨ªmetros de superficie y relieve ondulado, para resaltar su hechura artesanal manufacturada, no industrialmente seriada. De la idea fue mentora Paloma Barreiro Pereira, doctora en Historia del Arte, del Servicio Hist¨®rico del Colegio de Arquitectos de Madrid, entidad que la impuls¨® hace seis a?os. Las cartelas han sido fundidas por el escultor Jos¨¦ Luis Fern¨¢ndez mediante un procedimiento denominado a la cera perdida. El dise?o fue obra de los arquitectos Juan Pablo Rodr¨ªguez Frade y ?ngel Cruz Plaza, galardonados con el Premio Nacional de Restauraci¨®n en 1995.
En los duraderos avisos queda inscrito en letras de bronce, en apenas diez l¨ªneas, la denominaci¨®n del monumento, el arquitecto que lo proyect¨®, un delicado dise?o de su alzado y el relato de lo que el edificio es en la historia est¨¦tica de la ciudad. Incluye tambi¨¦n apuntes sobre estilo en el que fue concebido y aquellas otras particularidades que le otorgan personalidad y lustre. Remata la placa la fecha de edificaci¨®n y dos anagramas, situados al pie, de la entidad financiadora, Cajamadrid, a la izquierda, y del Colegio de Arquitectos.
Lo novedoso de este tan poco conocido itinerario es que los ochenta hitos hasta ahora estampados sobre otros tantos edificios madrile?os van a incrementarse hasta 450, un centenar de ellos en un plazo inmediato. "Ya hay presupuesto para la primera etapa de ampliaci¨®n", dice Barreiro. "La Caja ha presupuestado ya las 11.923.600 pesetas que va a costar instalar una primera remesa de cien nuevas planchas".
La selecci¨®n de los monumentos que figurar¨¢n en la nueva colada "est¨¢ pendiente de la aprobaci¨®n del Colegio de Arquitectos, de cuya Gu¨ªa de Edificios de Madrid procede la relaci¨®n de los que han recibido y recibir¨¢n el marchamo", se?ala Barreiro.
A medida que el tiempo pasa, la p¨¢tina azulverdosa que el bronce adquiere lo hace envejecer noblemente, seg¨²n el arquitecto Rodr¨ªguez Frade. "Otra de las ventajas que presentan es la dificultad de da?ar las placas, sustraerlas o embadurnarlas", agrega. Su discreci¨®n ornamental, por un lado, y la presencia duradera de una aleaci¨®n de la firmeza del bronce, por otro, convierte estos avisos en atributos dignos y muy ¨²tiles en una ciudad tan vulnerable a sufrir el extrav¨ªo de su memoria.
El trabajo previo de documentaci¨®n arquitect¨®nica de cada edificio es exhaustivo. Un premio Adonais, bajo la supervisi¨®n de Paloma Barreiro, trata los textos para otorgarles la concisi¨®n necesaria con la que expresar todo cuanto ha de decir el lema en unas l¨ªneas. A veces, se a?ora un poco m¨¢s de informaci¨®n o de literatura en la leyenda de la placa, pero el requisito de la brevedad prima sobre otras consideraciones.
Hasta que se consigui¨® abrirle paso, el proyecto hubo de ser sometido al Ministerio de Cultura, la Consejer¨ªa de Cultura de la Comunidad de Madrid y la Gerencia Municipal de Urbanismo. En total, dos a?os de esfuerzos. Pero el tes¨®n del Colegio de Arquitectos venci¨® al cabo. Hoy, los propietarios de los edificios distinguidos celebran con deleite la estampaci¨®n de este sello de bronce sobre sus fachadas m¨¢s visibles. La excepci¨®n la muestran dos grandes hoteles pr¨®ximos a la plaza de Neptuno, que han preferido colocarlos intramuros. En alguna ocasi¨®n, como en el caso del Museo Thyssen Bornemisza, sobre el Paseo del Prado, la insignia fue emplazada junto a un sem¨¢foro. Ah¨ª llega en mayor medida la atenci¨®n del p¨²blico que visita la pinacoteca.
Por otra parte, los propietarios de los edificios as¨ª se?alados incorporan a veces informaciones valiosas a los textos, perfeccionando as¨ª su contenido.
Pero hay algunas instituciones estatales que se niegan a exhibir un lema en el que figura al pie el t¨ªtulo de una fundaci¨®n bancaria hoy privatizada. Responsables del Banco de Espa?a alegaron en su d¨ªa razones evidentes para negar la presencia de la placa en su fachada. Empero, los edificios troquelados con estas elegantes divisas de metal forman ya un c¨ªrculo distinguido. Es una suerte de Club de Bronce. Su trama de socios, pronto ampliada, cerrar¨¢ el itinerario de algunos de los m¨¢s relucientes talismanes que adornan Madrid.
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