La NASA reajusta sus misiones a Marte tras un demoledor informe sobre sus fracasos Los expertos siguen sin concretar la causa de la p¨¦rdida de la 'Mars Polar Lander'
La escasez de fondos para los objetivos a alcanzar en las misiones de la NASA de exploraci¨®n de Marte, unida a graves deficiencias en la gesti¨®n de las mismas, est¨¢n detr¨¢s de los recientes y sonados fracasos de EEUU en el planeta rojo. El informe de evaluaci¨®n sobre el programa de Marte encargado por la misma NASA, que se hizo p¨²blico ayer, concluye con un apoyo decidido a la exploraci¨®n de Marte como objetivo nacional y a la estrategia de misiones peque?as y baratas, siempre que se aplique correctamente, pero supone un duro golpe para el director de la NASA, Daniel Goldin.
Para el futuro, el informe, elaborado por una comisi¨®n de expertos dirigida por Thomas Young, opina que no se debe lanzar en 2001 la nave de descenso sobre la superficie de Marte, gemela de la Polar Lander, perdida el a?o pasado. Sin embargo, apoya el lanzamiento de la segunda sonda prevista, que se pondr¨ªa en ¨®rbita del planeta rojo y ser¨¢ similar a la otra perdida, la Climate Orbiter.Asimismo, los expertos piden en sus conclusiones la creaci¨®n en la NASA de una Oficina de Marte que tenga competencias sobre todos los elementos del programa de exploraci¨®n de ese planeta en todos los centros de la agencia espacial, en las empresas implicadas y en la comunidad cient¨ªfica.
La descoordinaci¨®n es uno de los fallos destacados en el an¨¢lisis de lo que ha pasado. En 1996, Goldin descentraliz¨® la gesti¨®n de los programas dando a cada uno autonom¨ªa para llevar a cabo las misiones que ten¨ªan encomendadas. Esto, seg¨²n la comisi¨®n, llev¨® a una reorganizaci¨®n que no se hab¨ªa desarrollado suficientemente en el Jet Propulsion Laboratory (JPL), encargado de las misiones autom¨¢ticas de exploraci¨®n de Marte.
Tambi¨¦n ha resultado manifiesta la escasez en el JPL de jefes de proyecto suficientemente experimentados, debido a que muchos de los veteranos se hab¨ªan jubilado, a veces involuntariamente, lo que supone una cr¨ªtica a la pol¨ªtica laboral de Goldin.
Evaluaci¨®n interna
Ayer tambi¨¦n fue hecho p¨²blico en el cuartel general de la NASA en Washington, un segundo informe. Es la evaluaci¨®n interna de JPL sobre las dos misiones perdidas el a?o pasado. En sus conclusiones destaca que las misiones deben dise?arse para que los veh¨ªculos puedan enviar a la Tierra se?ales durante las fases cr¨ªticas para saber, en caso de fallo, qu¨¦ va mal y evitar el error en misiones sucesivas.
"El problema dominante en Mars 98 fue la financiaci¨®n insuficiente para los objetivos establecidos", dice el informe. "De hecho, el proyecto Mars 98 intent¨® producir dos naves espaciales por el precio de una Pathfinder", y concluye que "al parecer, este proyecto estaba infrafinanciado en un 30%". Una de las razones fue la agresiva oferta de Lockheed Martin para fabricar las dos naves.
La opini¨®n del informe sobre las seis misiones analizadas es que las dos misiones de 1997 (MGS y Pathfinder) siguieron rigurosamente principios adecuados. La Deep Space 1 fue una misi¨®n en la que hubo de todo, malo y bueno. La Deep Space 2 (las microsondas) se desvi¨® hasta tal punto de esos principios que deben aplicarse en todas las misiones espaciales, que los expertos han llegado a la conclusi¨®n de que las microsondas no estaban listas para el lanzamiento.
Por ¨²ltimo, las dos misiones Mars 98 hicieron lo mejor que pudieron teniendo en cuenta la limitaci¨®n de recursos, pero se desviaron significativamente de las normas aplicables en el an¨¢lisis, las pruebas y la revisi¨®n de los procesos.
La exploraci¨®n espacial es arriesgada en s¨ª misma, pero, dice el informe, mientras que "asumir alto riesgo para obtener grandes beneficios es apropiado", "aceptar riesgos que se desv¨ªan de los principios adecuados de ingenier¨ªa y de gesti¨®n nunca es prudente".
La causa m¨¢s probable del fallo de la Mars Polar Lander fue que los motores se apagaron antes de tiempo debido a las equ¨ªvocas se?ales emitidas por la propia nave al desplegar las patas en la maniobra de aterrizaje. Las se?ales habr¨ªan indicado err¨®neamente que el m¨®dulo hab¨ªa llegado al suelo y se apagaron los motores. Esto habr¨ªa hecho que la nave se estrellase contra en la superficie de Marte. Esta hip¨®tesis, sin embargo, no aclara el fracaso de las dos sondas lanzadas desde la nave antes de aterrizar.
En busca del agua
Las dos naves perdidas en 1999 a su llegada a Marte constitu¨ªan la segunda flotilla de exploraci¨®n que la NASA enviaba al planeta rojo en su nuevo programa marciano. La primera -la Pathfinder y la Global Surveyor, que llegaron en 1997- hab¨ªan tenido pocos problemas y muchos ¨¦xitos. M¨¢s atr¨¢s quedaba el desastre de la Mars Observer, una nave de la antigua generaci¨®n, grande y costosa, que desapareci¨® misteriosamente en 1993 cuando se acercaba a su objetivo.
La Global Surveyor est¨¢ haciendo un completo mapa topogr¨¢fico de la superficie marciana mientras da vueltas alrededor del planeta. La primera de las naves perdidas en 1999, la Mars Climate Orbiter, deb¨ªa convertirse en el primer sat¨¦lite meteorol¨®gico marciano y estudiar el clima del planeta durante un a?o marciano (casi dos terrestres). La segunda de las naves perdidas, la Polar Lander, deb¨ªa aterrizar en una zona geol¨®gicamente intrigante, cercana al polo Sur marciano, para estudiar el terreno y ver si existe agua. El agua de Marte es una de las grandes inc¨®gnitas que presenta el planeta. Muchos ge¨®logos creen que en Marte hubo un gran oc¨¦ano en la antig¨¹edad y que el agua debe estar en alguna parte.
La semejanza de Marte y de la Tierra es el principal y eterno motor de la exploraci¨®n marciana. Pero el sensacionalismo alimentado por la NASA en torno a la posible existencia de vida microbiana en Marte hace miles de millones de a?os (a ra¨ªz de la observaci¨®n de posibles microf¨®siles en un meteorito encontrado en la Ant¨¢rtida) dio un impulso nuevo a esta exploraci¨®n.
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