Un circuito en la N-340
S¨¢bado a las cuatro y media de la tarde. A esa hora, la Venta Teresa, en el ecuador del Puerto de La Carrasqueta en la carretera nacional 340, empieza a recibir sus primeros visitantes. En menos de una hora m¨¢s de 100 motocicletas de gran cilindrada se acomodar¨¢n en los alrededores de este singular local, nada acostumbrado al bullicio el resto de la semana. Pero es s¨¢bado y su propietaria saca todo el rendimiento a la estrat¨¦gica ubicaci¨®n de su establecimiento en medio de una de las carreteras que m¨¢s inter¨¦s despierta en los aficionados al motociclismo."Es una carretera con buenas curvas y un perfil que se asemeja bastante al de los circuitos de velocidad", explica Sergio, un aficionado que ha dado un nombre falso para mantener su anonimato. "Venir aqu¨ª resulta m¨¢s econ¨®mico que alquilar un circuito", bromea finalmente. Asegura que desde hace alg¨²n tiempo frecuenta este lugar, aunque desconoce a ciencia cierta el origen de estas concentraciones en el puerto de La Carrasqueta. "Hay gente que hace 15 a?os ya se acercaba la Venta Teresa los fines de semana para exhibir sus m¨¢quinas", comenta un compa?ero suyo. "No pretendemos molestar a nadie, venimos movidos por la afici¨®n que compartimos, charlamos, rodamos un poco con las motos y recogemos cuando el sol empieza a ponerse para evitar la noche".
No son los ¨²nicos. Movidos por su pasi¨®n por las dos ruedas llegan de todos los puntos de la provincia de Alicante y de poblaciones vecinas de Valencia. Unos m¨¢s que otros, ataviados con la indumentaria que precisa todo buen motociclista. Despliegan sus veh¨ªculos, entre m¨¢quinas de ¨²ltima tecnolog¨ªa japonesa a la tradici¨®n de los motores alemanes. De tanto en tanto se dejan ver algunas motos custom que se pierden en la inmensidad y mayor atractivo de las de racing, tambi¨¦n conocidas en el argot motero como motos R, que constituyen la versi¨®n comercial de las de carreras o velocidad.
La afici¨®n a este lugar ha llegado a tal punto que estacionar entre las cinco y las seis de la tarde en esta sierra se convierte en misi¨®n imposible. A los cientos de motos se suman algunos coches que se hacinan en el abrupto terreno que linda con la carretera.
Pero estas exhibiciones no son del gusto de todos. "Los hay respetuosos y que controlan, pero otros motoristas realizan adelantamientos de manera repentina y molestan al resto de conductores. ?stos suelen acabar en el suelo con alg¨²n hueso roto", advierte un usuario que por motivos laborales recorre cada fin de semana esta carretera. "Yo estoy acostumbrado y de lejos los veo venir, pero hay veces que te salen detr¨¢s de una curva y no los ves hasta que los tienes casi encima", a?ade.
Nadie reconoce la organizaci¨®n de apuestas y competiciones, que se intuyen por el celo que imprimen a sus carreras y el material que utilizan.
Casi todos los s¨¢bados, La Carrasqueta recibe la visita de una ambulancia para socorrer a alg¨²n malogrado motorista. La prevenci¨®n se ha extendido a la Jefatura Provincial de Tr¨¢fico, que estos d¨ªas env¨ªa a dos parejas de la Guard¨ªa Civil para controlar que en estas concentraciones no se produzcan infracciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.