Un pa¨ªs ?dos sistemas?
JAVIER MINA
Hasta hace nada la lengua parec¨ªa imprescindible para ser vasco, por lo que el mundo se divid¨ªa en dos, el de los vascos y el de los que no. Ahora, en cambio, no basta con la lengua porque cualquier pelafust¨¢n devoto del Se?or de los Bigotes podr¨ªa serlo s¨®lo con hablar, de ah¨ª que s¨®lo cuente la ideolog¨ªa: ser¨¢n vascos quienes suscriban y practiquen el pensamiento nacionalista. Si anta?o la etnicidad busc¨® amparo en la lengua, hoy la encuentra en algo menos maleable, voluble y h¨²medo, el credo. Pero como la realidad tiene la fastidiosa costumbre de salir por peteneras resulta que la ret¨®rica -ese arte de la lengua que solemos asociar demasiado precipitadamente al falso y al vacuo- est¨¢ dividiendo al propio nacionalismo en dos. Asombroso, ?verdad?
Como ya desde Arist¨®teles -autor de la ret¨®rica m¨¢s famosa- se exige formal y taxativamente que los asertos contengan alguna prueba, me gustar¨ªa utilizar a tal fin las observaciones del presidente de nuestro Parlamento, Juan Mar¨ªa Atutxa, para quien su partido no estar¨ªa acertando a explicar a la sociedad su estrategia. El PNV, pues, seg¨²n uno de sus m¨¢s cualificados representantes, padecer¨ªa la incapacidad de trasladar con nitidez a los medios de comunica-ci¨®n, y a trav¨¦s de ellos a los ciudadanos, las motivaciones de sus actos, con lo que se producir¨ªan "lecturas equivocadas de los mismos". En consecuencia, el PNV estar¨ªa sufriendo graves problemas ret¨®ricos porque estar¨ªa contrariando el fundamento mismo de la cosa ya que, seg¨²n el propio Arist¨®teles, "no basta con saber lo que hay que decir, sino que tambi¨¦n es necesario decirlo como se debe". Y para darle la raz¨®n, a Atutxa, claro, ah¨ª est¨¢ el consejero B. M¨ªster B. acierta cuando dice que el registro de la sociedad donostiarra de HB, Marruma, es objeto de una investigaci¨®n judicial, por lo que estar¨ªa fuera de lugar relacionar a HB con la kale borroka -al menos con la que se pudiera derivar del propio caso- hasta que lo resuelva el juez. Pero ?no le hubiera valido m¨¢s callarse por respeto a la argumentaci¨®n que maneja contra quienes s¨®lo sacan una conclusi¨®n distinta a la suya?
Los hasta ayer socios de gobierno del PNV y hermanos en comuni¨®n nacionalista ostentan, por el contrario, una ret¨®rica poderos¨ªsima. De todos es conocida la precauci¨®n sem¨¢ntica con que evitan la palabra "condena" llevando el eufemismo hasta el borde del rid¨ªculo, pero la cosa no queda ah¨ª. De un tiempo a esta parte, el t¨®tem Euskal Herria viene siendo sustituido por una muletilla aparentemente insulsa: "Las fuerzas pol¨ªticas, sociales y sindicales de este pa¨ªs". Con ella se est¨¢ multiplicando, sin embargo, la presencia propia por tres: lo social, lo pol¨ªtico y lo sindical, para lograr el efecto psicol¨®gico de mostrarse como m¨¢s de los que son en un momento de clara p¨¦rdida de efectivos. Por otro lado, la sociedad -la fuerza mayoritaria- queda equiparada a las fuerzas pol¨ªticas y sindicales, con lo que, adem¨¢s de parecer que son iguales en peso y n¨²mero, se est¨¢ dando por sentada la intercambiabilidad de los t¨¦rminos en aras, muy posiblemente, de que lo pol¨ªtico y lo sindical puedan sustituir a la sociedad en la toma de decisiones tan inocuas como la del destino que m¨¢s le conviene.
Por seguir con el ejemplo del Marruma, la coalici¨®n y sus abogados tienen raz¨®n cuando afirman que los guantes de l¨¢tex sirven para fregar y los tubos como m¨¢stiles de banderas, e incluso podr¨ªan tenerla arguyendo que los pasamonta?as se utilizan en la descongelaci¨®n de gambas y los petardos en el guiso de platos como el tost¨®n al golpe de Estado o los amor¨ªos de ternera -recetas ambas del c¨¦lebre A. Muro-, pero con frecuencia ocurre, no podr¨¢n negarlo, que los cuchillos de cocina sirven para despachar al c¨®nyuge, los arcones frigor¨ªficos para ocultar cad¨¢veres y las cajas de habanos para contener dinamita. Con ello no est¨¢n dando razones, sino demostrando un fuerte dominio, aunque seguramente esp¨²reo, de la ret¨®rica, ya que contradice al bueno de Arist¨®teles para quien la ret¨®rica debe plantearse s¨®lo la b¨²squeda de la verdad. Lo dije, un credo y dos ret¨®ricas. O dos vascos comunicantes y... ?un solo pa¨ªs verdadero?
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