Las esperanzas perdidas
"Con Gobiernos menos c¨¢tolicos, la Iglesia vive mejor", ironizaba el cardenal Taranc¨®n en 1981, desesperado de algunos ministros democristianos empe?ados en ser m¨¢s papistas que el Papa con reclamaciones de privilegios para la Iglesia. La tesis de Taranc¨®n era que "la Iglesia hizo demasiadas concesiones a Franco" y que lo pag¨® con el "distanciamiento del pueblo".La Conferencia Episcopal Espa?ola ha tenido siete presidentes desde su creaci¨®n en 1966. Cuatro accedieron al cargo cuando ya eran cardenales (Fernando Quiroga y Palacios, ?ngel Suqu¨ªa, el citado Taranc¨®n y Antonio Mar¨ªa Rouco), y los otros tres fueron arzobispos (Casimiro Morcillo, Gabino D¨ªaz Merch¨¢n y El¨ªas Yanes).
De todos estos prelados fue Taranc¨®n, que presidi¨® a los obispos durante la tormentosa d¨¦cada de los setenta (las votaciones para encontrarle sustituto se estaban realizando la tarde en que el coronel Tejero asalt¨®, pistola en mano, el Congreso, el 23 de febrero de 1981), el que ha dejado una huella m¨¢s profunda en la Iglesia, principalmente con la revisi¨®n del nacionalcatolic¨ªsimo Concordato de 1953 mediante los acuerdos entre Espa?a y la Santa Sede, firmados el 3 de enero de 1979.
Sobre el papel, aquella estructura de relaciones de Espa?a con la Santa Sede (con la Iglesia cat¨®lica, en realidad) sigue vigente, pero en la realidad poco queda de lo construido en aquellos a?os, cuando Taranc¨®n era un objetivo predilecto de las feroces campa?as de la extrema derecha.
Los Gobiernos del PSOE, durante 14 a?os, acordaron, casi siempre con el benepl¨¢cito de quienes lideraban entonces a los obispos, unas relaciones distintas, que Rouco Varela se propon¨ªa reformar cuando accedi¨®, hace trece meses, a la presidencia de la CEE. Se equivoc¨®.
Pero "la esperanza es lo ¨²ltimo que se pierde", dijo Rouco el pasado 12 de febrero, cuando se le pregunt¨® si esperaba m¨¢s del Gobierno de Aznar. Ma?ana, en su discurso a la asamblea de los obispos, sabremos si esta vez, ante la mayor¨ªa absoluta del PP, sus expectativas son m¨¢s ambiciosas o exigentes.
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