Lecturas prohibidas

Tal y como ya sucediera con los ¨ªndices de lecturas prohibidas por la Inquisici¨®n o con la a¨²n reciente censura franquista, de nuevo la historia se repite. Nos sucedi¨® hace poco a m¨ª y a otros-as compa?eros-as con motivo de la visita a Miguel Felipe, insumiso encarcelado en la prisi¨®n militar de Alcal¨¢ de Henares junto a otros nueve j¨®venes presos de conciencia. En esta ocasi¨®n le llev¨¢bamos como regalo a Miguel el Libro de los abrazos, de Eduardo Galeano, y las fotocopias sueltas de una p¨¢gina web (http:www. ventanadigital/educativa/edupaz) en la que se menciona su caso pidiendo solidaridad para con el mismo. Los funcionarios de turno de dicha prisi¨®n nos devolvieron las fotocopias de la p¨¢gina web, argument¨¢ndonos que a los insumisos presos no les estaba permitido leer textos como los que aparec¨ªan en dicha p¨¢gina, mientras que sorprendentemente dejaban pasar el libro de Galeano, a todas luces mucho m¨¢s subversivo que las fotocopias aludidas, dado el car¨¢cter de protesta y denuncia que adquieren los hermosos textos del escritor uruguayo. En consecuencia, mucho me temo que el desconocimiento por parte de la instituci¨®n penal militar de la literatura de Galeano sea tan grande como el del contenido expresado por el art¨ªculo 19 de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos, donde se afirma que toda persona tiene derecho no s¨®lo a recibir informaci¨®n y opiniones, sino tambi¨¦n a difundirlas, sin limitaci¨®n de fronteras, por cualquier medio de expresi¨®n, entendiendo que cuando se habla de fronteras no s¨®lo se refiere a las geogr¨¢ficas, sino tambi¨¦n a las impuestas por los muros de la prisi¨®n.-