El pelot¨®n contra la pared

El ciclismo y el p¨®ker siempre han tenido mucho que ver. La mirada, en ocasiones, vale m¨¢s que la estrategia. Alguien gir¨® el cuello, escrut¨® a los ciclistas del Once, vi¨® un gesto de amargura y se le abri¨® el cielo. De tanto estar pendientes de Jalabert en su etapa m¨¢s familiar (Pucheta es su amuleto y la subida final a La Lejana, su argumento), acabaron por interiorizar que el peligro amarillo estaba como ausente, algo m¨¢s que resignado a intentar un triunfo de etapa.El eterno debate entre la debilidad y la estrategia. Una mirada, un gesto, y el Banesto que rompe las hostilidades. Nada mejor que dos hermanos para trabajar colectivamente. En el Alto del Campillo, los hermanos Osa (Aitor y Unai) deciden acabar con la apat¨ªa de una etapa mon¨®tona y decepcionante.

Saltarse el gui¨®n es siempre un gesto agradecido. Era una prueba para el Once, que parec¨ªa flaquear en el momento estelar que le reservaba el perfil de la etapa. Lo cierto es que el Banesto democratiz¨® a la tropa y las escaramuzas empezaron a tener protagonistas de post¨ªn: Igor Gonz¨¢lez de Galdeano, Gabriele Colombo, Marco Velo... Un rosario de ciclistas que iban mermando el poder¨ªo del Once, que inicialmente resisti¨® con la actitud de Mikel Zarrabeitia o de Marcelino Garc¨ªa.

?Y Jalabert? La pregunta ten¨ªa muchas respuestas. Esperaba a los ¨²ltimos 600 metros de La Lejana para sentenciar la etapa o no pod¨ªa romper la carrera como quiz¨¢s hubiera querido. Al t¨¦rmino de la carrera, el ciclista del Euskadi, Unai Etxebarria, transmit¨ªa la impresi¨®n del pelot¨®n, el fruto de las miradas: "Ve¨ªamos que el Once no iba bien y hab¨ªa que intentarlo", dec¨ªa rodeado de micr¨®fonos en la l¨ªnea de meta de Trapagaran.

Toda la etapa se hab¨ªa basado en la especulaci¨®n sobre el alto de Pucheta y la pared final de La Lejana. Toda una etapa contra la pared, en definitiva, que animaron Alberto L¨®pez de Munain y el italiano Secchiari durante casi 150 kil¨®metros. La fuga no ten¨ªa futuro, convertida en un complemento ideal para otorgar tono ¨¦pico al tiempo de rutina. Nada m¨¢s absurdo que ver circular a un pelot¨®n en alegre compa?¨ªa. La fuga alimentaba cuando menos la especulaci¨®n sobre su futuro. El viento, primero, y las intenciones generales, despu¨¦s, abortaron la escapada cuando la carrera anunciaba el Alto del Campillo, es decir, la etapa real. La permisividad con los dos fugados aclar¨®, al menos, las intenciones de los favoritos. Nadie pensaba mover un dedo m¨¢s all¨¢ del rito final.

Llegado el momento, el Banesto decidi¨® subvertir el orden establecido y el Once resisti¨® cuanto pudo, que fue bastante. La figura de Aitor Osa se agrand¨®, pero la listeza italiana se impuso, una vez m¨¢s, en la pared temida. Danilo di Luca, viniendo de atr¨¢s, retorci¨¦ndose en la bicicleta, alcanz¨® triunfo y liderato, estableciendo las primeras diferencias. Jalabert perdi¨® 10 segundos y Olano 20. Inesperado.

Clasificaci¨®n

Etapa: 1?.- Di Luca (Cantina) 5 h. 13 m 16 s. 2? Aitor Osa (Banesto), a 5 seg. 3?.- Rebellin (Liquigas), a 5 s. 4?.- Jalabert (Once), a 10 s.

General: 1? Di Luca (Cantina) 8 h. 41 m. 24 s. 2?.- Codol (Lampre), a 5 s. 3?. -Rebellin (Liquigas) , a 5 s. 4?.- Aitor Osa (Banesto) a 5 s. 5?.- Jalabert (Once) a 10 s.