T¨² l¨ªder, yo l¨ªder

Previsiblemente, cada etapa va a a tener uno o varios intr¨¦pidos protagonistas en busca del oscar al mejor actor secundario. Alguno, incluso, es posible que alcance la gloria cuando el pelot¨®n acuerde proteger su fuerzas y determine cu¨¢l es la batalla final. Mientras tanto, quedan las nominaciones. El primer d¨ªa, Aitor Silloniz se adjudic¨® a la vez el premio a la combatividad y el de la fatalidad. El corredor vizca¨ªno lleg¨® a pensar que alcanzar¨ªa su objetivo de ganar la etapa. Pero al final su gesta fue la met¨¢fora de lo que el viento se llev¨®.Ayer los candidatos fueron dos: Alberto L¨®pez de Munain, otro intr¨¦pido aventurero del Euskaltel, y un italiano del Saeco, Secchiari, que galoparon 150 kil¨®metros sin ninguna garant¨ªa de ¨¦xito. M¨¢s all¨¢ del viento, no contaban con posibilidades en una etapa se?alada en el libro de ruta de los jerarcas de la carrera.

Silloniz contaba con el factor sorpresa y la presunta tranquilidad del pelot¨®n. Los dos expedicionarios de ayer no dispon¨ªan de ninguna caridad. Pero no se fueron de vac¨ªo. Su acuerdo fue total: L¨®pez de Munain se adjudicaba los puertos de monta?a y Secchiari, las metas volantes. El triunfo de etapa eran palabras mayores.

Pero ambos saldr¨¢n vestidos hoy de l¨ªderes de ambas clasificaciones . Ser¨¢ su bot¨ªn y un aliciente para seguir guerreando en la carrera. No se fueron de vac¨ªo.

El Euskadi-Euskaltel asumi¨® su papel protagonista. Anim¨® la carrera, y lo seguir¨¢ haciendo, y particip¨® en el desenlace final con la presencia activa de Unai Etxebarria, Txema del Olmo y Bingen Fern¨¢ndez. Es lo suyo. Tiene argumentos para explotar la competici¨®n y para discutir en los tramos definitivos.

Los italianos son consumados especialistas en circunstancias puntuales. Su n¨®mina de ciclistas acreditados se ampl¨ªa en esta clase de pruebas. Si el primer d¨ªa Codol di¨® un curso de listeza para sorprender a los especialistas, ayer Di Luca ofreci¨® una exhibici¨®n de fortaleza.