Los experimentos con 'c¨¦lulas madre', en manos de firmas privadas de EE UU

La comunidad cient¨ªfica internacional es virtualmente un¨¢nime sobre las enormes perspectivas terap¨¦uticas que abre la tecnolog¨ªa de la clonaci¨®n y cultivo de c¨¦lulas madre humanas. Sin embargo, los reparos ¨¦ticos y la incertidumbre legal que imperan en todos los pa¨ªses impiden por el momento que las grandes instituciones cient¨ªficas p¨²blicas del mundo desarrollen estas l¨ªneas de trabajo. El resultado es que una de las t¨¦cnicas m¨¢s prometedoras para el futuro inmediato de la medicina se est¨¢ quedando en exclusiva en las manos de las empresas privadas de biotecnolog¨ªa de Estados Unidos.La raz¨®n es que los experimentos con embriones no est¨¢n prohibidos en Estados Unidos, pero tienen los fondos p¨²blicos bloqueados por decisi¨®n del Congreso de aquel pa¨ªs. Este bloqueo ha dado lugar a una situaci¨®n parad¨®jica. Los cient¨ªficos que descubrieron en noviembre de 1998 la forma de obtener c¨¦lulas madre de los embriones humanos, dirigidos por James Thomson, pertenec¨ªan a la Universidad de Wisconsin, pero para poder hacer esos experimentos seminales tuvieron que mantener un rinc¨®n de su laboratorio libre de toda financiaci¨®n p¨²blica. Como consecuencia, la firma privada que financi¨® aquellos experimentos, la californiana Geron Corporation, es ahora la titular de la mayor parte de las licencias y patentes relativas a las c¨¦lulas madre.

Desde que se public¨® el experimento de Thomson y su equipo, la ¨¦lite cient¨ªfica norteamericana -incluidos el director de los gigantescos Institutos Nacionales de de la Salud, Harold Varmus, y una cincuentena de premios Nobel- no ha cesado de presionar a la Administraci¨®n para que busque formas de levantar el bloqueo de los fondos p¨²blicos, pero todos los esfuerzos han resultado infructuosos.

Entretanto, Geron Corporation y varias otras empresas trabajan a toda velocidad para poner a punto las t¨¦cnicas de manipulaci¨®n de las c¨¦lulas madre. S¨®lo una compa?¨ªa de Massachusetts, Advanced Cell Technologies, ha reconocido p¨²blicamente haber clonado un embri¨®n humano. Esta empresa utiliz¨® ¨®vulos de vaca vaciados de sus genes para introducir el n¨²cleo de una c¨¦lula de uno de sus empleados, y destruy¨® el embri¨®n resultante a los pocos d¨ªas.

La situaci¨®n podr¨ªa cambiar si el Gobierno brit¨¢nico decide aceptar las recomendaciones de sus expertos y autorizar la clonaci¨®n de embriones humanos con fines experimentales y terap¨¦uticos. Aparte de su incuestionable utilidad m¨¦dica, este campo promete convertirse en un negocio enormemente lucrativo en los pr¨®ximos a?os, y la Administraci¨®n estadounidense, de persistir en su bloqueo financiero, tendr¨ªa que ver c¨®mo los institutos p¨²blicos de investigaci¨®n brit¨¢nicos se sit¨²an en la vanguardia mundial de esas l¨ªneas experimentales.

El Reino Unido no ha suscrito el Convenio de Oviedo que proh¨ªbe crear embriones con fines no reproductivos, y cuenta entre sus activos con el Instituto Roslin de Edimburgo que clon¨® a la oveja Dolly.