Una etapa con dos velocidades
Otro italiano. Qui¨¦n si no, en una etapa de transici¨®n con el aderezo que convierte la rutina en un jugueteo de emociones. Al final triunf¨® Stefano Zanini, algo as¨ª como el virrey de Vitoria, donde ya gan¨® en 1996 y en 1997, ampliando su curr¨ªculo con el primer sector de Mondrag¨®n de esa ¨²ltima campa?a. Vamos, un especialista en la capital de Euskadi, habitual y estret¨¦gicamente convertida en capital de la llegada masiva y espect¨¢culo de velocistas.Un ritual, amalgamado por la correspondiente aventura ¨¦pica (otra vez Aitor Sill¨®niz junto a los italianos Piccoli y Rebellin y el colombiano C¨¢rdenas) y el azote climatol¨®gico del granizo y la nieve. Dos elementos que hacen de la rutina un ejemplo de voluntad y atemperan el criterio t¨¢ctico de la etapa.
Se hace lo que se puede. Y ayer se hizo m¨¢s, quiz¨¢s, de lo que se debe. Lo hizo Sill¨®niz, el h¨¦roe de la primera etapa, quien lleg¨® sin aliento a la meta, cabreado, dolido y agotado y al que se auguraba un pl¨¢cido recorrido de entonces en adelante, con la misi¨®n cumplida, y que ayer se convirti¨® en un aventurero reincidente. Al kil¨®metro 30, ya se hab¨ªa puesto el buzo de fanea y calculaba el beneficio de la transici¨®n. Visto que en la etapa clave de Trapagar¨¢n nadie movi¨® un dedo, cab¨ªa la posibilidad de que alg¨²n fugado sin credenciales dispusiera del benepl¨¢cito del pelot¨®n. M¨¢s a¨²n, si era un reincidente, algo que siempre conmueve las conciencias.
A Sill¨®niz se le unieron el italiano Piccoli (el ¨²ltimo clasificadode la etapa del martes) y el colombiano C¨¢rdenas , a 9.22 en la general.
La escapada tranquilizaba la conciencia de los equipos que luchan por la victoria final, pero estaba amenazada por los jugadores del d¨ªa a d¨ªa, equipos sabedores de que quiz¨¢s ayer se jugaban la ¨²nica posibilidad de una llegada masiva.
La ¨²nica tentaci¨®n ofensiva se jugaba en el alto de Santa Teodosia, el puerto m¨¢s alto de la Vuelta, donde adem¨¢s el aguanieve golpe¨® a los ciclistas donde m¨¢s les duele a estas alturas de la temporada.
Se subio a tren, sufriendo por la relativa dureza del puerto y por las condiciones adversas del clima. La distancia de los tres fugados se fue reduciendo. Incluso Sill¨®niz hab¨ªa perdido contacto con su compa?eros, como antes lo hab¨ªa hecho un atribulado Roscioli, en la im¨¢gen m¨¢s pat¨¦tica de la carrera.
Y entonces surgi¨® el Vitalicio. Como siempre, se hab¨ªa dejado hacer a los escapados, se les hab¨ªa permitido creer en su fe inquebrantable hasta el ¨²ltimo kil¨®metro de escapada. Pero M¨ªnguez entrevi¨® la posibilidad de ganar con Perdiguero y mand¨® a cuatro ciclistas tirar del pelot¨®n, contra viento y granizo. Tras descender Azaceta, la aventura concluy¨® con la misma muestra de desagrado del intr¨¦pido Sill¨®niz. Entonces, hubo un intento de Verheyen, en busca del factor sorpresa, pero la carrera no estaba para ru¨ªdos. Y gan¨® Zanini, con una bicicleta de ventaja. ?Qui¨¦n si no? De algo vale la experiencia. Resulta que los italianos se han convertido en los mejores exploradores del Pa¨ªs Vasco .
Clasificaciones: Etapa: 1? Zanini (Mapei), 5h. 19m. 23s. 2?.- Vicioso (Kelme), m. t. 3?.- Bolts (Telekom), m. t. General: Di Luca (Cantina), 14h. 0m. 47s. 2?.- Rebellin (Liquigas), a 5s. Codol (Lampre), a 5s.
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