Las prostitutas de la Casa de Campo se quejan de estar abandonadas por el Ayuntamiento
El colectivo Hetaira reconoce, sin embargo, que ha disminuido el acoso policial
Las mujeres que ejercen la prostituci¨®n en la Casa de Campo contin¨²an a la espera de que el Ayuntamiento de Madrid mejore sus condiciones de trabajo, pese a que esa posibilidad fue descartada en diciembre pasado por la concejal de Polic¨ªa Municipal, Mar¨ªa Tard¨®n. El colectivo Hetaira, que defiende los derechos de las prostitutas y es partidario de la legalizaci¨®n de esta actividad, asegura que desde septiembre cesaron los contactos con el Consistorio. Pero "algo hay que hacer, porque la situaci¨®n sigue siendo mala", dice la portavoz del colectivo, Concha Garc¨ªa.
La concejal de Polic¨ªa Municipal, Mar¨ªa Tard¨®n, declar¨® el pasado diciembre a EL PA?S que los planes de traslado de las prostitutas de la Casa de Campo a una zona acotada en el cerro de Garabitas y la posibilidad de mejorar sus condiciones de trabajo se hab¨ªan estancado. "Hemos preferido dejar las cosas como estaban. Eso s¨ª, intensificando las actuaciones de car¨¢cter social y vigilando los problemas de seguridad vial en la zona donde las mujeres ponen en aprieto a los automovilistas", dijo entoncesTard¨®n.El colectivo Hetaira asegura que la situaci¨®n de las aproximadamente 400 prostitutas que trabajan a diario en la Casa de Campo, en su mayor¨ªa africanas e hispanoamericanas, sigue siendo igual que siempre, es decir, "mala". "Y algo hay que hacer, porque servicios no tienen ninguno, salvo los pocos que nosotros podemos suministrarles", se?ala. Hetaira reconoce, sin embargo, que el acoso policial que denunci¨® el a?o pasado ha disminuido y que ahora los controles que hacen los agentes tienen que ver m¨¢s con la situaci¨®n de irregularidad de las inmigrantes, que constituyen un 90% de las prostitutas que ejercen en el parque.
Nueve propuestas
En mayo de 1999 el colectivo Hetaira asegur¨® en un comunicado que "una sensible mayor¨ªa" de prostitutas estar¨ªa dispuesta a trasladarse al cerro de Garabitas siempre y cuando el Ayuntamiento aceptara sus condiciones. En ese momento hablaron de nueve propuestas. ?stas eran: seguridad- pero no incremento de coches policiales-; alumbrado p¨²blico, ubicaci¨®n de contenedores y papeleras; creaci¨®n de un ¨¢rea de descanso que tuviera m¨¢quinas expendedoras de bebidas, comidas, preservativos y material higi¨¦nico, y que adem¨¢s estuviera abierto las 24 horas del d¨ªa; cabinas telef¨®nicas, un punto de atenci¨®n m¨¦dica de urgencia; transporte p¨²blico para facilitar el acceso a la zona; un local habilitado para las asociaciones que trabajan con las prostitutas y un servicio de mantenimiento de cada una de las instalaciones que se abrieran.
Esas propuestas, sin embargo, quedaron en el olvido tras la declaraci¨®n de Mar¨ªa Tard¨®n en diciembre pasado. Un olvido, dice Garc¨ªa, que se debe a que "el Ayuntamiento, en definitiva, no tiene ninguna soluci¨®n para las prostitutas de la Casa de Campo". Tard¨®n tambi¨¦n se mostr¨® partidaria de plantear la legalizaci¨®n del ejercicio de la prostituci¨®n. Hetaira comparte esta idea.
Entre las mujeres con las que trabaja el colectivo Hetaira existe, seg¨²n Garc¨ªa, "cierto desencanto" por el incumplimiento del Ayuntamiento en la mejora de las condiciones laborales de las que se habl¨® en su momento. Pero, asegura, "en el fondo ellas lo que quieren es que las dejen trabajar en paz". Seg¨²n la portavoz de Hetaira, este colectivo quiere, no obstante, llevar a cabo un trabajo "de fondo": "Hacer que las cosas maduren un poco m¨¢s para que no se desaten pol¨¦micas como la del a?o pasado, que no han tra¨ªdo ninguna soluci¨®n".
La ¨²nica ventaja de aquel agrio debate que tanto ocup¨® la atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n fue que "las prostitutas pudieron expresarse y dar a conocer su situaci¨®n".
La pol¨¦mica que puso de manifiesto las terribles condiciones de trabajo de las prostitutas de la Casa de Campo se desat¨® en abril del a?o pasado. El PP entonces lo ten¨ªa claro: ten¨ªan que abandonar la concurrida zona del Lago y trasladarse al cerro de Garabitas.
El que entonces era primer teniente de alcalde, Jos¨¦ Ignacio Echeverr¨ªa, del PP, pretend¨ªa que las prostitutas quedaran fuera de la vista del p¨²blico que acude a las zonas de ocio de la Casa de Campo (Parque de Atracciones, zool¨®gico o ¨¢reas verdes). Echeverr¨ªa se reuni¨® con representantes de las prostitutas para ofrecerles el posible traslado a cambio de una serie de ventajas, entre ellas protecci¨®n policial, servicios sanitarios e iluminaci¨®n. Hasta ah¨ª llegaron las promesas. Despu¨¦s, con la llegada de la juez Tard¨®n como nueva concejal de Polic¨ªa Municipal, el Ayuntamiento cambi¨® de postura y decidi¨® dejarlo todo igual.
En Madrid capital hay cerca de 2.500 mujeres que ejercen la prostituci¨®n, seg¨²n Asunci¨®n Miura, directora general de la Mujer de la Comunidad, informa Europa Press.
Los anuncios de contactos en la prensa nacional, en su mayor¨ªa de Madrid, suponen un costo de 4.700 millones de pesetas al a?o, a lo que se suman otros 1.500 millones que contabiliza la publicidad de la prensa local y regional.
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