Un lugare?o en el Parlamento
Casi todos los lugare?os cuando se establecen en la ciudad, y m¨¢s si logran un empleo netamente urbano, no s¨®lo pierden el pelo de la dehesa sino que aprenden con prontitud a modular el volumen del vozarr¨®n aldeano mientras que la naturaleza mitiga, por su cuenta, los rasgos asilvestrados del rostro, les reblandece la piel y les suaviza los ademanes y los gustos. Los convierte, en fin, en genuinos tipos de ciudad.Hay sin embargo una minor¨ªa de rudos hombres de campo que mantiene su impronta por m¨¢s que cambien de lugar, gasten traje oscuro, porten malet¨ªn, dispongan de coche oficial y se codeen con presidentes, ministros y gentes avezadas en el uso de las convenciones sociales.
Al socialista Rafael Centeno L¨®pez, por ejemplo, el desempe?o de las funciones propias de vicepresidente tercero del Parlamento andaluz en la pasada legislatura, y su reelecci¨®n para la que comienza, no le ha menguado ninguna de sus celebradas caracter¨ªsticas rurales. Sigue hablando a voces, apabullando con sus prisas a compa?eros de partido y a adversarios y repartiendo entre todos con una generosidad nada capitalina ristras de morcillas y tripas de chorizo de cerdos criados en Genalguacil, el pueblecito de la Serran¨ªa de Ronda (M¨¢laga) de 140 l¨ªneas de tel¨¦fono y 500 habitantes donde naci¨® hace 41 a?os y en donde se refugia cuando necesita reponer energ¨ªas.
Ese aire de labriego que Centeno lleva consigo all¨¢ donde va confiere a sus intervenciones una brusca espontaneidad que pone en tensi¨®n a sus interlocutores. ?Qui¨¦n dir¨ªa que este hombre, en su juventud, facilitaba a sus paisanos el ingreso en el pa¨ªs de los sue?os! Pero as¨ª es. Mucho antes de afincarse en M¨¢laga y de iniciar su carrera pol¨ªtica Centeno era el taquillero del cine de Genalguacil. La sala pertenec¨ªa a su familia y all¨ª, mientras preparaba sus ex¨¢menes como alumno libre, repart¨ªa las localidades que daban derecho a so?ar y, cuando se apagaban las luces, vend¨ªa cigarrillos. Alg¨²n verano cambi¨® el cine por la cima de un monte, desde donde trataba de avistar indicios de incendios forestales. Otra forma de ver el mundo en cinemascope.
En 1976 Centeno se mud¨® a M¨¢laga para estudiar Magisterio. La universidad de los primeros tiempos de la transici¨®n pol¨ªtica era un batiburrillo de ideolog¨ªas y siglas y ¨¦l eligi¨® la m¨¢s nueva, la Organizaci¨®n Revolucionaria del Trabajo, un salmorejo muy batido de mao¨ªsmo y fundamentos cristianos. Hasta cuatro a?os m¨¢s tarde no ingres¨® en el PSOE, donde inici¨® una carrera pol¨ªtica que, salvo en la ¨¦poca m¨¢s conflictiva con el sector guerrista representado por Carlos Sanju¨¢n, ha sido rica y continua.
En M¨¢laga ha sido director de las ¨¢reas municipales de Cultura, Educaci¨®n, Deportes y Participaci¨®n Ciudadana. En 1990 fue elegido por primera vez diputado auton¨®mico, cargo que renovar¨ªa en 1996 y en 2000. A ¨¦l se le atribuye el dise?o de la feria de M¨¢laga, con sus secciones nocturnas y vespertinas, y el acercamiento te¨®rico del tren de alta velocidad.
Su ¨²nica etapa pol¨ªtica adversa coincidi¨®, como qued¨® dicho, con los rifirrafes entre renovadores y guerristas. En aquel periodo se aline¨® con la minor¨ªa y fue perseguido. Ahora es la voz autorizada del secretario provincial, Jos¨¦ Asenjo, y aunque en apariencia ejerza un discreto protagonismo dentro del partido su capacidad de control es formidable y dif¨ªcilmente le pasa desapercibido un movimiento sospechoso. Con estas virtudes, y sus maneras de labrador honrado e inquieto, se entiende que imponga respeto y disuada a sus adversarios de promover cualquier insidia.
Centeno ha logrado llenar por s¨ª mismo un abultado anecdotario que anda en boca de las gentes. Adem¨¢s de su rusticidad, su biograf¨ªa se?ala otros datos destacados: est¨¢ casado en segundas nupcias y es padre de dos varones; es funcionario en excedencia del Ayuntamiento de M¨¢laga. Le gusta la m¨²sica y est¨¢ al d¨ªa de las novedades discogr¨¢ficas. Combina la gastronom¨ªa refinada con la ingesti¨®n inmoderada de embutidos y guisos serranos. Va y viene de M¨¢laga a Sevilla, donde tiene un piso alquilado. Es nervioso. No se amilana en pol¨ªtica ante nada ni ante nadie. Sabe comportarse en cualquier sitio y es el responsable de Pol¨ªtica Municipal del PSOE en toda Andaluc¨ªa. A pesar de sus movimientos corporales confusos le gusta bailar pasodobles. Es lo ¨²nico que baila. Ni boleros, ni sevillanas ni tangos. Pasodobles, en su pueblo.
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