Shevardnadze arrasa en las presidenciales de Georgia, seg¨²n los primeros datos
Como ocurri¨® con Vlad¨ªmir Putin en Rusia hace dos semanas, Edvard Shevardnadze arrasaba ayer en las elecciones presidenciales de Georgia sin necesidad de recurrir a una segunda vuelta. Con el 53% de los votos escrutados, Shevardnadze lograba un 80,52%, frente al 16,55% de su ¨²nico rival de peso, Dzhumber Patiashvili -al igual que ¨¦l, un jefe del partido comunista en tiempos sovi¨¦ticos-, condenado de antemano a una derrota similar a la sufrida por el comunista Guennadi Ziug¨¢nov el pasado 26 de marzo en las presidenciales rusas.
Ziug¨¢nov denunci¨® en Rusia que Putin gan¨® con malas artes y que las numerosas irregularidades exig¨ªan anular los comicios. En Georgia es probable que se repita el gui¨®n. A pocas horas del fin de la votaci¨®n, el cuartel general de Patiashvili emiti¨® un comunicado en el que se denunciaban ya algunas irregularidades, en lo que parec¨ªa el preludio de una impugnaci¨®n global. Lo cierto es que el escrutinio marcaba unas diferencias insalvables: 64 puntos de diferencia separaban a Patiashvili del virtual ganador. Unos 300 observadores (de la OSCE, el Consejo de Europa y otras organizaciones internacionales) vigilaban la limpieza del proceso en la rep¨²blica cauc¨¢sica. Uno de ellos fue expulsado de un colegio porque, supuestamente, se excedi¨® en sus funciones al intentar contar los boletines de voto y escudri?ar con una linterna en el interior de la urna.
Shevardnadze obtuvo ya una clara victoria (74% a 19%) en las elecciones de 1995, precisamente frente a Patiashvili, que ha centrado su campa?a en la necesidad de sacar a Georgia de una crisis que tiene a dos tercios de la poblaci¨®n por debajo del l¨ªmite de la pobreza. Salarios de 2.000 pesetas y pensiones de la mitad pagados con retraso son frecuentes en un pa¨ªs que durante d¨¦cadas se benefici¨® del petr¨®leo barato (subvencionado por Mosc¨²) y la comercializaci¨®n de sus vinos, que nunca faltaban a la mesa de los miembros del Politbur¨® comunista.
Inter¨¦s ruso
El oro negro es la causa del creciente inter¨¦s que Rusia y Occidente prestan hoy a Georgia, convertida en ruta natural para que el petr¨®leo y el gas de los fabulosos yacimientos del Caspio lleguen a Europa, en detrimento de la ruta norte. ?sta cruza Rusia, incluida la convulsa Chechenia, lo que oblig¨® a construir una derivaci¨®n del oleoducto Bak¨²-Novorrosiisk. Shevardnadze, ministro de Exteriores sovi¨¦tico en tiempos de la perestroika, ve ahora con recelo la presencia en su territorio de bases y soldados rusos, y coquetea con la Alianza Atl¨¢ntica para deshacerse del abrazo de oso de Mosc¨². El actual presidente de Georgia se presenta como garant¨ªa de estabilidad tras los convulsos a?os que siguieron a la independencia, con conflictos armados que, entre otras cosas, rompieron el pa¨ªs.
Desde entonces, Osetia del Sur y Abjazia rechazan la soberan¨ªa de Tbilisi, a¨²n sin ning¨²n reconocimiento internacional. En Abjazia, el precario alto el fuego se sostiene gracias a una fuerza de interposici¨®n rusa. Shevardnadze, que se gan¨® con esos conflictos muchos enemigos, ha sido objeto de varios atentados, lo que le ha ganado el apodo de El Inexplotable.
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