Contratos para luchar contra la obesidad infantil
Roc¨ªo Gonz¨¢lez, de 12 a?os, e Inmaculada Corona, de 9, han firmado ya, pese a su corta edad, no menos de ocho contratos cada una. Ambas est¨¢n luchando para vencer la obesidad, una enfermedad que ha pasado a ser en el mundo desarrollado uno de los primeros motivos de consulta m¨¦dica.Despu¨¦s de tres a?os de acuerdos contractuales con su pediatra, Roc¨ªo es hoy una ni?a espigada que juega en la selecci¨®n de baloncesto de Sevilla y ha dejado atr¨¢s el sobrepeso. Ahora se la ve sonriente y segura de s¨ª misma; ha aprendido a sustituir las chucher¨ªas por la fruta, puede comprar la ropa que le gusta y, seg¨²n cuenta su padre, Juan Ignacio, "es una ni?a mucho m¨¢s madura y responsable".
Inmaculada, en cambio, sigue luchando, "con una voluntad de hierro", dice su madre, Conchi, que cuenta y no acaba las muchas gestas y esfuerzos que hace su hija para quitarse los kilos que le sobran. "Tenemos un armario en el que guarda todas las golosinas que le regalan. Las tiene all¨ª y, de vez en cuando, las mira. Eso le da fuerzas, me dice, para tener m¨¢s voluntad". Pero Inmaculada lo tiene dif¨ªcil porque en ella influye, m¨¢s que en Roc¨ªo, el factor gen¨¦tico.
El otro gran inconveniente con el que se encuentra, y que ella est¨¢ dispuesta a vencer, es el factor ambiental. Por eso firma contratos cada tres meses con "su endocrino". Y lo de "su" endocrino lo recalca porque es ella, y no sus padres, la que acuerda con el doctor Jos¨¦ Antonio Berm¨²dez de la Vega, responsable de la Unidad de Endocrinolog¨ªa en el Servicio de Pediatr¨ªa del Hospital Macarena de Sevilla, los t¨¦rminos en los que ha de seguir el tratamiento.
La obesidad infantil est¨¢ empezando a desbordar las consultas de los pediatras. Una encuesta reciente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmac¨¦uticos sobre los h¨¢bitos alimentarios de los ni?os espa?oles se?ala que ¨¦stos no consumen verduras ni fruta en cantidades suficientes. Y un 25% de los ni?os de 10 a 12 a?os se muestra preocupado por su peso corporal.
Un 80% de los ni?os obesos tiene antecedentes familiares. Un ni?o tiene hasta un 40% de probabilidades de ser obeso si uno de sus progenitores lo es; pero esta probabilidad se eleva al 85% si lo son los dos. En cambio, s¨®lo un 8% de ni?os obesos carece de antecedentes en la familia.
Por otra parte, el ni?o que en el primer a?o de vida es obeso, tiene un 14% de probabilidades de serlo en la edad adulta. Si la obesidad dura hasta los siete a?os, el riesgo se dispara hasta un 41%; si se mantiene entre los 13 y 15 a?os el riesgo sube al 75% y, si se alarga el exceso hasta la adolescencia, es del 96%.
Pero tambi¨¦n influye el factor ambiental. Comer demasiado, llevar una vida sedentaria, la desestructuraci¨®n familiar, el menor nivel econ¨®mico y vivir en el mundo rural son algunos de los factores de riesgo para la obesidad infantil, seg¨²n Berm¨²dez.
Su propuesta para atajar la obesidad infantil se basa en la confianza. El verdadero protagonista es el ni?o, que discute, analiza y se compromete por escrito con su pediatra a cumplir los compromisos pactados.
"Yo, Inmaculada Corona, de 9 a?os de edad, de acuerdo con mi pediatra y mis padres, me comprometo a mantener las siguientes conductas: comer¨¦ tres piezas de fruta al d¨ªa como m¨ªnimo, har¨¦ media hora diaria de ejercicio, no ver¨¦ la televisi¨®n mientras como, masticar¨¦ muchas veces, y lo har¨¦ muy despacio...". As¨ª comienza el ¨²ltimo contrato, firmado a pie de p¨¢gina el pasado 4 de abril por el m¨¦dico, Inmaculada y su madre. Si los acuerdos se cumplen, habr¨¢ premio. ?ste podr¨ªa consistir en una excursi¨®n, un nuevo vestido o en puntos que ir¨ªan acumul¨¢ndose para obtener, posteriormente, un premio mayor.
Berm¨²dez de la Vega asegura que su m¨¦todo de trabajo se basa, y de ello depender¨¢ en gran parte su ¨¦xito, en "el talante democr¨¢tico y flexible con el que aborda el problema, a fin de que sean los propios ni?os y ni?as quienes tomen conciencia de que ellos, y s¨®lo ellos, son los que pueden decidir y elegir lo que han de comer o el ejercicio que deben de hacer para corregir la obesidad que padecen", explica.
Pero tambi¨¦n la familia y el entorno influyen. Conchi, la madre de Inmaculada, lo explica as¨ª: "La ni?a nos ha cambiado los h¨¢bitos. No nos deja que pongamos la televisi¨®n mientras comemos; nos ha obligado a reducir las cantidades, a comer en platos m¨¢s peque?os... Y ahora comemos m¨¢s fruta y verdura". Este protagonismo del ni?o lo corrobora Ana Camacho, la madre de Roc¨ªo, quien asegura que lo que m¨¢s le sorprende es ver c¨®mo su hija y el pediatra negocian el nuevo contrato.
Berm¨²dez calcula que, despu¨¦s de tres a?os tratando a m¨¢s de 200 ni?os obesos, ha conseguido que un 30% redujera el peso y otro 30% lo mantuviese, "lo que tambi¨¦n es un ¨¦xito", aclara. En el 40% restante asume que ha fracasado. Un porcentaje que, en su opini¨®n, no es excesivo, "si tenemos en cuenta que todav¨ªa en amplias capas sociales consideran a la gordura sin¨®nimo de salud e incluso la ven con buenos ojos".
Inmaculada est¨¢ encantada, entre otras cosas, porque ahora los ni?os del colegio ya no se meten con ella. "Ya puedo agacharme y no me caigo de espaldas", dice. Y le da un gran placer, asegura, comprobar que no tiene dificultades para cruzar las piernas. Progresa lentamente, pero siempre ha cumplido sus contratos. Roc¨ªo ha superado el problema porque ha aprendido a comer de otra manera. "Aprender a comer es la clave; cambiar los h¨¢bitos. Porque la obesidad es una enfermedad con la que hay que estar alerta toda la vida", recalca Berm¨²dez de la Vega.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.