"Soy un terrorista de la belleza"
Es apabullante la cantidad de referencias e influencias que los cr¨ªticos han visto en la obra de Gary Hume (Kent, Inglaterra, 1962), artista que hoy inaugura una exposici¨®n de sus pinturas de los a?os noventa en el Centro Cultural de la Fundaci¨®n La Caixa en Barcelona, en donde podr¨¢ verse hasta 25 de junio. Se dice, por ejemplo, que sus primeras obras -pinturas monocromas y planas que recordaban en su forma y color las t¨ªpicas puertas de acceso a edificios p¨²blicos, como los hospitales- alud¨ªan a los famosos ready made de Duchamp y a las esculturas minimalistas de Donald Judd. M¨¢s adelante, cuando desde 1993 empez¨® a utilizar im¨¢genes figurativas, se le relacion¨® con el pop de los artistas Tom Weselman y Warhol. Con este ¨²ltimo comparti¨® la t¨¦cnica de proyecci¨®n en el soporte de la pintura de im¨¢genes extra¨ªdas de los medios de comunicaci¨®na que posteriormente reelabora. En los ¨²ltimos a?os tambi¨¦n se le han visto relaciones con la pintura de Picabia o Polke por la superposici¨®n de siluetas en una misma figura y no faltan referencias a Pistoletto por las superficies reflejantes de sus obras. Gary Hume no se amilana ante esta constante referencia a la historia. "Soy un poco todas estas personas, pero no soy un historiador, sino un pintor. Formo parte de todo ello, pero a las pinturas les preocupa ser ellas mismas y, evidentemente, espero que haya una diferencia entre lo que hago y lo que hac¨ªa toda esta gente".Hume se ha dado a conocer, entre otras cosas, por el aspecto decorativo y bello de sus pinturas. En algunos contextos, esto se considera incluso un desaf¨ªo. "Ahora estos cuadros no parecen tan provocativos, pero en su momento lo fueron", afirma. "Soy un terrorista de la belleza. Es como si hubiera colocado bombas de belleza en todas partes". Naturalmente, es el fruto de una decisi¨®n perfectamente calculada. "Pens¨¦ que estar en el estudio y hacer algo feo o duro era demasiado f¨¢cil. Ya hay mucha gente que es experta en ello".
Con esta iron¨ªa desencantada que caracteriza a buena parte de su generaci¨®n, Hume realiza unas im¨¢genes enigm¨¢ticas y ambiguas en las que aparecen p¨¢jaros, desnudos, retratos, flores o figuras geom¨¦tricas. Trabaja sobre planchas de aluminio, utiliza pinturas pl¨¢sticas generalmente de colores vivos y pastelosos, y extrae los temas de libros, fotograf¨ªas y revistas. "No son pinturas narrativas, no soporto la narrativa, pero no encuentro los temas al azar. Ya me gustar¨ªa pensar que puedo pintar cualquier cosa, pero no es as¨ª. Miro mucho y de repente veo una imagen que puede ser una pintura. Busco algo visual que tiene un pathos que puedo sacar en el cuadro".
Hume represent¨® a su pa¨ªs, Gran Breta?a, en la ¨²ltima Bienal de Venecia. De hecho, el grueso de la treintena de obras que integran esta exposici¨®n, realizadas entre 1998 y 1999, se present¨® en la ciudad de los canales. Era la consagraci¨®n definitiva de un artista que no ha realizado el camino en solitario. Hume pertenece a una generaci¨®n, conocida como los J¨®venes Artistas Brit¨¢nicos, que no ha parado de escandalizar y encandilar a la sociedad brit¨¢nica. Se dieron a conocer en 1988 con una serie de exposiciones, tituladas Freeze y organizadas en Londres por el tambi¨¦n artista Damien Hirst -conocido por sus disecciones de animales-, cuyo ¨²ltimo episodio fue la pol¨¦mica Sensation, que pudo verse hace unos a?os en Londres, Berl¨ªn y Nueva York.
La pol¨¦mica, todo hay que decirlo, nunca ha venido de la mano de Hume, sino de las im¨¢genes expl¨ªcitamente sexuales o violentas de algunos de sus compa?eros de exhibici¨®n colectiva, con muchos de los cuales comparti¨® estudios y ahora comparte ¨¦xitos. "Lo que pas¨® es que est¨¢bamos todos en la misma universidad, el Goldsmith's College. Aqu¨¦lla era una ¨¦poca intermedia entre la esperanza total y la recesi¨®n. Ten¨ªamos el sentimiento de que no pod¨ªamos perder nada. Casi todos los artistas proven¨ªamos de la clase trabajadora y no est¨¢bamos de acuerdo con las normas que imperaban en el sistema del arte. Era la ¨¦poca del derrumbe de las ideolog¨ªas, la ca¨ªda del comunismo y todo esto. La verdad es que no hab¨ªa ning¨²n manifiesto respecto al arte. Simplemente se trataba de hacerlo; mostrar la perspectiva que ten¨ªa cada uno de lo que estaba pasando".
Es algo que ha continuado a lo largo de estos a?os. Siguen siendo amigos -"nuestra relaci¨®n se basa en el respeto y la amistad"- y pese a las grandes diferencias entre sus distintas obras, en muchos casos comparten galerista -Jay Jopling-, coleccionista -Charles Staachi- y el apoyo de buena parte de las instituciones muse¨ªsticas de varios pa¨ªses, incluido el suyo. El ¨¦xito fue casi inmediato. "Es algo que ocurri¨®", afirma. "No ten¨ªamos el objetivo de triunfar, pero por otra parte, si el ¨¦xito es algo que est¨¢ ah¨ª fuera no veo por qu¨¦ no deb¨ªamos tenerlo nosotros. Creo en la validez de mi pintura. Si toda esta gente me apoya, me parece algo natural, y si no lo hace, pienso que son unos idiotas. Tampoco me preocupa que de repente dejen de interesarse en mi trabajo, porque tienes que confiar en que el arte es algo mayor que todo esto".
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