Una clase de resistencia pasiva
Hoy inician su d¨ªa de ayuno n¨²mero 20. Tino, Paco y Andr¨¦s se alimentan desde el pasado 25 de marzo con agua mineral y cien gramos de glucosa diarios. Tom¨¢s lleva 18 d¨ªas y Vicent alcanza la docena. Acampados en el c¨¦ntrico parque de la plaza de Alfons el Magn¨¤nim, los integrantes de la plataforma c¨ªvica Salvem El Cabanyal-Canyamelar iniciaron el pasado 25 de marzo una actuaci¨®n de resistencia pac¨ªfica para protestar contra el plan urban¨ªstico del Ayuntamiento de Valencia, gobernado por el PP, que prev¨¦ prolongar la avenida de Blasco Ib¨¢?ez hasta el mar destruyendo la trama urbana del tradicional barrio de pescadores.El estado an¨ªmico de los huelgistas es fuerte, el f¨ªsico no tanto, pese a los controles m¨¦dicos diarios a los que se someten para mantener la salud. Faustino Villora y Paco L¨®pez llevan perdidos 11 kilos, el resto algunos menos.
Desde que iniciaron la huelga de hambre, aprobada en una asamblea vecinal convocada por la plataforma, han contado con la solidaridad de vecinos que se han sumado con d¨ªas sueltos de ayuno, partidos pol¨ªticos de izquierda, profesionales del urbanismo y la arquitectura, organizaciones vecinales y estudiantiles, etc. Entre las solidaridades m¨¢s pr¨®ximas destaca la de Vicent, el labrador de Alboraia, que lleg¨® para sumarse a la protesta porque piensa que detr¨¢s de El Cabanyal la pr¨®xima amenaza del desarrollismo urban¨ªstico caer¨¢ sobre la huerta.
"La huelga se decidi¨® iniciarla, tras casi dos a?os de actividades en contra del plan urban¨ªstico municipal, para exigir al Ayuntamiento de Valencia que abriese un debate p¨²blico sobre el proyecto y para romper el aislamiento de un problema que afecta a toda la ciudad y que parec¨ªa reducirse a un barrio", explica Paco.
Los cinco huelguistas han abierto un par¨¦ntesis en sus vidas, con la ayuda de otros muchos vecinos, para desarrollar una acci¨®n de protesta que no tiene todav¨ªa fecha de caducidad.
Todos ellos reconocen, pese a la flojera que les sacude en algunos momentos del d¨ªa o el destemple que arrastran, que el apoyo ciudadano les ha fortalecido la moral. Tambi¨¦n coinciden en que cuando han informado a los curiosos o interesados en su reivindicaci¨®n han visto c¨®mo las opiniones cambiaban. "Cuando explicas a la gente lo que representa la ampliaci¨®n de la avenida y en base a qu¨¦ justificaciones pol¨ªticas se plantea hay un cambio de opini¨®n. La gente, entonces, se suma a la recogida de firmas", dice Tom¨¢s. Tino, que siempre lleva a cuestas los informes t¨¦cnicos, los dict¨¢menes y los planos, explica que el proyecto urban¨ªstico que defiende el PP s¨®lo puede beneficiar a los vecinos cuyas viviendas linden con la futura avenida, a los que residen en el tramo este de Blasco Ib¨¢?ez y a los futuros propietarios del balneario de Las Arenas que se pretende privatizar. Para la plataforma Salvem El Cabanyal, con los 9.000 millones de pesetas que el Ayuntamiento de Valencia quiere dedicar a expropiar las viviendas de 1.200 familias se podr¨ªa rehabilitar dos veces todo el barrio y acabar con una imagen de degradaci¨®n que ha propiciado la Corporaci¨®n municipal para defender su proyecto de saneamiento urban¨ªstico. "Queremos calidad de vida en el barrio, como todos los vecinos, y las dotaciones de servicios p¨²blicos no se pueden vincular a la apertura de la avenida", dice Tino. Al lado, una cotorra que acompa?a a los huelguistas proclama "Rita, rehabilita".
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