Divisi¨®n de opiniones sobre Anelka

La primera noticia de Anelka se produjo en el descanso. Mientras la m¨²sica de Chayanne animaba a los presentes desde los altavoces del estadio y varios operarios adecentaban el c¨¦sped, una figura sali¨® rauda del t¨²nel de vestuarios. Era Nicolas Anelka, que comenzaba sus ejercicios de calentamiento mientras la grada se mostraba taurinamente dividida. Pitos y aplausos acompa?aron su aparici¨®n, aunque de modo t¨ªmido se impusieran los aplausos. El franc¨¦s, impasible, no se cort¨®, y se recorri¨® el campo de lado a lado entre la expectaci¨®n general. Luego, cuando se inici¨® la segunda parte, sigui¨® ejercit¨¢ndose en la banda. Doce minutos despu¨¦s, Del Bosque le llamaba y le daba unas breves instrucciones. 39 d¨ªas hab¨ªan pasado desde la ¨²ltima vez que el franc¨¦s se enfundara la camiseta madridista, en los que se ha perdido cinco partidos de Liga y cuatro de Liga de Campeones.En los 33 minutos que se mantuvo en el c¨¦sped, Anelka entr¨® en contacto con el bal¨®n nueve veces. Su acci¨®n m¨¢s meritoria, en el minuto 65, fue un disparo lejano que sac¨® Cavallero. Ninguno de sus compa?eros hab¨ªa hecho intervenir al meta argentino hasta ese momento. Anelka fue objeto de una falta y cometi¨® otra, am¨¦n de perder el bal¨®n en dos ocasiones. Sali¨® con ganas de intervenir pero enseguida comenz¨® a aburrirse. El Madrid no hilvanaba jugada alguna y Anelka tuvo que retrasar su posici¨®n para entrar en contracto con el bal¨®n. El p¨²blico sigui¨® manfest¨¢ndose dividido en cada actuaci¨®n suya, aunque la sensaci¨®n general fue de apoyo. Chamart¨ªn perdon¨® ayer a Anelka, que sin embargo no demostr¨® demasiado compromiso con el juego del equipo, lo que no resulta precisamente novedoso.