Haider recomienda a la Uni¨®n Europea que aprenda democracia de Austria
El austriaco J?rg Haider recurri¨® ayer en Bruselas a su lado m¨¢s agresivo para lanzar un rosario de cr¨ªticas contra la Uni¨®n Europea (UE), B¨¦lgica, la presidenta del Parlamento Europeo y la prensa internacional, a quienes acus¨® de "comportamiento antidemocr¨¢tico". "Europa tiene que aprender democracia de Austria y no al rev¨¦s", dijo el exl¨ªder del derechista Partido de la Libertad (FP?), al pedir, "sin m¨¢s demora", la abolici¨®n de las sanciones impuestas a su pa¨ªs por los otros 14 Estados miembros de la Uni¨®n.
La de ayer era la primera aparici¨®n de Haider en la capital comunitaria, donde particip¨® como gobernador de Carintia en el pleno del Comit¨¦ de las Regiones, el ¨®rgano que oficializa desde 1993 la representaci¨®n de los entes locales y regionales de los Quince. El grupo socialista pidi¨® la expulsi¨®n del derechista austriaco, porque constituye, dijeron, "un ataque a los pilares democr¨¢ticos europeos". Haider hizo sus declaraciones en una ca¨®tica conferencia de prensa, que concluy¨® bruscamente cuando un socialista franc¨¦s, hijo de un deportado jud¨ªo, le espet¨®, mostrando en alto un c¨®mic que narra las tropel¨ªas de Hitler, a responder p¨²blicamente sobre la barbarie nazi. "Responda, se?or Haider, diga qu¨¦ piensa de las atrocidades cometidas por el Tercer Reich y no huya cobardamente por una puerta trasera", gritaba Marc Bellet, presidente del departamento de Baja Normand¨ªa, que, al igual que Haider, asisti¨® a las sesiones del Comit¨¦ de las Regiones.
Todo fue en vano, porque miembros de la seguridad del bronceado gobernador de Carintia le sacaban en volandas del lugar mientras inopinadamente un periodista italiano se enzarzaba en una batalla verbal contra Bellet en defensa del austriaco, y c¨¢maras y micr¨®fonos se abalanzaban sobre la mesa para registrar el incidente. Bellet hab¨ªa tratado ya de entregar el libro de vi?etas a Haider al inicio de las sesiones del Comit¨¦ de las Regiones, pero ¨¦ste le ignor¨® completamente.
"Austria no acepta las sanciones impuestas por los otros 14 pa¨ªses de la Uni¨®n Europea y pedimos que sean abolidas sin m¨¢s demora, porque atentan el sentido com¨²n y los valores humanos", declar¨® Haider en una breve introducci¨®n en alem¨¢n e ingl¨¦s. Repiti¨® varias veces que en su pa¨ªs viven en democracia y dijo tambi¨¦n que, le guste o no, Europa tiene que respetar los resultados de las elecciones austriacas del pasado octubre y la coalici¨®n entre conservadores y ultraderechistas que gobierna desde hace dos meses y medio en Viena.
"La UE ha cometido un grave error. Tiene que cambiar y no nosotros. Europa tiene que aprender democracia de Austria y no al rev¨¦s. La Constituci¨®n de mi pa¨ªs respeta los derechos humanos y las minor¨ªas", agreg¨® el hasta hace escasas semanas presidente del FP?. "Esta actitud recuerda a comportamientos colonialistas ya superados", continu¨® cada vez m¨¢s envalentonado. ?Tiene aspiraciones a ser canciller?, dispar¨® un reportero. "Estoy satisfecho de ser gobernador por ahora, pero como la Uni¨®n Europea no cambie de pol¨ªtica me lo van a poner muy f¨¢cil y apenas tendr¨¦ necesidad de hacer campa?a".
Lanz¨® un aviso inquietante sobre la futura ampliaci¨®n comunitaria, de la que dijo no estar en contra pese a los "riesgos que comporta, sobre todo para Austria, debido al flujo de mano de obra barata que entrar¨¢ al abrir las fronteras". "Ser¨¢ necesario un periodo de transici¨®n para organizar bien la ampliaci¨®n", observ¨®.
Mientras el extremista J?rg Haider se presentaba en el Comit¨¦ de las Regiones en Bruselas, su presidente, el socialdem¨®crata Thomas Klestil entonaba el mea culpa de su pa¨ªs ante el pleno del Parlamento Europeo, reunido en sesi¨®n solemne en Estrasburgo, informa Walter Oppenheimer.
"Estoy seguro de que en nuestro pasado reciente hemos cometido muchos errores", admiti¨® Klestil. "Austria ha tardado demasiado tiempo en invitar a volver a aquellos jud¨ªos que marcharon en 1938", reconoci¨®. Klestil ha querido dirigirse a la Euroc¨¢mara para lanzar el doble mensaje del arrepentimiento y de la ratificaci¨®n del compromiso de su pa¨ªs con la democracia y con el europe¨ªsmo.
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