Sin¨®nimos
Tal vez el espa?ol tambi¨¦n sea un lenguaje fascista, como lo es el alem¨¢n seg¨²n George Steiner, que ha escrito que Hitler no podr¨ªa haber surgido de nig¨²n otro idioma, que en ese idioma ya est¨¢n contenidas las bases y los materiales del nazismo. Antes, ese argumento me parec¨ªa irreal o, como m¨ªnimo, exagerado; prefer¨ªa recordar algo que siempre dec¨ªa Rafael Alberti: las palabras son peligrosas, terribles, con las mismas que haces un poema de amor se puede firmar una sentencia de muerte. Ahora ya no estoy muy seguro. ?El espa?ol es una lengua xen¨®foba, racista? Miro en la televisi¨®n lo que ocurri¨® en El Ejido o leo la noticia incre¨ªble de que la ONCE ha sido denunciada por negarse a afiliar a dos ni?os ciegos, uno ruso y otro iran¨ª, uno de doce a?os y otro de ocho, por no ser espa?oles, y, sinceramente, ya no estoy muy seguro.Echarle un vistazo a un par de diccionarios de sin¨®nimos y ant¨®nimos resulta, desde luego, desalentador. Si miras, por ejemplo, la palabra blanco, encuentras estos sin¨®nimos: "n¨ªveo, puro, limpio, c¨¢ndido, nacarado, alegre"; si miras la palabra negro, que ya seg¨²n el diccionario de la Real Academia Espa?ola puede significar, figuradamente, "infeliz, infausto" y "desventurado", te encuentras con "oscuro, sombr¨ªo" y "aciago", pero sobre todo, con estos otros: "africano, mulato, ind¨ªgena, negroide, desfavorable, desafortunado". Creo que esas acepciones deber¨ªan desaparecer de esos libros. Deber¨ªan de desaparecer porque son est¨²pidas y ofensivas.
Si sigues el examen y miras "nacional", te ofrecen estos sin¨®nimos: "oriundo, originario, patriota"; pero si buscas "extranjero" te encuentras con palabras tan preocupantes como ¨¦stas: "alien¨ªgena, ex¨®tico, b¨¢rbaro, advenedizo, intruso". Eso no son sin¨®nimos, son nada m¨¢s que insultos. Son insultos intolerables y nociones envenenadas que est¨¢n al alcance de cualquiera, se venden en las librer¨ªas de nuestras ciudades, son consultadas y asumidas por los estudiantes que aprenden su idioma en las escuelas y, junto a ¨¦l, aprenden el desprecio que ese mismo idioma parece sentir a veces por las personas de otro color, raza o cultura. Fuera de las escuelas, la cosa cosa sigue su curso y empeora, los sin¨®nimos se afilan a¨²n m¨¢s cuando mucha gente y algunos pol¨ªticos hablan de los inmigrantes, cuando se refieren a ellos con la altivez y el desprecio que caracteriza a los d¨¦spotas y a los tontos, a quienes por una parte no tienen ni buen coraz¨®n ni buena memoria y, por la otra, han olvidado o no saben o no les interesa saber que ¨¦ste siempre fue un pa¨ªs de emigrantes, que muchos espa?oles salvaron sus vidas antifranquistas gracias a la generosidad de los pa¨ªses de Am¨¦rica a cuyos ciudadanos se mira ahora en Espa?a por encima del hombro, cuando no se les trata como a presuntos delincuentes o se les llama "negros, indios", "sudaca", "latinoch¨¦" y majader¨ªas por el estilo.
Los padres de esos ni?os invidentes a los que no quiere afiliar la ONCE tambi¨¦n son refugiados pol¨ªticos, gente perseguida, como lo fueron miles de espa?oles exiliados tras la Guerra Civil, como lo fueron Antonio Machado, Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, Mar¨ªa Teresa Le¨®n y Rafael Alberti, Emilio Prados y Le¨®n Felipe, Manuel de Falla y Luis Cernuda, Luis Bu?uel y Francisco Ayala, nombres conocidos y respetados que, en realidad, no son m¨¢s que la punta de un iceberg, la parte visible de una muchedumbre an¨®nima que puso a salvo, para todos nosotos, lo que los asesinos quer¨ªan exterminar con la l¨®gica de sus aviones y sus fusiles.
Hay que celebrar la actitud del fiscal de menores de Madrid, F¨¦lix Pantoja, exigiendo en¨¦rgicamente a la ONCE que admita en sus filas a los ni?os ciegos a los que hasta ahora, inexplicablemente, ha negado un derecho que les corresponde porque uno es ruso y el otro iran¨ª y a los que exige que renuncien a su pasaporte y a su pasado para tener un empleo y un futuro: si el Ministerio del Interior les otorga la nacionalidad espa?ola -dicen-, al d¨ªa siguiente ser¨¢n afiliados. Hay que celebrar la actuaci¨®n de la Fiscal¨ªa de Menores de Madrid y, por encima de todo, hay que celebrar que en la demanda que ha interpuesto est¨¦ contenida una frase tan hermosa y esperanzadora como ¨¦sta: "No existen ni?os extranjeros". Qu¨¦ mundo tan bello ser¨¢ ¨¦ste cuando esa frase sea verdad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.