Batalla frontal entre D'Alema y Berlusconi en las elecciones regionales italianas de hoy
El fantasma de la secesi¨®n del Norte y el atraso del Sur han dominado la campa?a
Los fantasmas del separatismo y del comunismo han sido aireados profusamente en la campa?a de las elecciones regionales que se celebran hoy en Italia. Por primera vez, los 40 millones de italianos con derecho a voto elegir¨¢n directamente a los presidentes de 15 de las 20 regiones. El pa¨ªs ha sido escenario de una batalla frontal como pocas veces, con dur¨ªsimos ataques y descalificaciones personales, entre las dos grandes coaliciones y sus respectivos l¨ªderes, Massimo d'Alema y Silvio Berlusconi, conscientes de jugarse en estas elecciones el resultado de las generales del 2001.
La campa?a se cerr¨® el viernes a medianoche con una querella presentada por el l¨ªder comunista, Armando Cossutta, contra el magnate de la televisi¨®n privada y ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi. Toda una met¨¢fora de la aspereza verbal que ha dominado durante meses la actualidad pol¨ªtica italiana. En un exceso de vehemencia, Berlusconi acus¨® a Cossutta de dirigir las bandas armadas comunistas en la II Guerra Mundial, algo que el veterano pol¨ªtico rojo no est¨¢ dispuesto a pasar por alto. Pero no ha sido Cossutta, sino Massimo D'Alema (50 a?os y una carrera pol¨ªtica a las espaldas construida enteramente en la cocina del PCI), el verdadero objetivo de los ataques de Berlusconi. "D'Alema es el m¨¢s inteligente y el m¨¢s comunista de todos, porque lleva el totalitarismo en la mente, por eso es tambi¨¦n el m¨¢s peligroso", ha repetido el jefe de la oposici¨®n.El primer ministro no ha sido m¨¢s sutil a la hora de contraatacar. La alianza entre el Polo y la Liga Norte, un grupo separatista partidario inicialmente de la independencia del Norte de Italia bajo el nombre de Padania, que renunci¨® a esta idea hace pocos meses, ha centrado los ataques de D'Alema y de toda la coalici¨®n de centro-izquierda. Apoy¨¢ndose en una denuncia hecha en La Repubblica por el fundador del diario, Eugenio Scalfari, que alertaba al pa¨ªs sobre la existencia de un pacto secreto entre Berlusconi y Umberto Bossi (l¨ªder de la Liga) para desmembrar Italia, D'Alema ha golpeado una y otra vez en la herida: la sombra de la secesi¨®n. El punto d¨¦bil de la alianza Polo-Liga que, de triunfar, pondr¨ªa las regiones del Norte bajo el control del centro-derecha.
"Un Norte gobernado por el centro-derecha no significar¨ªa la secesi¨®n (como no han significado el comunismo en las regiones rojas), sino un motivo de inquietud para el Gobierno de Roma", explica Fabrizio Rondolino, antiguo asesor de D'Alema, hoy columnista pol¨ªtico de La Stampa. Las amenazas proceden m¨¢s bien de la gigantesca fractura que separa el Norte del Sur, a 140 a?os de la unificaci¨®n de Italia. Un sur dominado por mafias diversas que han seguido imponiendo su ley con relativa impunidad. Mafias que se disputan a golpe de coche bomba las adjudicaciones de obras, que desentierran viejas querellas al olor del dinero caliente. El ¨²ltimo ejemplo de esta ley feroz que impera en el Sur se registr¨® el jueves en Calabria. El empresario Domenico Gullaci salt¨® por los aires al abrir la portezuela de su Mercedes. Los expertos en la lucha anti-Mafia relacionan el asesinato con la batalla por los appalti (asignaciones de obras p¨²blicas) que se desarrolla soterrada en torno a los 850.000 millones de pesetas en ayudas al desarrollo del Sur aprobadas por el Gobierno.
El mezzogiorno (Sur), aut¨¦ntica cenicienta de Italia, con cifras de paro que duplican (y en el caso de los j¨®venes triplican) la media nacional, ha estado en boca de todos los pol¨ªticos durante la campa?a. Las dos coaliciones han ofrecido un man¨¢ de ventajas fiscales para los empresarios que inviertan en ellas, con la diferencia de que el Gobierno logr¨® a ¨²ltima hora el parcial consentimiento de la Uni¨®n Europea para aplicar estas desgravaciones, a trav¨¦s del comisario italiano Mario Monti.
El Norte, clave
En estos momentos, el centro-izquierda gobierna en 11 de las 15 regiones, aunque un resultado de nueve a seis ser¨ªa considerado un triunfo por la coalici¨®n. Pero a nadie se le escapa que la verdadera partida se juega en el Norte. Si el Polo-Liga conquistara las cuatro regiones (en estos momentos controla las tres principales, Lombardia, una de las m¨¢s pobladas de Europa, con nueve millones de habitantes y una renta per c¨¢pita comparable s¨®lo a las regiones m¨¢s ricas de Alemania y Francia; el V¨¦neto, igualmente pr¨®spera, y el Piamonte, segundo polo industrial de Italia) nadie pondr¨ªa en duda el ¨¦xito de la alianza Polo-Liga. Si, por el contrario, el fil¨®sofo Massimo Cacciari, actualmente en las filas del grupo fundado por Romano Prodi, Los Dem¨®cratas, consiguiera quitarle el tim¨®n del V¨¦neto al forzista Giancarlo Galan, y la l¨ªder radical Emma Bonino lograra evitar el triunfo del centro-derecha en el Piamonte, podr¨ªa darse por fracasada la nueva experiencia de colaboraci¨®n entre Berlusconi y Bossi.
Pero tales resultados tendr¨ªan un colof¨®n desagradable para el primer ministro, Massimo D'Alema, porque potenciar¨ªan de forma inquietante otros nombres de cara a la batalla interna en el centro-izquierda por la elecci¨®n del nuevo l¨ªder de la coalici¨®n en las generales del 2001.
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