Localizados los primeros genes que codifican el sabor
El sabor amargo no est¨¢ muy extendido en nuestra dieta, aunque tomamos contacto con ¨¦l cuando bebemos cerveza, b¨ªter, t¨¦, caf¨¦ o t¨®nica, o cuando comemos escarola, berenjenas, alcachofas y naranjas. Detectamos el sabor amargo por la existencia de unos receptores espec¨ªficos en la lengua que env¨ªan la se?al del amargor al cerebro. Los genes que codifican la existencia de esos receptores han sido localizados por cient¨ªficos del Instituto M¨¦dico Howard Hughes de Harvard en el cromosoma 12, y su hallazgo ha sido publicado en Nature.Los cient¨ªficos, liderados por Linda Buick, no han identificado a¨²n los genes exactos implicados, sino que han encontrado la regi¨®n del ADN donde se encuentran y han determinado la familia a la que pertenecen, la de las prote¨ªnas-G, implicadas tambi¨¦n en otros procesos del organismo. A partir de estudios previos que relacionaban estas prote¨ªnas con la transmisi¨®n de se?ales olfativas trabajaron con ratones hasta localizar una regi¨®n del ADN de los roedores, denominada SOA, y que parece implicada en dicho sabor.
Para extrapolar estos resultados a humanos, utilizaron la base de datos del Centro Nacional de Informaci¨®n sobre Biotecnolog¨ªa de Estados Unidos, que contiene todo el genoma humano cartografiado y publicado hasta ahora. Comparando las secuencias, determinaron la regi¨®n del cromosoma 12, donde se encuentran los genes correspondientes. El problema para determinar exactamente el gen o genes responsables de la capacidad de detecci¨®n del sabor amargo es que en esa regi¨®n se encuentra un aglomerado de genes relacionados entre s¨ª, por lo que har¨¢n falta nuevos estudios hasta determinar exactamente el mecanismo por el que se expresan para producir los receptores de la lengua.
Distribuci¨®n
De acuerdo con Buck y sus colaboradores, Hiroaki Matsunami y Jean-Pierre Montmayeur, este descubrimiento abre la puerta a la determinaci¨®n de las bases gen¨¦ticas de los restantes receptores de sabores y la posibilidad de estudiar el modo en que las se?ales gustatorias env¨ªan su mensaje al cerebro para tener la sensaci¨®n final del sabor de un producto.
"Se trata de llegar a un conocimiento molecular del sentido del gusto. Por ejemplo, no sabemos a¨²n c¨®mo estos receptores pueden reaccionar qu¨ªmicamente con sustancias qu¨ªmicas de diferente estructura y ser percibidas como un mismo sabor, amargo o dulce", dice Linda Buck. Seg¨²n esta investigadora, "hay certeza de que estos receptores son s¨®lo la punta del iceberg. Los genes correspondientes a los receptores de olores est¨¢n distribuidos por todo el genoma humano, y creemos que lo mismo ocurre con los de los receptores del gusto. Probablemente existen entre cincuenta y cien de estos receptores". Entre las aplicaciones de esta investigaci¨®n se encuentra la posibilidad de encontrar un medio para bloquear el desagradable sabor amargo de algunos medicamentos.
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