ESTA SEMANA Vuelta a empezar con los andalucistas

E

n una anterior crisis de los andalucistas, la que dio lugar en su d¨ªa a la creaci¨®n del PAP, Pedro Pacheco, en la ¨²ltima fase del proceso de ruptura, centr¨® sus ataques en la persona de Alejandro Rojas-Marcos. Lo hizo de forma muy selectiva, sin reservarse a la hora de sembrar dudas y sospechas sobre la trayectoria pol¨ªtica del hasta entonces su compa?ero de partido.

Lleg¨® en aquellos d¨ªas a acusar a Rojas-Marcos de estar ligado a "intereses gasolineros", afirmaci¨®n que m¨¢s tarde no quiso precisar, dejando as¨ª en el aire una acusaci¨®n que cuanto menos cuestionaba la legalidad de algunas actuaciones urban¨ªsticas puestas en marcha en Andaluc¨ªa y ligadas al entorno personal del dirigente sevillano.

Rojas-Marcos se sinti¨® muy molesto por tal acometida de Pacheco de la que, por cierto, nada m¨¢s se supo. El alcalde jerezano, finalmente, se guard¨® de propinar m¨¢s ataques e hicieron las paces. Ahora vuelve a las andadas. Si antes el blanco de su agresividad era el secretario general del PA, Antonio Ortega, todo hace indicar que, en los pr¨®ximos d¨ªas, la ofensiva pachequista se va a centrar directamente en el presidente del partido.

Para ello, comenz¨® arrojando sospechas sobre los verdaderos motivos del PA para suscribir el nuevo pacto de gobierno con el PSOE, vincul¨¢ndolo a intereses inmobiliarios, proporcionando as¨ª una importante munici¨®n al Partido Popular, y seguir¨¢, sin duda, poniendo nombres y apellidos a sus denuncias. Adem¨¢s, hay que advertir de que la experiencia dice que siempre en las peleas entre los andalucistas acaba habl¨¢ndose sobre la financiaci¨®n del partido. ?Por qu¨¦ ser¨¢?

As¨ª que tanta prisa en efectuar los nombramientos de consejeros por parte de la actual direcci¨®n para disfrutar con tranquilidad de las vacaciones de Semana Santa y resulta que Pacheco act¨²a como si se convirtiera en una china en el zapato, molestando continuamente y convirti¨¦ndose en un Pepito Grillo, que cuanto menos amenaza la paz que para s¨ª quieren tanto Rojas-Marcos como Ortega en su af¨¢n de aplicar la particular revoluci¨®n que persiguen para el PA.

La batalla interna ser¨¢ dura y eso que se inicia una legislatura bien agitada. No hay m¨¢s que ver la actitud del PP tratando de derribar el sistema proporcional para la elecci¨®n de senadores por parte del Parlamento andaluz. Aquellos que se rasgan las vestiduras por la llamada confrontaci¨®n pol¨ªtica, tienen aqu¨ª un claro signo para comprobar que nos espera m¨¢s de lo mismo.

Y todo eso con una Izquierda Unida que, a poco que se descuide, estar¨¢, si no votando con el PP, s¨ª asumiendo en la C¨¢mara posiciones coyunturalmente coincidentes. Se posicionar¨¢ en contra de la investidura de Manuel Chaves. No han sido capaces de sacarle provecho a una posible abstenci¨®n del grupo. A partir de ahora, se acabaron los contactos org¨¢nicos entre PSOE e IU, todo residenciar¨¢ en el Parlamento, dice Antonio Romero. Recuerda, de esta forma, a la anterior etapa, cuando renunciaron a una oferta de gobierno de los socialistas y se decidieron por gobernar desde la C¨¢mara auton¨®mica, dando pie a la tristemente famosa pinza con el PP.

Con todo, los socialistas son ahora una olla en plena ebullici¨®n. No hacen m¨¢s que saltar quinielas, m¨¢s o menos disparatadas, con nombres de posibles candidatos a formar parte del Gobierno de Manuel Chaves. Incluso se plantean hasta formulaciones concretas sobre la estructura que debe tener ese Ejecutivo. Unos y otros se equivocan con ese juego de especulaciones. Debe tenerse en cuenta el autismo que caracteriza a Chaves cuando se mete a reflexionar sobre su futuro Gobierno. Act¨²a como los osos cuando inician el periodo de hibernaci¨®n. A eso hay que unir la mayor fortaleza de la que goza en el seno del PSOE, condici¨®n ¨¦sta imprescindible para descartar cualquier capacidad de influencia que pretendan ejercer algunos de sus compa?eros. De modo que s¨®lo cabe esperar.

ANTONIO Y?LAMO